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La crisis social de la vivienda

Según el estudio realizado por Inquilinos Agrupados los hogares destinan un 56 % de sus ingresos para pagar el alquiler, el 40 % está endeudado y un 11,4 % afirma que se encuentra en riesgo de desalojo inminente. Por Mario Hernandez

El titular de Inquilinos Agrupados, Gervasio Muñoz, denunció que “no existe otra forma de acceder a una casa o vivienda”, por lo costoso que resulta adquirir una vivienda propia. En sus declaraciones dio cuenta de que más de la mitad de los ingresos son utilizados únicamente para pagar el alquiler, “si en una casa viven dos personas, uno de los salarios es para pagar el alquiler”.

La investigación también hace constar que el 58 % de los encuestados denunció aumentos de los alquileres, pese al decreto presidencial que los congela hasta fines de enero y que también prohíbe los desalojos.

De esta realidad no dan sólo cuenta las encuestas. Las múltiples tomas de tierra en distintas partes del país, incluyendo a aquellas que fueron desalojadas como sucedió en Guernica, muestran que con el correr de la crisis son cada vez más aquellos que van quedando en una situación habitacional cada vez más precaria.
Según informaron desde el portal Zonaprop, pese a la sanción en junio pasado de la Ley de alquileres, los alquileres sufrieron una suba de 7,9 % en julio, 6,5 en agosto y 6.2 % en septiembre.

En la Ciudad de Buenos Aires, el precio promedio de un alquiler de un departamento de dos ambientes, de unos 50 metros cuadrados, está en $27.765 mensuales. Mientras un poco más amplio, de 70 metros cuadrados y tres ambientes oscila en $38.617 por mes.
Estos aumentos se dan en el marco de una crisis habitacional enorme, acrecentada por la pandemia y una campaña del Gobierno nacional y de la Provincia de Buenos Aires que criminaliza la toma de tierras.

En el programa ¿Sin Salida? de FM La Boca (90.1) entrevistamos a Mónica de Suipacha 548 (CABA):  

M.H.: Mónica es una de las 100 personas que habitan el edificio de Suipacha 548 entre quienes hay 34 niñes, 6 adultos mayores y 3 discapacitades que se encuentran en estado de asamblea permanente tras haber sido notificados sobre un expediente en curso a través del cual el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires los podría dejar en la calle. ¿Qué nos podés comentar?

M.: Llevamos tres semanas en estado de alerta porque nos llegaron unas notificaciones solo a la mitad de los habitantes, a la otra no, les llegaron notificaciones de desalojo a gente que ya ni siquiera vive en el edificio y, mientras tanto, los otros habitantes hemos estado tratando de buscar respuesta ante diferentes entidades del gobierno para ver qué podríamos hacer, para unificar todas las peticiones hemos estado en asamblea.

El gobierno de la Ciudad nos quiere sacar porque al edificio le falta manutención, le falta matafuegos, eso es lo que demandan en el pedido, pero nunca nos hicieron una visita oficial para inspeccionar. Entraron un día, subieron las escaleras y ya. No hubo una visita técnica. Tampoco hubo un censo real sobre las personas que viven, según lo que nos dijeron nuestros abogados para el gobierno de la Ciudad en el edificio solo viven 65 personas y no las 100 que en realidad vivimos.

El 90% del deterioro del edificio es causado por la negligencia de los dueños, durante los 10 años que vivo ahí ellos nunca hicieron absolutamente nada por el edificio, ningún arreglo estructural y el gobierno de la Ciudad alega que es culpa de nosotros.

Nosotros como vecinos hemos planteado muchísimas veces arreglar el terreno. La casa queda en Suipacha y Lavalle, pleno microcentro y nosotros sabemos el valor tanto histórico como de la propiedad que tiene ese lugar. Nosotros siempre hemos querido reparar y restaurar el inmueble, justamente esta semana se está haciendo una junta de dinero para unos arreglos que se tienen que hacer en el edificio, pero sale de nosotros porque el dueño en lugar de conciliar con nosotros lo que hizo fue cortar los servicios básicos, nos cortó el agua, el acceso al gas natural, nos puso dentro de la lista negra de los servicios públicos, no podemos tener acceso a internet, por ejemplo, en ninguna empresa, ni al teléfono. Tenemos agua dos veces al día por un arreglo que hizo uno de los habitantes del edificio, pero no tenemos acceso a solicitar el servicio del agua. Y con el gobierno de la Ciudad en varias oportunidades tratamos de hacer una conciliación de los vecinos para tener ese servicio y no tuvimos ninguna respuesta. La primera y única respuesta es esta, la notificación del desalojo inmediato.

M.H.: ¿Ustedes pagaban alquiler en el edificio?

M.: El edificio ya tenía varios procesos de desalojo, hubo un proceso de desalojo, pero de las personas que vivían en ese momento ya no queda ninguna. Entonces los dueños del edificio siguieron alquilando. Y comenzaron a incumplir, hubo problemas con el agua, con la luz, se cayeron pedazos de techo, entonces los vecinos empezaron a negarse a pagar.

El tipo a raíz de esto dejó de venir. La última vez que vino abrió un hueco en la fachada que da hacia Suipacha para tratar de reparar una tubería que estaba tapada y no volvió nunca más. Y lo dejó así, con escombros cayendo al suelo. Vino Defensa Civil, cerró la calle porque estaban cayendo escombros y eso fue culpa 100% del dueño. La negligencia viene desde ahí.

M.H.: ¿Hay alguna suerte de negociación para evitar el desalojo?

M.: No. Nosotros en este momento estamos agrupándonos, porque nos conocíamos pero no nos habíamos unido en una sola fuerza. En este momento las chicas de la Consejería de Vivienda nos han dicho cómo funciona un proceso de desalojo y nos han guiado a través de todo ese proceso. Porque nosotros quisiéramos llegar a un acuerdo. Un edificio abandonado no le sirve a nadie, ni siquiera al gobierno de la Ciudad porque no se le van a hacer los arreglos y lo que sí va a pasar es que en algún momento el abandono podría hacerlo caer.

Es un edificio de ocho pisos. Lo ideal sería quedarnos. Las soluciones habitacionales en este momento son muy complicadas. El 60% de las familias que vivimos ahí trabajamos en “gris” o en negro, entonces entrar al mercado inmobiliario para nosotros es muy difícil, además de nuestra condición de inmigrantes que también imposibilita mucho el alquilar.

En las redes estamos como Casa Suipacha, ahí nos pueden encontrar.

M.H.: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. para todos los que quieran contactarse con las personas que viven en el edificio de Suipacha 548.

 

 

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