Los intentos de desalojo parecen ser una constante en la Argentina. En algunos casos son producto de la codicia de los que más tienen, y en otros consecuencia de la falta de políticas habitacionales por parte del estado.    (Cecilia Litvin – Red Eco) Tucumán – Santa Fe. Las últimas semanas no fueron fáciles para las 40 familias de la Comunidad India Quilmes (CIQ) que viven desde hace siete meses en un terreno de cuatro hectáreas, ubicado cerca de la localidad tucumana de Colalao del Valle (Departamento de Tafí del Valle).
Francisco Chaile, cacique de la CIQ, le explicó a Red Eco que estas tierras ancestrales estuvieron deshabitadas por años, y que apenas se usaban para el pastoreo de animales o para recolectar algo de leña, además de que la zona prácticamente no tiene agua. Pero lo cierto es que el hecho de que la comunidad haya decidido entregársela a estas familias parece haber despertado el interés de los terratenientes de la zona.
Nucleados en la Comunidad Aráoz Hermanos, estos rentistas presentaron una denuncia por usurpación que fue avalada por el juez de paz de Colalao del Valle, Adolfo Salazar, que a su vez recibió una respuesta positiva de parte del Juez Civil en Documentos y Locaciones de la IIIº Nominación.
Ante esta situación, los abogados que representan a la CIQ presentaron recursos de inconstitucionalidad para ambas resoluciones ante la Corte Suprema de Justicia provincial. Además, los jueces fueron denunciados por actuar en forma manifiestamente parcial y por incumplir sus deberes de funcionarios públicos. De hecho, existen claras irregularidades en la causa, ya que hasta el momento sólo se ha citado a declarar a una de las quince personas imputadas por usurpación.
Además en la provincia se encuentra en vigencia la Ley Nacional 26.160, una norma que suspende por cuatro años todo tipo de desalojo de territorios indígenas.
Todas estas irregularidades, sumado a las presentaciones realizadas por los defensores de la comunidad, hicieron que se impida el desalojo en dos oportunidades. La primera el martes por la tarde, y la segunda ayer miércoles, a la mañana. En ambas ocasiones con la presencia de efectivos de Gendarmería. Actualmente, y aunque el pedido sigue vigente, no hay fecha cierta de un nuevo intento de sacarle a estas familias sus tierras. De todos modos, desde la CIQ siguen alertas y aseguran que no abandonarán el lugar.
Otro caso es el del Barrio Nuevo Alberdi de Rosario donde se están realizando obras de ensanche del canal Ibarlucea, pero el problema es que la Municipalidad parece no haber tenido en cuenta que en ambas orillas viven 50 familias.
Desde la Asamblea Popular Nuevo Alberdi Oeste remarcan que la realización del ensanchamiento es indispensable para solucionar las constantes inundaciones en la zona, pero que desde hace tiempo vienen conversando con las autoridades locales la necesidad de relocalizar previamente a las familias, ya que no sólo sus casas se verían afectadas por estos trabajos. También sus hornos de ladrillo y sus corrales de animales, fuentes importantísimas para su subsistencia.
Pero al parecer las obras se aceleraron y llegaron a las viviendas antes que la ayuda de la municipalidad. Por esto, desde la Asamblea exigieron la paralización del trabajo.
Como si esto fuera poco, representantes de empresas privadas volvieron a presionar y extorsionar a vecinos de la zona rural de ese distrito para que desalojen los terrenos que habitan. Su objetivo es construir allí nada menos que un country.
Ambas situaciones fueron denunciadas ante los funcionarios. Según relató a Red Eco Ayelén, integrante de la Asamblea, el martes pasado se reunieron con la directora del distrito y con representantes de la dirección de hidráulica, quienes respondieron no tener datos, ni ser el área correspondiente para resolver la situación habitacional. Es por esto, que desde la Asamblea reclaman entonces ser atendidos por autoridades de la dirección de Vivienda ya sea a nivel municipal o directamente provincial.
Ayelén afirmó que esperan hasta el próximo martes una respuesta, mientras tanto acordaron que las obras continúen pero hacia un sector en donde no afecten a las casas. Además, explicó que el de las viviendas es un tema de larga data en Rosario, que aún a pesar del paso del tiempo no puede solucionarse.

Fuentes: Contrapunto / Giros