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Ocupación militar detrás de la fachada de “misión de paz”

Doce años de Minustah y la pantomima de elecciones democráticas demuestran que lo que se impone en Haití es el retiro de tropas y el respeto a la autodeterminación de su pueblo. La imperiosa necesidad del apoyo popular no puede lograrse sino conociendo la verdad. Los motivos de la ocupación, la historia de resistencia y la situación actual del pueblo haitiano fueron parte de un encuentro realizado en la Ciudad de Buenos Aires. Red Eco Alternativo.
(Red Eco) Ciudad de Buenos Aires - Son muchas las iniciativas que vienen realizando diversas organizaciones y personalidades de nuestro país junto a pueblos del continente para que el grito “Fuera la Minustah de Haití” llegue a los oídos y al corazón de nuestros pueblos.
Hace casi un mes importantes personalidades nacionales e internacionales se dieron cita en la sede de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA-Autónoma).  
Durante este encuentro compartieron sus reflexiones y opiniones, el diputado uruguayo de la Unidad Popular, Eduardo Rubio; Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano; y Norita Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
Rubio estuvo en Haití a mediados de este año junto a otros diputados de su partido por invitación de los movimientos antiimperialistas de izquierda de ese país para participar de un coloquio con motivo de los 100 años de la primera ocupación yanqui en la isla. “Les confieso que llegamos a Haití con estas sensaciones, el sentimiento antiimperialista, el odio a la ocupación, pero nos preguntábamos ¿por qué la ocupación de Haití? Un pueblo tan chiquito, que imaginábamos paupérrimo, en un momento en el que la propia situación internacional parecía no ser tan urticante. Estando allí entendimos el porqué”,  afirmó,  para luego detallar que una de las principales razones es la económica.
“Hay mucho para saquear ahí todavía, yacimientos de oro, por ejemplo, que empiezan a explotarse ahora en minas a cielo abierto y sus permisos casualmente están en manos de empresas norteamericanas y canadienses, que son las que promovieron el último envión de la ocupación. Entre los permisionarios está el hermano de Hilary Clinton, y el ex presidente Clinton estuvo como enviado de Estados Unidos para la reconstrucción de Haití y la está reconstruyendo, porque se están quedando con el oro”, explicó el diputado.
Contó además que durante su presencia en Haití pudo ver como han proliferado las “zonas francas”, que describió como “cuarteles inmensos donde un trabajador por ley gana  5 dólares por día; en escala de mano de obra en maquilas de Centroamérica es la más barata, la que garantiza la mayor ganancia de las multinacionales”.
A su vez, y haciendo un paralelo con su país que posee trece zonas de este tipo, Rubio contó que además este tipo de lugares se extienden a zonas agrícolas de la isla donde, dijo, “hay extensiones de tierras quitadas a los campesinos, controladas por multinacionales de dimensiones inmensas. En Haití se producen bananas para exportación y se importan para el consumo, han pasado de estar cerca de autoabastecerse en materia alimentaria a estar hoy importando cerca del 60% de lo poco que consumen los haitianos. Haití sigue siendo saqueada en términos económicos, así como lo fue durante toda su historia”.
El tráfico de drogas fue otro de los elementos que Rubio sumó a las razones de la ocupación porque en Haití, con 27.000 kilómetros cuadrados, hay 15 ejércitos de ocupación, hay radares y está la Marina de los Estados Unidos, y si bien no podría pasar nada sin que los militares controlen “el 12% de la cocaína que entra a Estados Unidos pasa por Haití”: “Me parece que los ejércitos están para que pase la cocaína, no para que no pase”, agregó el diputado uruguayo.
En la isla, ubicada estratégicamente frente a Venezuela y a un paso de Cuba, se constituye una base militar importante para los Estados Unidos.  En este sentido, Rubio afirmó que los ejércitos latinoamericanos son tropas de ocupación con mano de obra barata al servicio del imperio norteamericano: “Les sale mucho más barato pagarle a los ejércitos latinoamericanos a través de Naciones Unidas, 600 millones de dólares al año, y le hacemos el trabajo sucio, como la tercerización de la seguridad (...). Dicen que (la Minustah) está para asegurar el cumplimiento de los Derechos Humanos. Esto es una mentira, hay violaciones, atropellos sexuales, más de 200 denuncias comprobadas ante Naciones Unidas contra soldados de la Minustah que han abusado de mujeres haitianas. Vimos en los barrios de Haití las casas agujereadas por las ametralladoras en la represión por los levantamientos populares. No hay defensa de los Derechos Humanos ni defensa de la democracia, hay un ejército de ocupación que somete a un pueblo para aplicar una política de saqueo; esa es la pura y dura verdad. 700.000 infectados  y 8.000 muertos por el cólera, son daños brutales realizados al pueblo haitiano que nadie va a resarcir”.
La propuesta lanzada por Eduardo Rubio, desde su condición de parlamentario, fue la de sumar a la acción del movimiento social - que es fundamental - la concreción de un acuerdo parlamentario de la zona sur del continente, con diputados de Brasil, Argentina, que tengan una posición contraria a la intervención, para poner sus voces en los Parlamentos y abrir este debate. “La voluntad popular es fundamental, pero si no conseguimos la voz política seguiremos reeditando una vergonzosa versión de la Triple Alianza, donde por mandato del Imperio del momento arremetimos contra Paraguay, ahora nos toca contra Haití, y seguimos siendo peones de tercera categoría de los imperialismos de turno”, finalizó.

A su turno, Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano abordó otro aspecto, el de la resistencia del pueblo de Haití no solamente a esta misión de ocupación sino desde la propia historia de su pueblo: “Nosotros somos descendientes de esclavizados que se liberaron, los únicos en la historia de la humanidad que lograron esta victoria. Esto pesa mucho, no solamente sobre nuestra realidad y nuestra conciencia, sino también a los que se erigieron en conquistadores y dueños del planeta”.
Mirando a su país desde la revolución de 1804, Boisrolin aseguró q que hoy no hay otra alternativa para el pueblo haitiano que retomar el camino de los esclavizados que se liberaron: “Esta revolución que quedó trunca en el año 1804 hay que retomarla, y eso significa no ir a una urna y poner un voto. Algunos compañeros estamos convencidos de que en Haití tenemos que jugarnos a todo o nada, es decir, si tenemos que arrasar esta tierra de nuevo como lo hicieron en 1802 cuando llegaron las tropas de Napoleón, lo haremos”, afirmó.
Boisrolin reconoció que tanto el imperialismo norteamericano, como el francés en segundo lugar, pudieron imponer en el imaginario la idea de que el de Haití es “un pueblo abatido,  perdido, fallido, donde no hay Estado, no hay nada, se mueren de hambre, tienen cólera, están desocupados, son unos pobrecitos. Inclusive hay gente que piensa que sino estuviera la Minustah hubieran entrado los norteamericanos y sería peor”.
 Entre países centrales y periféricos, industrializados y dependientes, Boisrolin caracterizó a su país en una nueva categoría, la de ser periferia de la periferia: “Dentro de las razones para aplastar a Haití, hay un mensaje contra esos negros, en la jerga colonialista, que se habían levantado”, dijo.
Luego se refirió a las pasadas elecciones: “Les cuento algo que hay que tener en cuenta, hay una decisión política del pueblo haitiano y un trabajo del bloque de poder oligárquico para que el pueblo no vaya a votar, organizan elecciones en nombre del pueblo pero evitan que el pueblo participe. Incluso con el 18% (que votaron) han perdido. Hay una comunidad internacional que defiende esto, pero empiezan a aparecer grietas porque fue escandaloso, desde las 6 de la mañana ya había urnas llenas, las boletas de esas elecciones fueron impresas en Dubai, la tinta es de Sudáfrica y la plata para esas elecciones no fue manejada por el Consejo Electoral haitiano, sino por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).  Créanme que el pueblo haitiano sabe que la solución no va a pasar por las elecciones, por mejor organizadas que estén, saben que se define de otra manera porque las botas que tenemos encima no se sacan con una fotito. Les pido que nos entiendan, que nos acompañen, nos aconsejen, pero que sepan escuchar la voz de la calle, la voz del pueblo de Haití, en nombre de esta gran revolución que hicimos en 1804 alumbrando el camino de la libertad, ayudando de manera internacionalista a la liberación de muchos otros países latinoamericanos, creo que tenemos el derecho moral de pedir que nos acompañen en esta nueva tarea de lucha por la libertad”, finalizó.

La siempre presente Nora Cortiñas, luego de agradecer el permitirle estar allí, contó que estuvo en Haití tres veces y que pudo palpar la valentía de ese pueblo, su calidad humana y el papel en la lucha de las mujeres.  
“La ocupación de Haití con estas tropas fue una decisión de Estados Unidos y ahora podemos decir que en estos días en los que ya empezaron a retirarse tropas argentinas, según un llamado que tuvimos de la Cancillería para avisarnos que esto estaba sucediendo, esto es resultado de nuestra lucha. Sin embargo, así como decidió invadir, Estados Unidos ahora decide empezar a retirarse, por lo tanto sabemos que esta decisión del gobierno argentino es consecuencia de ello, actúan sobre un camino marcado, de todas maneras, nos da la fuerza para seguir”, afirmó la integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
Cortiñas señaló luego a quienes deben asumir la responsabilidad de las consecuencias de 12 años de intervención: “Los gobiernos van a tener que responder por las violaciones a los Derechos Humanos, los atropellos, los abusos a mujeres, niños y jóvenes, por las torturas y persecuciones, por todo lo que ha pasado durante estos años. Esta es una deuda muy grande y trágica, porque no quieren reconocer que este pueblo ha sido avasallado negándole todos los Derechos Humanos”.
En este sentido, aseguró que el camino para lograr el retiro de las tropas será duro, en especial el trabajo para instalar en nuestro país este drama que vive el pueblo y planteó el desafío de lograr una gran difusión: “Ese es el compromiso que tenemos, la difusión de todo lo que ha pasado y lo que sigue pasando en Haití, porque no podemos ser indiferentes y pensar que ya se avanzó con este retiro (de las tropas), que es apenas un amague. Quiero que sepan que no soy una experta, hablo desde el corazón. En Argentina tenemos funcionarios que estuvieron en Haití y cuando vuelven al país cuentan cosas que no tienen nada que ver con lo que vieron y vivieron, ese ocultamiento y esa mentira es muy grave también”, aseguró.
“Tenemos mucho por hacer y mucho por trabajar, porque de acá en adelante no sabemos qué camino va a tomar nuestro país, pero aún así, gane quien gane en las próximas elecciones, seguiremos trabajando para defender los derechos que hemos logrado, serán mantenidos con dientes y uñas y por lo que no logramos todavía vamos a seguir luchando con los brazos en alto día a día”, finalizó entre aplausos cerrados Norita.
Un nuevo encuentro se realizará este sábado 3 de octubre para exigir el retiro de las tropas de ocupación de Haití. Será desde las 13.30 en el Instituto Lomas de Zamora (ubicado en Avenida Meeks 654, a 8 cuadras de la Estación Lomas de Zamora, al sur del conurbano bonaerense) y estará presente de Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano.

Fuente:  Desgrabación de intervenciones: Ana Laura Xiques.  Edición de intervenciones: Mario Hernández.

 

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