En una medida desesperada para obtener dólares, Javier Milei eliminó las retenciones a la exportación de granos de forma momentánea. Los productores cuestionan las políticas agrícolas que solo benefician a las grandes empresas y denuncian el alineamiento ante Estados Unidos. “Está clarísimo que se han sentado a negociar con las exportadoras”, afirmó Omar Príncipe, de la organización Bases Federadas y ex presidente de la Federación Agraria.
Las retenciones cero a la exportación de granos son un reclamo de las organizaciones agropecuarias nucleadas en la Mesa de Enlace desde el conflicto con el gobierno de Cristina Kirchner por la resolución 125. La bandera de “el campo” se hizo realidad con el decreto 682, pero “con el objetivo de generar mayor oferta de dólares”, confesó el vocero Manuel Adorni. La decisión desesperada, en medio de una nueva corrida cambiaria, nació con plazo de vencimiento: hasta el 31 de octubre o hasta recaudar 7.000 millones de dólares (se logró en sólo tres días, el 24 de septiembre). En paralelo, el Gobierno consiguió el respaldo de la Casa Blanca con promesas de préstamos por 20.000 millones de dólares y compra de bonos, entre otras opciones. Y fue el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, quien se encargó de anticipar que el sueño de la Mesa de Enlace terminaría pronto: “Estamos trabajando con el gobierno argentino para poner fin a las exenciones fiscales para los productores de materias primas”.
“El nivel de improvisación, falta de gestión y profesionalismo de este Gobierno es un mamarracho total. De acá en adelante el que va a gobernar y va a tomar las decisiones económicas, financieras y sociales de la Argentina va a ser el tesoro de los Estados Unidos. El presidente Javier Milei deja de ser el presidente para pasar a ser el gerente de los intereses norteamericanos”, sentenció Omar Príncipe, productor, integrante de Bases Federadas, de la Mesa Agroalimentaria Argentina y ex presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA).
En la mañana del lunes, cuando los mercados aún no abrían, tras un viernes con el dólar que rompía la banda de los 1500 pesos, el Banco Central vendía reservas y el riesgo país por las nubes, el anuncio de retenciones cero fue el primer mensaje para intentar “calmar al mercado”. El presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, se enteró de la noticia en vivo por radio Mitre, a pesar de ser un aliado del gobierno de Javier Milei. Confesó su “sorpresa” y aseguró que presionaría para que la decisión sea permanente. Horas después de la sorpresa de Pino, llegó otro anuncio sobre retenciones cero para las exportaciones de carne carne y aviar, con plazo marcado para fines de octubre.
Desde la FAA, su presidenta Andrea Sarnari, no se opuso a la medida, pero advirtió: “No nos beneficia, los productores ya vendimos los granos” y recordó que, cuando se sentaron a dialogar con el Gobierno, criticaron las “medidas transitorias que no dan previsibilidad”. Desde enero, el gobierno modificó cuatro veces los derechos de exportación.
En enero, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció una primera rebaja para las retenciones de cara a juntar los dólares de la cosecha gruesa. La ventana se cerró el 30 de junio y se consiguieron liquidaciones récord. Milei las restableció de forma “permanente” en julio en su discurso en la Exposición de la Sociedad Rural. La “tax holiday”, en términos del secretario del Tesoro norteamiercano, fue el cuarto cambio del régimen de retenciones en un año. En la noche del miércoles, ARCA informó que se alcanzó el cupo de los 7.000 millones y que se volvía al régimen anterior.
“Esto no habla ni de previsibilidad ni de estabilidad de políticas agropecuarias. Más que nunca se nota que es una medida totalmente electoral”, señala Príncipe. Las especulaciones sobre el anuncio de retención cero tras la derrota de La Libertad Avanza-PRO en las legislativas bonaerenses en municipios refractarios al peronismo estuvieron al orden del día.
El ex dirigente de la FAA considera que el efecto electoral puede ser la contención del precio del dólar, pero percibe que “en el sector rural hubo productores que confiaron en este Gobierno, pero ya la perdieron”. Menciona los audios sobre la causa de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad, las marchas por los jubilados y las universidades como puntos de quiebre.
La especulación financiera como política agropecuaria
El que celebró la decisión fue el titular de la Camara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, que dijo: “Apoyamos toda medida que implique eliminar las retenciones aunque sean temporales”. Un día después, en el Seminario Acsoja 2025 —que reúne a las empresas del sector— señaló que estaba en diálogo con la Secretaría de Agricultura, el Banco Central y el ARCA para implementar la fugaz medida. Idígoras, antes que Bessent, descartó la esperanza de Pino de que el régimen excepcional continúe al evaluar que el Presupuesto que el Gobierno envió al Congreso contempla mayor recaudación por exportaciones. China, principal destino de exportación de los granos argentinos, aprovechó la oferta y compró 15 buques de soja.
“Está clarísimo que se han sentado a negociar con las exportadoras”, sentencia Príncipe e insiste: “Los pequeños y medianos productores quedamos totalmente fuera de esta medida, porque un 80 por ciento ya tenemos vendido todo el grano. Es una medida recaudatoria dirigida al sector agroexportador”.
La Bolsa de Comercio de Rosario estimó el stock sin vender de la cosecha gruesa en 20 millones de toneladas de soja y 22 millones de maíz, además de seis millones de trigo de la campaña anterior. Idígoras fue por encima del decreto 682 y dijo que las agroexportadoras podrían liquidar unos 9.000 millones de dólares. Pero ARCA no dudé en ponerle fin al llegar a los 7.000 millones.
“¿Qué les está diciendo Milei y (el ministro de Economía, Luis) Caputo a los mercados y a los agroexportadores? Muchachos, especulen y presionen para una devaluación, presionen con una quita retenciones, que nosotros, en algún momento del año, les damos un hot sale para que ustedes se beneficien”, figura Príncipe respecto a la decisión financiera tomada por el Gobierno.
También desde la Mesa Agroalimentaria, la Union de los Trabajadores de la Tierra calificó la decisión de las retenciones cero como “un saqueo al pueblo y un privilegio para unos pocos”. Y desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena- Somos Tierra se preguntaron: “¿Por qué Javier Milei decide que dejen de ingresar millones de dólares al Estado argentino en concepto de derechos de exportación si nos viene diciendo que no hay plata para cuestiones fundamentales como las personas discapacitadas, la salud, la educación y los jubilados?”.
Por su parte, la Federación Rural aseguró que será “una escandalosa transferencia de recursos a las grandes cerealeras y exportadoras, mientras que el productor que siembra, arriesga, cosecha y genera la producción no recibirá un solo peso”.
Retenciones cero: una amenaza para los pequeños productores
El ex titular de la Federación Agraria e integrante de Bases Federadas habla desde su campo en Villa Eloísa (Santa Fe). Para la entrevista con Tierra Viva paró el tractor con el que trabaja la tierra para la siembra de soja, sobre un rastrojo de maíz con el que alimentó al ganado en el invierno. Coincide con Sarnari en que los pequeños y medianos productores no serán los beneficiarios de la medida, pero para hablar de retenciones se diferencia y reclama una serie de políticas exigidas por la Mesa Agroalimentaria desde antes de la llegada de Milei: segmentación de las retenciones y ley de arrendamiento.
En este contexto de exaltación de las entidades de la Mesa de Enlace y de las empresas del agronegocio por la “retención cero”, Príncipe insiste con la segmentación. “Estamos convencidos de que el camino es segmentar las retenciones, aplicar una lógica de progresividad, que debería alcanzar no solo a las retenciones sino a todos los impuestos, no como ocurrió con ganancias o bienes personales”, señala.
El titular de Bases Federadas ejemplifica además qué pasaría si las retenciones cero perduran con la desregulación vigente, desde la dictadura cívico-militar, de la Ley de Arrendamiento. “Si no estuviera acompañado por medidas que pongan un freno al modelo de concentración de tierras, sería darle todo el poder a 13.000 grandes empresas, pooles de siembra y fideicomisos, que ingresaron al sector agrario a trabajar tierras, a desplazar a pequeños y medianos productores”, asegura Príncipe.
En la actualidad, a través de “contratos accidentales” (con la Ley de Arrendamientos de la dictadura cívico-militar), los capitales privados pueden decidir alquilar tierras por una campaña y luego levantar la cosecha y mover sus capitales a otro sector u otro país. Precisa que se trata de 13.000 grandes empresas, pooles de siembra y fideicomisos que controlan el negocio y las tierras.
Príncipe pone como ejemplo el efecto que está teniendo la retención cero a las economías regionales, con la producción de maní, en las decisiones de los pequeños y medianos productores. “Un productor en la localidad Camilo Aldao, sureste de Córdoba, recibió la oferta de una empresa manicera para alquilarle la tierra por 27 quintales de soja la hectárea, cuando en esa zona ya estaban los alquileres a precios muy altos, en torno a 19 o 20 quintales de soja. Imaginemos lo que puede pasar sin ninguna regulación sobre los contratos de la tierra y con retenciones cero para todos los granos”, ejemplifica el integrante de Bases Federadas y advierte: “Sin políticas que premien la producción local, el agregado de valor y el arraigo, la liberación de retenciones hace desaparecer al pequeño productor”.
Un modelo especulativo que no piensa en el alimento
A pesar de la brevedad de la medida de retenciones cero, Príncipe adelantó que generará un impacto de 15 a 20 por ciento de los insumos para los productores ganaderos y tamberos, por el aumento que implica en insumos como el maíz. “Esta política encarece la harina, el pan, los fideos, la carne, la leche y el aceite. Golpea al bolsillo de la sociedad. Asfixia a pequeños y medianos productores que no pueden trasladar los aumentos”, sostuvo la Mesa Agroalimentaria en un comunicado conjunto.
“Esta decisión no sólo significa un saqueo de los recursos nacionales, sino que también tendrá un impacto directo en la mesa del pueblo argentino porque aumentarán los precios de los alimentos y de los insumos básicos para la producción de carne. Que si bien el anuncio incluyó la quita de retenciones en la exportación bovina y aviar, esto solo favorecerá nuevamente a los grandes frigoríficos y grandes cadenas avícolas y nada para los que producen”, compartió la Federación Rural en su comunicado.
El ex titular de la Federación Agraria contempló que la baja de retenciones en la carne podría tener un menor impacto por el estrecho margen de la ventana de baja de retenciones y, además, por la depresión en el consumo y el poder adquisitivo, estrategia de la gestión de Milei para mantener la inflación baja a costa de los bolsillos de los trabajadores. Pero no duda en indicar que no beneficia ni a los pequeños y medianos productores que estas semanas inician la siembra de maíz y soja porque “¿quién puede prever algo en un mes? Dentro de un mes se vuelven a desvirtuar, otra vez, todos los precios”.
“La decisión es un golpe duro para los productores que ya vienen en una situación complicada”, resume el integrante de la Mesa Agroalimentaria y enumera todas las decisiones del modelo agropecuario de Milei al que califica de “improductivo”: apertura indiscriminada de importaciones de alimentos, eliminación de fondos de fomento para la producción ovina y caprina, la desregulación del Instituto de la Yerba Mate, el cierre del programa de Cambio Rural, el intento de desmantelamiento del INTA y la falta de crédito frente a tasa de interés de hasta el 70 por ciento.
“Está definido que lo que propone el gobierno nacional es un modelo que excluye a gran parte de la sociedad. Es un modelo que no piensa en una Argentina que produzca y de valor agregado a sus alimentos para generar trabajo, desarrollo y arraigo. No estoy hablando de algo idílico, esto ocurrió en la Argentina cuando éramos 400.000 productores en el campo y eso produjo un fenómeno de desarrollo territorial, hizo posible que los pueblos sean polos agroindustriales. Faltan políticas de largo plazo, políticas construidas con diálogo con las organizaciones”, concluye Príncipe.
Fuente: Nahuel Lag – Agencia Tierra Viva