Organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, políticas, sindicales y estudiantiles de Almirante Brown y Lomas de Zamora realizaron un escrache en la casa de José Maidana, quien a pesar de haber sido condenado a 22 años y medio de prisión por crímenes de lesa humanidad, hace un mes fue beneficiado con libertad condicional. Red Eco Alternativo.
(Red Eco) Buenos Aires – En 2011, José Maidana fue condenado por mantener en cautiverio y torturar a 96 personas en el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio El Vesubio, en el que actuó como jefe de guardias durante la última dictadura cívico militar. Esta sentencia quedó firme en septiembre de ese mismo año.
El mes pasado el Tribunal Oral Federal 4, presidido por la jueza Sabrina Namer, le otorgó el beneficio de libertad condicional con el único requisito de terminar un curso de violencia de género que había empezado en la cárcel, y advirtiéndole que “solamente podrá concurrir al domicilio de su esposa acompañado” por su hija.
Con su determinación, la magistrada no hizo lugar a todas las negativas recibidas por parte del Ministerio Público Fiscal, e incluso de la propia familia del represor que manifestó temor por sus reacciones violentas.
Por ejemplo, los peritos psicólogos de la Corte Suprema de Justicia afirmaron que si bien Maidana “asume conscientemente sentimientos de arrepentimiento” por sus crímenes, “aún subsisten en su subjetividad y en su matriz vincular elementos agresivos y coactivos que no resultan, desde la disciplina de la Psicología, propiciatorios para el mantenimiento de vínculos saludables, estimándose que puede incurrir en riesgo para terceros”.
Días después de conocerse el beneficio y del rechazo generado en los vecinos y vecinas, el Concejo Deliberante de Almirante Brown expresó su repudio y lo declaró “persona no grata”, a partir de una iniciativa enviada por el intendente Mariano Cascallares. El único bloque que se negó a apoyar la declaración fue Juntos por el Cambio.
Además, el repudio a la decisión judicial llenó las calles de Adrogué las últimas semanas con movilizaciones y escraches. Primero fue el martes 18 de febrero con una radio abierta en el Colegio ex Nacional de Adrogué. Allí se leyó un documento elaborado por las organizaciones convocantes en el que se señalaba que “José Maidana no es un preso más: es un genocida”: “La decisión del TOF4 de liberarlo no es parte de una concepción particular de ese juzgado sino que forma parte de un sistema judicial que se para desde el negacionismo, que ralentiza los juicios a represores, que impulsa los beneficios del 2×1 y la prisión domiciliaria para los genocidas. Porque fue condenado como criminal de lesa humanidad, porque aún debe responder por otros crímenes aberrantes, porque no ha aportado datos que permitan esclarecer la situación de los detenidos-desaparecidos de Vesubio y niega lo que les familiares, les sobrevivientes y la prueba documental demuestran con toda claridad. Porque es un genocida, Maidana debe volver a la cárcel y cumplir su condena hasta el final”.
Luego, el viernes 21, se llevó adelante una marcha desde el Colegio hasta la casa del represor, donde a pesar del fuerte cordón de policías armados con pistolas 9mm, se pudo hacer una señalización. Frente al domicilio, las organizaciones advirtieron: “Maidana tiene causas pendientes con la Justicia. Deberá responder por violaciones y abusos sexuales en el juicio oral de Vesubio IV, que se encuentra en instrucción. Debe volver a la cárcel y cumplir su condena hasta el fin de la misma”.
Del escrache también participó Nora Cortiñas, de Madres de Plaza-Línea Fundadora, quien afirmó: “Tenemos que hacer una campaña para cambiar estas leyes. No pueden decir que un asesino, un genocida, cumplió la condena con dos terceras partes y salir en libertad. Tenemos que ir a la justicia, a la Corte Suprema y decirles que no pueden liberarlo de esta prisión, que es necesaria además para la salud de todos, porque hasta la familia tiene miedo de este genocida. Hagan ruido, tiene que ir a la cárcel ya, cuanto antes. Tenemos que seguir luchando, tenemos que seguir en la calle. No tenemos que reconciliarnos jamás con los genocidas. En la la tierra no hay reconciliación ni perdón, hay lucha”.
Imágenes: Natalia Pastor




