Tras las órdenes de Trump emitidas a través de redes sociales de desplegar dos mil efectivos federales en Los Ángeles —con los cuales, en sus palabras, “se restablecerá el orden, los indocumentados serán expulsados y Los Ángeles será liberada”—, el envío masivo de tropas federales a un estado de la Unión fue considerado como una decisión propia de “un dictador”.
Quién así lo señaló fue el gobernador de California, Gavin Newsom, el estado a cargo de garantizar la seguridad en Los Ángeles. Newsom señaló que en ningún momento se solicitó la intervención por parte del Gobierno federal.
Esta injerencia por parte de Washington en estado autónomo del país es señalada como un atropello por Lima Rocha, quien destacó que las tropas llegaron antes de que fueran utilizados “los troopers de California”, una fuerza regional que podría haber sido empleada para ese fin.
Para el analista, este comportamiento de la Casa Blanca coloca a Estados Unidos “al borde de una transformación constitucional de facto, donde el presidente determina, la Suprema Corte acata y los poderes subnacionales —como el gobierno estatal e intendencias, así como jueces federales— simplemente pueden ir presos” si se oponen a la voluntad presidencial.
Lima Rocha describe esta situación como “el inicio de un cambio de régimen”, que pasa de “un gobierno de ricos, oligárquico y plutocrático” a un “gobierno autoritario de facto”.
Cerca de 90 arresto en Californi en medio de la represion policial y redadas migratorias
Durante el fin de semana más de 200 manifestantes protagonizaron enfrentamientos con uniformados de Guardia Nacional (GN) en el centro de Los Ángeles, en marco de las protestas que se vienen desarrollando durante los últimos días en rechazo a las detenciones del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y contra las políticas generales de la Administración Trump que tienden a la exclusión y el autoritarismo.
Los más de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional desplegados por el Gobierno de Donald Trump, emplearon gases lacrimógenos, granadas de humo e incluso munición letal contra los manifestantes desplegados quienes fueron dispersados por la Patrulla de Carreteras.
La represión policial se desencadenaron tras las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) en el centro de Los Ángeles en busca de inmigrantes indocumentados. Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, no descartó la posibilidad de desplegar marines en Los Ángeles, lo que intensificó la preocupación.
El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, reaccionó enérgicamente, tildando la idea de enviar marines de «desquiciada» e instando a Hegseth a cancelar el despliegue de la Guardia Nacional. Newsom argumentó que la medida viola la soberanía de California, agrava la situación y desvía recursos necesarios.
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, defendió este lunes la decisión de enviar a la Guardia Nacional al estado de California (oeste) para frenar las protestas en la ciudad de Los Ángeles.
«Tomamos una gran decisión al enviar a la Guardia Nacional para lidiar con los violentos disturbios instigados en California. De no haberlo hecho, Los Ángeles habría quedado completamente destruida», argumentó.
Fuente: Telesur