Red Eco Alternativo ***

Declaran la emergencia en el Hogar Curapaligüe

Se trata de una institución que depende del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires. Sus trabajadores denuncian de hacinamiento y graves problemas de infraestructura.

Para visibilizar esta situación, los trabajadores del Hogar Curapaligüe realizaron este miércoles 24 de agosto una volanteada, actividad enmarcada en la Emergencia Laboral y de las Políticas Públicas de áreas sociales que la Asamblea de ATE Promoción Social declaró hace poco más de dos meses.     
Los niños y niñas alojados en este hogar, que tienen entre 3 y 12 años y se encuentran allí por casos de abandono, violencia familiar o situación de calle, viven hacinados; a su vez en el edificio hay filtraciones de agua en zonas con electricidad y cables al descubierto, techos que se caen, camas y muebles rotos, desbordes de desechos cloacales y cortes de agua constantes.
El 14 de agosto pasado, la empresa Metrogas detectó una fuga en la cocina del hogar y cortó el gas en todo el edificio hasta que la pérdida sea reparada y el inmueble estuviera en condiciones. Sin embargo, el gas fue reconectado apenas un día después.
Según explican los trabajadores, el Curapaligüe es uno de los tres hogares propios del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad, donde se alojan bebés, niños y niñas. En este marco, le exigen al Poder Ejecutivo porteño que realice de manera urgente las acciones, obras y reparaciones necesarias para normalizar la situación del hogar.
Cabe señalar que a fines de junio, los trabajadores del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad elaboraron un informe sobre las políticas del Programa Buenos Aires Presente y de las direcciones de Mujer, Adicciones, Niñez y Adolescencia en el que manifestaron su preocupación: “en estos dispositivos, donde debieran vivir un máximo de 30 bebés, niños o adolescentes según las leyes vigentes, se hacinan hasta 50 chicos. Los edificios están derruidos y con goteras, y sistemáticamente hay plagas de roedores y cucarachas (…). Para los chicos explotados sexualmente, ingresar a dispositivos convivenciales implica la posibilidad de acceder no sólo a espacios de cuidado y contención, sino también a recursos materiales básicos, como alimentos y vestimenta. La falta de vacantes en dichos espacios provoca que los niños y jóvenes tengan que recurrir a quienes son sus explotadores, al encontrar pocas respuestas desde las políticas públicas (…). Para las mujeres víctimas de violencia, el ingreso a hogares o refugios constituye un recurso fundamental para acceder a condiciones mínimas de seguridad y, también, para romper con la dependencia material, que impide el desarrollo de un proyecto de vida libre de violencia”, expresaron los trabajadores en el documento.

 

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