Soldados de Israel acusaron a su ejército de haber causado un número de víctimas civiles sin precedente al recurrir a la fuerza de manera indiscriminada durante la ofensiva contra la franja de Gaza en julio y agosto pasado, reveló la organización Romper el Silencio.
En un informe que compila los testimonios anónimos de más de 60 oficiales y soldados que participaron en esa ofensiva, Romper el Silencio documentó un centenar de casos de mal comportamiento imputables en buena parte al principio de riesgo mínimo adoptado por el ejército israelí para proteger a sus soldados.
Un soldado relató que dos mujeres que caminaban en un prado fueron abatidas porque se encontraban demasiado cerca de las líneas israelíes. Tras inspeccionar los cuerpos comprobaron que no estaban armadas. Fueron registradas como terroristas. Les apuntaron y dispararon; entonces evidentemente tenían que ser terroristas, afirmó con amargura.
Otro sargento narró cómo un guardia disparó a un anciano palestino que se acercaba a su puesto porque temía que se hiciera estallar con granadas. La víctima se retorcía de dolor. Todo el mundo sabía que había dos posibilidades: ya fuera dejarlo morir lentamente, o poner fin a su sufrimiento. Los soldados optaron por lo último.
Fuente: La Jornada