Los representantes de la mina Santa Martha anunciaron que dejarán el emprendimiento porque bajó su rentabilidad. Sin embargo, la empresa busca no efectivizar el cierre definitivo por los costos que demanda remediar el terreno.
(Analia Rodriguez – Red Eco) Santa Cruz – El proyecto fue adquirido en 2002 por empresa minera estadounidense Coeur D’ Alene y comenzó su tarea extractiva. Por entonces, se estimaba le quedaban unos seis meses de vida útil, razón por la que lo pagó apenas u$s 2,5 millones. Tras nuevas exploraciones se encontró una nueva veta que poseía una altísima ley en oro y plata que la minera Coeur D’Alene se abocó a explotar. Las toneladas de roca extraídas eran llevadas en camiones a Chile donde se las trataba para extraer el mineral. Luego de seis años, la empresa instaló una planta de tratamiento del mineral en el yacimiento que fue inaugurado por la presidenta Cristina Fernández en marzo de 2008. En estas últimas semanas la minera estadounidense confirmó que se retirará del emprendimiento ya que consideran que dejó de ser “comercialmente rentable”.
Es decir que si bien hay otras vetas, tras extraer todo el mineral posible de la veta principal, su extracción y tratamiento implicarían costos más altos que la minera no pretende asumir.
Ante esta situación, Miguel Angel Ferro presidente de FO.MI.CRUZ. S.E mantuvo una reunión esta semana con el gobernador de la provincia Daniel Peralta tras la cual manifestó el interés en mantener abierto el emprendimiento. De acuerdo a lo dicho por el presidente de la empresa provincial, la intensión sería comprarla junto a la empresa Patagonia Gold. A su vez manifestó que habría otros interesados como la canadiense Pan American Silver que maneja el emprendimiento Manantial Espejo y el proyecto Navidad en Chubut.
Mientras las negociaciones no se cierren, y mediante las tratativas llevadas adelante por la Asociación Obrera Minera Argentina Santa Cruz, 70% de los empleados de mina Martha serán reubicados otros yacimientos de la provincia.
Pero en toda esta información dada a conocer en los últimos días hay una parte que no se dice. El cierre de una mina no implica sólo dejar a sus empleados sin trabajo, lo que en este caso, y a costa de la existencia de varios proyectos de gran envergadura en la región, sería parcialmente resuelto; sino que significa toda una tarea de remediación ambiental que forma parte del Estudio de Impacto Ambiental que debe presentarse para ser aprobado el proyecto. Esto implica una serie de operaciones que comienzan muchos meses antes del cierre oficial, continúa uno o dos años posteriores al cierre y luego existe un plazo que puede llegar a los cinco años posteriores al cese de actividades, donde la empresa está obligada a realizar monitoreos activos con reportes, análisis de suelos, análisis de acuíferos y monitoreo de estabilidad química y geológica.
Al abandonar el emprendimiento sin oficializar el cierre la minera Coeur D’ Alene, se libera de pagar este elevado precio por un terreno que ahora, dejó de interesarle.
Cabe preguntarse por qué habría interesados en un yacimiento que perdió gran parte de su valor. Si bien pueden continuar las tareas de exploración del área, y de las vetas existentes pueda seguir extrayéndose mineral, quien se haga cargo de este yacimiento también deberá hacerse cargo de las tareas de remediación de un emprendimiento con 8 años de actividad previa y por el que no obtuvieron ninguna rentabilidad.
En virtud de las negociaciones que inició la empresa estatal FOMICRUZ, de comprar el yacimiento, quienes pagarán el costo por la remediación del ambiente, además de padecer previamente por la contaminación del agua y el suelo, serán los habitantes de la provincia.
Fuente: OPI Santa Cruz



