Según el último informe del Observatorio Mumala, entre 1 de enero y el 30 de octubre de este año se cometieron 211 femicidios en Argentina. Además de 855 intentos de femicidios, 29 sólo en octubre. A su vez, se incrementaron los feminicidios en contextos de narcotráfico y crimen organizado, del 5 al 7%. También se registró más crueldad en la modalidad y en formas de ocultamiento respecto a meses anteriores.
De los 211 femicidios ocurridos en estos diez meses, 164 fueron directos/íntimos, 18 vinculados, 18 en contexto narco, 3 trans travesticidios y 1 lesbicidio.
Las provincias que presentan tasas más altas de femicidios al 30 de octubre de 2025 (calculada en base a los casos de femicidios directos de mujeres + femicidios vinculados mujer + trans/travesticidios + lesbicidios + suicidios feminicidas y los Feminicidios por narcotráfico/crímen organizado en base a los datos de población del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas
2022 del INDEC) son: Santa Cruz, Misiones, Chaco, Neuquén y Santa Fe. Argentina posee una tasa nacional de femicidios de 0,8 cada 100.000 mujeres.
Respecto al vínculo entre víctima y victimario, el 51 % de los femicidios fue cometido por parejas o ex parejas, el 18 % por familiares (directos e indirectos) de la víctima, el 14 % por otros hombres conocidos por la víctima (vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etc), el 7 % por sicarios o bandas mafiosas, el 6 % por desconocidos, y de un 4% no hay datos.
La edad promedio de las víctimas es de 41 años; 17 eran niñas y adolescentes (de 0 a 18 años), lo que representa el 9 % del total; 31 eran adultas mayores, tenían 60 años o más al momento del hecho (17 % del total).
En cuanto a la modalidad del femicidio, el 29 % de las mujeres fue asesinada con arma blanca; el 26% con arma de fuego; el 19 % asesinadas a golpes; el 15 % asfixiadas; el 5 % quemadas; y 3% torturada/descuartizada; otros 2% (atropellada, arrojada al vacío).
Respecto al crecimiento del uso de armas de fuego (25 a 26%), desde Mumalá explican que el dato es coincide con la eliminación por decreto de la Agencia de Control de Armas, lo que favorece la “tenencia express”, reduce la edad mínima para acceder y suspende el plan para la entrega voluntaria de armas de fuego
En el 17% de los casos se utilizó algún mecanismo para deshacerse del cadáver, ocultar o disimular el hecho. Los mecanismos más frecuentes fueron desechadas en basurales y arrojadas a ríos/arroyos.
El 14% de mujeres víctimas de femicidios había denunciado a su agresor. De las que denunciaron, el 50% tenía orden de restricción de contacto o perimetral y solo el 28% botón antipánico.
En tanto, el 65% de los femicidios fueron cometidos en la vivienda de la víctima o en la vivienda compartida; el 11% en la vía pública; el 11% en la vivienda del victimario; el 5% en descampados; otro 5% en lugares como hoteles, trabajo, etc.
Los registros refieren que la mayor frecuencia de los femicidios se dio en horario de la madrugada (18%). En un 49% de las situaciones no se encuentra información.
La edad promedio de los victimarios es de 38 años. En el 18% de los casos el femicida asesinó a una tercera persona, ya sea porque quedó en el medio del hecho violento (femicidio vinculado por interposición), para ocasionar un daño irreparable y culpa a estas mujeres (femicidio vinculado) o porque es un homicida múltiple y su objetivo era asesinar a mas de una mujer/lesbiana/travesti/trans.
El 14 % de los femicidas se suicidó, el 5 % lo intentó. El 10 % de los femicidas tenía antecedentes penales de violencia de género. El 8 % pertenecía a algunas de las fuerzas de seguridad (policías, militares o servicio penitenciario) y el 60% de esos femicidios se cometieron con arma reglamentaria, esto es el 5% del total.
En el 11% de los casos la víctima estuvo desaparecida. El 47 % de las víctimas tenían hijos e hijas, por lo que 142 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin sus madres, de los cuales al menos 39 son potenciales beneficiarios de la Ley N°27.452 sobre la creación del Régimen de Reparación Económica destinado a niñas, niños y adolescentes hijos/as o hijos/as afines de víctimas letales de violencia de género o intrafamiliar (RENNyA o Ley Brisa). El 34% convivía con su agresor.
En cuanto a los feminicidios en contexto de narcotráfico y crimen organizado, entre el 1 de enero y el 30 de octubre de 2025, se sistematizaron 18, lo que representan el 9% de los femicidios registrados. En todos los casos los agresores fueron señalados como sicarios o bandas narco mafiosas, que en el 50% de los eventos no actuaron solos. En el 28% de los casos se utilizaron mecanismos para deshacerse del cadáver u ocultar el hecho: desechadas en bolsas de basura, descuartizadas y enterradas. Y en el 17% se expuso públicamente e instrumentado a través de redes sociales, el femicidio y el cuerpo de las víctimas.
Ante la difusión de todos estos datos, desde Mumala advierten que “es URGENTE que se Declare la Emergencia en Violencias de Género, que se restituyan los programas de atención, sensibilización, capacitación y acompañamiento integral”.




