El rescate financiero de Estados Unidos a la Argentina anunciado este jueves, que incluye una inédita intervención en el mercado cambiario local y un swap valuado en 20.000 millones de dólares, tiene otros beneficiarios. Una investigación del prestigioso New York Times alega que esa monumental «ayuda» está diseñada a la medida de fondos de inversión especulativos como BlackRock, Fidelity y Pimco y los mega millonarios Stanley Druckenmiller y Robert Citrone.

Todos, relacionados con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien cerró con el ministro de Economía Luis Caputo el trato cuyas contraprestaciones aún son una incógnita.

El informe del New York Times lleva las firmas de los periodistas Alan Rappeport y Maria Abi-Habib. El artículo afirma que el esquema del salvataje está armado para evitar pérdidas entre “inversores ricos cuyas apuestas en Argentina podrían tambalearse si su economía se hunde”. Más preciso: «Incluye fondos dirigidos por amigos de Bessent», porque se trata de apellidos que integraron los equipos de Bessent cuando trabajaba para George Soros.

El impacto de la intervención sobre el mercado cambiario argentino, a través de bancos como intermediarios comprando pesos y volcando dólares, fue inmediato: los bonos argentinos repuntaron y la moneda nacional se fortaleció frente al verde tras el anuncio. El swap con Estados Unidos es la otra pata. Aunque aún no activado ni explicitado en sus detalles, despeja incertidumbres sobre los pagos de deuda por venir y le da al Gobierno del presidente Javier Milei un respiro de estabilidad en la previa a las elecciones del 26 de octubre. Posterga así, y provisoriamente, las consecuencias de un rumbo económico insostenible. Las sospechas: los que compraron a precios de ganga antes y se hicieron con enormes ganancias después del anuncio.

Críticas adentro y afuera

La decisión de la administración del presidente Donald Trump de respaldar al Gobierno argentino con montos multimillonarios se da en un momento particular, en el que sectores como los «farmers» del agro estadounidense reclamaban su propio paquete de asistencia. «Es inexplicable que el presidente Trump esté apoyando a un Gobierno extranjero, mientras cierra el nuestro», dijo por ejemplo la senadora demócrata Elizabeth Warren.

Warren y otros siete senadores de su partido presentaron un proyecto para limitar el uso del Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro en operaciones como la anunciada este jueves. «Trump prometió ‘Estados Unidos primero’, pero se está poniendo a sí mismo y a sus amigos multimillonarios en primer lugar», acusó la legisladora en la misma línea que la investigación del New York Times.

«… el Sr. Bessent afirmó que los fondos se otorgarían mediante un swap de divisas con el banco central argentino. Los grandes inversores globales han estado esperando con ansias los detalles del rescate, que, según los críticos, beneficiará a los gestores de fondos adinerados en un momento en que los agricultores estadounidenses atraviesan dificultades y el gobierno estadounidense está paralizado», señala el artículo. La última referencia del párrafo es al «shot down» o «cierre» del Gobierno por falta de acuerdo en el Congreso sobre los presupuestos de las agencias federales estadounidenses.

Los amigos especuladores de Bessent 

«El Sr. Druckenmiller fue mentor del Sr. Bessent en Soros Fund Management. La oficina familiar Duquesne, que él dirige, fue el segundo mayor inversor en el principal fondo cotizado en bolsa de Argentina, un fondo de acciones argentinas», repasa la nota del New York Times.

«El Sr. Citrone, fundador de Discovery Capital Management, ha hecho de Latinoamérica su mayor apuesta a nivel mundial, y Argentina es la mayor inversión del fondo en la región. Ha declarado que, cuando trabajó con el Sr. Bessent bajo la dirección del Sr. Soros en 2013, los convenció de realizar su ahora famosa apuesta contra el yen japonés y que él fue responsable de la mayor parte de la bonificación que recibió el Sr. Bessent», abunda el artículo sobre esos vínculos.

El hoy alto funcionario Bessent es un conocido especulador de monedas de nivel global. Hizo una fortuna trabajando para Soros en la famosa apuesta contra la libra esterlina en 1992 o la jugada contra el yen japonés en 2013. En esa aventura lo acompañó, precisamente, el financista Rob Citrone, que ahora tiene fuertes inversiones en la Argentina y fluidos vínculos con el gobierno de Milei.

Citrone ganó y quiere seguir ganando fortunas en la Argentina

Citrone es el dueño del fondo Discovery Capital, que maneja unos 20.000 millones de dólares y, según estimaciones de la prensa especializada, llegó a ganar dos millones de dólares diarios con operaciones en bonos argentinos durante 2024 y 2025. Lo hizo comprando papeles a precios de remate, convencido de que la probabilidad de default era «minúscula», y aprovechando el efecto rebote que generaron las medidas de rescate impulsadas desde Washington. Dos rescates para los que, además, hizo lobby en «defensa propia».

En medio de la corrida cambiaria de septiembre y con el mercado desconfiando de la capacidad de pago del Tesoro argentino, Citrone jugó fuerte y con riesgo: adquirió bonos que se derrumbaban en las pizarras internacionales. ¿Sabía de que pronto su amigo Bessent armaría el salvataje? La llegada del auxilio estadounidense disparó los precios de los papeles, y Discovery Capital obtuvo una ganancia inmediata y extraordinaria.

Los «amigos» libertarios que la levantan en pala

Citrone no se limitó a mirar la Argentina desde Connecticut. Viajó varias veces a Buenos Aires, con contactos de alto nivel. El 14 de abril de 2025, cuando Bessent desembarcó en la Casa Rosada para respaldar al presidente Milei, el propio Citrone también estuvo allí, casi en el mismo horario. La foto de ambos visitantes recorrió los círculos financieros y alimentó la idea de un doble rescate: el político para Milei y el financiero para Discovery.

El financista alaba a la administración libertaria pero desde el bolsillo. «Argentina es la mejor historia de inversión desde 2013», dijo en mayo en un podcast de Goldman Sachs. Sus apuestas están concentradas en bonos en dólares que vencen durante el mandato de Milei. Y aunque está convencido de que el Gobierno argentino cumplirá esos compromisos, aclara que la clave es poder salir rápido. Entrar fuerte y escapar antes de que cambie el viento. Su amigo y ex colega Bessent le dio tiempo para eso con el «rescate». Las inversiones productivas, las de la economía real, siguen ausentes en el modelo libertario bajo la conducción del «Messi de las finanzas» que la chocó por segunda vez.

Un Nobel de Economía dice lo mismo: una gran ayudita para los amigos

Basándose en un análisis del periodista Matthew Klein, el Nobel de Economía Paul Krugman explicó que los dólares del Tesoro estadounidense o del FMI terminan financiando la fuga de capitales en la Argentina. «El dinero entra, sostiene el peso y permite que los fondos vendan sus activos a precios inflados, para luego salir del país y dejar que la moneda se derrumbe otra vez».

El economista menciona los mismos nombres propios. En particular a Rob Citrone, por los indicios de que compró más activos argentinos poco antes del anuncio del préstamo.

Krugman se pregunta si «Citrone aprovechará el préstamo respaldado por los contribuyentes para sacar su dinero y huir”, y sentencia: “Si no lo hace, es un tonto, porque eso es lo que está haciendo el dinero inteligente”.

Fuente: El Ciudadano