Este lunes, durante más de tres horas, la División Balística de la Policía de la Ciudad junto con peritos de la querella y la defensa realizaron una reconstrucción del disparo de granada de gas lacrimógeno que dejó a Pablo Grillo herido de gravedad, informó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Por Indymedia Derechos Humanos.
El objetivo de la pericia es determinar, entre otros puntos, la trayectoria y velocidad alcanzada por el proyectil que impactó en la cabeza de Pablo, la posición en la que se hallaba el arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; y si el proyectil impactó sobre otra superficie previo a herir a Pablo y en ese caso, si le hizo perder o ganar velocidad, o desviarse.

Los hechos
El miércoles 12 de marzo el fotógrafo Pablo Grillo fue gravemente herido en la represión salvaje ordenada por el gobierno de ultraderecha de Javier Milei contra la protesta de jubiladas y jubilados ante el Congreso de la Nación.

En el grotesco operativo, ejecutado bajo órdenes de la ministra Patricia Bullrich, estuvieron presentes la Gendarmería, la Policía Federal Argentina, Policía de Seguridad Aeroportuaria, la Prefectura y la Policía de la Ciudad, quienes desplegaron la violencia represiva del Estado contra las y los manifestantes y trabajadores de prensa. Más de cien personas fueron detenidas y otro centenar resultaron heridas. En el operativo hubo además participación de personal de civil, y una importante cantidad de vehículos identificables y no identificables.

La manifestación había sido convocada para las 17. Una hora antes y sin que se registrara ningún hecho de violencia por parte de las y los manifestantes, comenzó la represión de las fuerzas policiales y de seguridad. El operativo tenía por único objetivo dispersar a la gente del lugar.

Pablo Grillo es un fotorreportero que se había acercado a la zona de la protesta a registrar con su cámara la manifestación y el operativo de seguridad, como ya lo había hecho en numerosas oportunidades. Exactamente a las 17.18 de aquella jornada, Pablo Grillo recibió un impacto de munición de gas lacrimógeno en la parte frontal de su cabeza, que lo dejó tendido en el suelo. Inmediatamente fue socorrido por los manifestantes y, en cuestión de minutos, fue trasladado por una ambulancia del SAME al Hospital Ramos Mejía. Frente a él había una hilera de gendarmes, desde donde salió el disparo, que marchaban escoltados por camiones hidrantes de Gendarmería Nacional y de la Policía Federal Argentina.

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Cabe señalar que el miércoles 13 de agosto Pablo Grillo fue intervenido por séptima vez. Se le colocaron placas en ambos hemiferios y su evolución es la esperada. Permanece en terapia intensiva transitando el postoperatorio, monitoreado y controlado por si aparece alguna infección.