La baja de la pobreza sería menor a la que declara el Gobierno. Según indica el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), la baja de la pobreza estaría sobreestimada en 4 o 5 puntos respecto de lo que dice el Ejecutivo.

Para los analistas que siguen la evolución de los indicadores sociales, los datos sobre evolución de salarios, consumo y tasa de empleo no coinciden con el desplome de los índices que se muestran.

Eso se debería a algunas situaciones: por un lado, hay un componente de cambio de hábitos de consumo que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) todavía no registra en la medición de la inflación. Por otro, en 2024 hubo una modificación en la metodología del organismo para captar los datos sobre ingreso de la población.

Agustín Salvia, director del Observatorio de la UCA, planteó que “uno no puede estar en contra de que mejoren los índices pero el Indec tiene que informar si hubo un cambio metodológico”. Además expuso su crítica a la falta de actualización de la canasta con la cual se mide el IPC (índices de precios al consumidor).

El director explicó que “las cifras oficiales informadas en materia de ingresos y de pobreza, con base en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), están siendo raras, esto ocurre desde el tercer trimestre de 2024”. “Si bien cabría esperar en efecto una recuperación de los ingresos y una caída de la pobreza, está caída es más fuerte que lo pronosticable a partir de otras fuentes. Al menos 4-5 puntos de esta mejora o caída no se explican por las relativas mejoras económicas ni por la caída de la inflación”, señaló.

Además, Salvia mencionó que “también hay que tener en cuenta, que en este caso no lo estarían haciendo, que es el cambio en el sistema de precios». En ese sentido, señaló que si también se modificara la manera de medir la inflación eso “agregaría unos 2 puntos” a la inconsistencia que se nota en los números oficiales.

El investigador también indicó que con la estabilidad que trajo la baja de la inflación, el público tiene mayor capacidad de estimar sus ingresos, porque recuerda cuánto ganó el mes pasado, algo que no sucede en procesos de aceleración de precios. Salvia dice que en el tercer trimestre del año pasado, el Indec comenzó a medir un incremento de los ingresos de la población que no coincidía con otros indicadores relacionados.

Por otra parte, casi la mitad de las personas encuestadas dice que no le alcanza la plata, de acuerdo con datos de la UCA hay una percepción negativa del público sobre sus propios ingresos. En realidad el 47% dice que no es suficiente. Y eso, explicó, tiene que ver con el cambio en la composición del consumo de la población que no es captado por el Indec.

Se debe a que el peso de los servicios es más alto que el de los bienes transables. Aunque las personas registran mejoras de ingresos, estas tienen que destinar las mismas a pagar tarifas. Eso indica que hay una mejora de ingresos, pero no así del consumo. Hay un cambio también en el sistema de precios y no está siendo actualizada la canasta básica, explicó el titular del Observatorio de la Deuda Social.

Qué dice el Indec al respecto

Fuentes oficiales del Indec afirmaron que, aunque se agregaron preguntas al cuestionario de la EPH, es falso que haya habido un cambio metodológico. Al respecto, la entidad comunicó públicamente que desde el cuarto trimestre de 2024, se «incorporaron a las bases un conjunto de nuevas variables vinculadas a las temáticas abordadas por la EPH, como informalidad laboral de ocupados independientes y de asalariados, estrategias del hogar e ingresos no laborales, y nuevas escalas decílicas, entre otras». Y aclaró que esa nueva información se suma a la habitual.

Del mismo modo, desde el organismo estadístico que dirige Marco Lavagna, afirmaron que es mentira que las nuevas preguntas introducidas hayan tenido como impacto una mayor ponderación de ingresos no salariales, y que por lo tanto no generaron una mayor baja de la pobreza que la que se hubiera dado sin esas mismas preguntas.

Fuente: Conclusión