Se realizó este martes 28 de octubre en la Sala II a partir del recurso de apelación que presentaron los abogados defensores del cabo Héctor Jesús Guerrero contra el procesamiento que dictó la jueza María Romilda Servini el 7 de octubre pasado. Compartimos la crónica de la querella sobre lo ocurrido en la audiencia, además de las últimas informaciones sobre el estado de salud del fotógrafo herido durante la represión en cercanías del Congreso de la Nación.
Según explicaron desde la querella que representa a la familia de Pablo Grillo, los tres puntos centrales del recurso de los defensores del gendarme, Martín Sarubbi y Claudio Nuncija, fueron: negar que Guerrero haya sido el autor del disparo; negar que Guerrero haya disparado intencionalmente hacia los manifestantes, entre quienes estaba Pablo; y, finalmente, negar que los disparos de Guerrero estuvieran prohibidos por los manuales y protocolos para el uso de las pistolas lanzagases.

Sin embargo, durante la audiencia, la querella rebatió cada uno de estos puntos:
“1. Sobre la autoría de los disparos: la defensa de Guerrero buscó atacar el trabajo de reconstrucción de los hechos, trayectoria del disparo e identificación de Guerrero realizado por El Mapa de la Policía y rescatar un informe precario e infundado de una división de la Policía de la Ciudad que decía que no podían identificar a nadie en los videos.

El trabajo de El Mapa de la Policía, hecho por realizadores audiovisuales y dos físicos forenses de gran trayectoria contiene explicaciones pormenorizadas sobre los métodos de obtención y preservación del material fílmico y fotográfico utilizado (código “HASH”, metadata de los archivos), la metodología de análisis de cada una de esas piezas, y un trabajo técnico sobre el contenido explicado cuadro a cuadro y con fundamentos científicos.

Además, ubicaron e identificaron a Guerrero en base a circunstancias objetivas y verificables por cualquier persona que, además, se corroboraron con prueba objetiva de la causa (documentos y nóminas oficiales, incluso su sobrenombre “PICHA”).

En cambio, el informe de la división antropométrica de la Policía de la Ciudad tiene tan solo un par de carillas en las que se limitaron a criticar el material recolectado, sacaron conclusiones y después asumieron no tener personal idóneo ni capacitado para hacer el trabajo de análisis de video. Esto significa que su intervención, lejos de querer contribuir al esclarecimiento de los hechos, tuvo el único objetivo de oscurecer.

2. Sobre la intención en sus disparos: la defensa planteó que, dado que Guerrero no podía controlar el vuelo del proyectil de gas lacrimógeno, debía descartarse la intencionalidad de sus disparos. Además, insistió con la existencia de rebotes en el suelo.

    Todo esto es falso. Las fotos y videos demuestran que Guerrero dirigió sus disparos de forma directa (en ángulo horizontal) hacia la masa de manifestantes y que hizo esto en, por lo menos, 6 oportunidades. El 4to de esos disparos fue el que dejó a Pablo Grillo gravemente herido.

    Como dijo la jueza Servini en su resolución, el comportamiento errático de estos cartuchos obligaba a Guerrero a acatar la prohibición establecida en manuales y protocolos para el uso de la pistola que tenía asignada que es la de no disparar en dirección a las personas, a sus cuerpos ni cabezas.

    Guerrero debió disparar como los manuales, protocolos y la propia conducta de las fuerzas de seguridad demostró durante toda esa protesta: 45° ascendente, algo que Guerrero sabía muy bien porque hizo disparos así, antes y después de atacar a Grillo.

    Además, su intención de disparar de la forma prohibida se sostiene en dos hechos probados en la causa: por un lado, la trayectoria de Guerrero dentro de la Gendarmería Nacional, así como la formación y capacitación con la que contaba para utilizar este tipo de armas (incluso fue instructor de tiro después de haber herido de gravedad a Grillo). Por el otro, hay fotos y videos que lo muestran disparando en 45° ascendente y de forma horizontal en dirección a los manifestantes, lo que denota un pleno conocimiento y voluntad (dolo / intención) de hacer esos disparos prohibidos.

    Como señaló Servini, Guerrero sabía perfectamente que, con su accionar, podía poner en riesgo la integridad física o incluso la vida de las personas a quienes dirigió sus disparos en ángulo prohibido, pero se mostró indiferente a la eventualidad del resultado. La repetición de los disparos en esas condiciones en, por lo menos, 6 oportunidades (de manera indiscriminada e indeterminada hacia un grupo humano) no deja dudas respecto de que cada uno de sus disparos fue una decisión y no le importó si en el camino lastimaba o mataba a alguien.

    3. Sobre la prohibición de disparar hacia los cuerpos de las personas: la defensa de Guerrero planteó que hay una suerte de “laguna” en la regulación de los cartuchos de mediana distancia como los que utilizó el cabo primero Guerrero, pero esto también es falso.

      La prohibición de disparar un arma de fuego en dirección a las personas, sus cuerpos y sus cabezas está reconocido dentro de los manuales y protocolos y aplica a cualquier tipo de cartucho. Esta prohibición se basa en el principio básico y fundamental en el uso de la fuerza que obliga a los funcionarios de seguridad a proteger la vida y la integridad física de las personas por sobre todas las cosas”.

      Además, la querella sostuvo que el disparo prohibido de Guerrero fue, principalmente, ilegal, ya que ni siquiera estaba en una situación que amerite disparar su pistola lanzagases. Los principios de uso de la fuerza establecen que el disparo de este tipo de armas es excepcional, el último recurso, sólo cuando sea absolutamente indispensable. Eso surge, incluso, de la resolución 704/24 del Ministerio de Seguridad citado en la propia sentencia y que, ya en sus primeros artículos, plantea que deberá usarse en escenarios de amenaza grave para la vida e integridad física del funcionario o de terceras personas, algo que no ocurría cuando Guerrero decidió disparar a los manifestantes y a Pablo Grillo el 12 de marzo.

      Aunque la defensa insistió en describir un escenario de violencia generalizada y extrema de los manifestantes hacia la Gendarmería, los videos aportados a la causa lo desmienten.

      Aunque tanto Guerrero como sus defensores dijeron que él fue lastimado en el torso por piedrazos de los manifestantes, los documentos oficiales aportados a la causa por Gendarmería lo niegan por completo: Guerrero terminó la protesta completamente ileso y Pablo Grillo internado en terapia intensiva.

      En su fallo, la jueza Servini confirmó que cada uno de los 6 disparos prohibidos que se le imputan a Guerrero, los hizo porque sí y no respondieron a una agresión ilegítima de los manifestantes, mucho menos de Pablo Grillo que tan solo sacaba fotos con su cámara. Por eso, descartó cualquier causa de justificación y aplicó la agravante de abuso funcional sobre la base de tres factores centrales: su actuación fue ilegal y arbitraria, puso en peligro a las personas que tenía el deber de proteger, defraudó las expectativas depositadas en él por el propio Estado.

      Ahora los jueces Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun de la Sala II de la Cámara deberán resolver si confirman o desarman la decisión que tomó la jueza Servini el 7 de octubre, cuando procesó a Guerrero por las lesiones gravísimas agravadas contra Pablo Grillo y otros cinco hechos de abuso de armas agravado contra el resto de los manifestantes.

      Desde la querella solicitaron que se le confirme el procesamiento a Guerrero y que su caso se encamine hacia la etapa de juicio oral.

      En tanto, este viernes 31 de octubre la familia del fotógrafo Pablo difundió las últimas novedades de su estado de salud. Se indicó que Pablo continúa en terapia intermedia en el Ramos Mejía, que está sin fiebre y con alimentación por sonda nasogástrica. Se agrega que probablemente el martes se lleve adelante una cirugía reparadora para rellenar un hueco que se le hizo debajo de la prótesis. Una intervención que no es urgente pero que se realizará ahora aprovechando que ya se encuentra internado en el hospital. “Sigue con más fuerza que antes. Es consciente, sabe y siente todo el amor que le mandan. Gracias de corazón. Besos de paciencia”, finalizó la familia de Pablo.