Según el relevamiento mensual en los negocios de cercanía de los barrios populares del conurbano bonaerense que realiza el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana, a través de su Índice Barrial de Precios (IBP); tal como viene ocurriendo en los últimos meses, el rubro “carnes” encabeza los aumentos anuales (+61,47%), mientras que almacén y verdulería se incrementaron alrededor del 7% cada uno. A su vez, una familia de cuatro integrantes –dos adultos y dos hijos pequeños- necesitó 529.621,59 pesos para cubrir sus gastos de alimentación durante todo octubre. Esto es 22,18% más que un año antes.
La misma familia requirió para cubrir el total de sus gastos indispensables (alimentos, servicios del hogar, tarifas, transporte, educación, salud y otros) 1.207.537,72 pesos, o sea 23,81% más que en el mismo mes del año 2024.

Respecto a los productos de cada rubro que tuvieron las mayores subas en los últimos meses; en el rubro almacén, los lácteos alcanzaron incrementos anuales que estuvieron cerca del 25% (yogurt firme 24,6%; queso de rallar 22,2%; queso cuartirolo 20,5%). Dentro de la verdulería, un conjunto de frutas encabezadas por las bananas (32%); mandarinas (28,4%); manzanas (23,5%) y peras (27%) tuvieron subas por encima del promedio.

Al igual que sucedió a lo largo de todo el año, los cortes populares que integran el rubro carnes tuvieron incrementos que en algunos casos triplicaron, y hasta cuadriplicaron, el promedio del aumento de la Canasta de Alimentos (CBA) en su totalidad.

Así, mientras el promedio de la CBA subió 22,18% en el transcurso de los últimos doce meses, en este mismo período el asado subió 73,8%; el espinazo 85,3%; la carnaza 73,9%; la nalga para milanesas 70,5%.

Según señala Isaac Rudnik, director Nacional del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), “aun cuando el promedio de los aumentos de las Canastas Básicas se fue desacelerando en relación a lo sucedido durante el 2024 –especialmente respecto al primer semestre- lo cierto es que productos esenciales para una buena alimentación de las familias, como carnes, frutas y lácteos, se fueron encareciendo a niveles de hacerse prohibitivos para la dieta de los hogares de menores recursos. Durante los últimos doce meses, entre otros cortes, el asado subió 73,7%, la carnaza 73,9% y las milanesas 70,5%”.

“Después del triunfo electoral que el gobierno obtuvo en las legislativas de medio término, hace quince días, – continúa su análisis Rudnik – la situación financiera de nuestro país entró en un período de relativa calma, de la mano de la ayuda cotidiana del tesoro norteamericano. Esta ‘calma’ en cierta medida se traslada al dólar, cuyos valores diarios dejaron de ser preocupación constante del equipo económico. Dejaron, por el momento, de ser una amenaza de aumento abrupto, pasible de ser trasladado a los precios internos. No obstante, ya en nuestro informe de julio advertíamos que ‘hay que reconocerle al gobierno el “mérito” que la devaluación del peso respecto al dólar está teniendo una incidencia en los precios internos mucho menor a la esperada’. Y agregábamos: ‘El gobierno cuenta con dos herramientas fundamentales, que está utilizando sistemáticamente, para contener los aumentos: apertura irrestricta de la economía, dejando el campo orégano a los productos importados; desde alimentos a electrodomésticos pasando por vestimentas y juguetes, ningún bien que circula por el mercado interno con la inscripción “hecho en Argentina” se salva de compartir las góndolas con productos similares de origen extranjero, que acusan precios más baratos’.

Para Rudnik, a la apertura de la economía se agregó en este segundo semestre una batería de medidas destinadas reducir la actividad económica (altas tasas de interés, salarios, asignaciones sociales y jubilaciones con aumentos mínimos por debajo de los registros inflacionarios) que derivaron en una parálisis del consumo masivo, y contribuyeron a la fuerte desaceleración inflacionaria. Así es, que en lo que va del 2025 mientras el valor del dólar se incrementó 37,35%, la Canasta Básica de Alimentos en el Conurbano Bonaerense aumentó menos de 16%.

“El gobierno anuncia alguna intención de promover cierta reactivación de la economía para la primera parte del año próximo, a través de la reducción de las tasas de interés, algunos incrementos en las remuneraciones, y pequeños traslados de recursos a las provincias. Sin embargo, habida cuenta de cómo funcionó el torniquete anti inflacionario en 2025, seguramente estas medidas –y otras con las que presionan las grandes empresas, como la salida del cepo, y una devaluación más pronunciada- estarán fuertemente condicionadas a la continuidad de la desaceleración inflacionaria”, asegura Rudnik.

“Aun cuando el promedio de los aumentos de las Canastas Básicas se fue desacelerando en relación a lo sucedido durante el 2024 –especialmente respecto al primer semestre- lo cierto es que productos esenciales para una buena alimentación de las familias, como carnes, frutas y lácteos, se fueron encareciendo a niveles de hacerse prohibitivos para la dieta de los hogares de menores recursos”, concluye el director de Isepci.