Niña de 12 años falleció por mala praxis en Formosa
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- Categoría: Infancia
- Publicado: Martes 18 de Agosto de 2015
Desde el Frente Popular Darío Santillán, denunciaron al Hospital Público La Madre y El Niño por la muerte de Gabriela Mendoza de 12 años. Según explicaron, un diagnóstico errado del personal médico, que confundió un ACV con una intoxicación, llevó a un tratamiento inadecuado que terminó con la muerte evitable de la menor. En este marco, el jueves 20 de agosto se realizará una movilización a la puerta del Hospital, ubicado en Córdoba 1450 de la capital provincial, para denunciar este hecho. Contactos: Rubén Mendoza (padre de Gabriela) 03704-376-080 / Soledad Mendoza (tía de Gabriela y militante del Frente Darío Santillán) 011-15-4066-3398
Según relataron desde el FPDS, el pasado 12 de agosto Gabriela Mendoza, de 12 años, salió de su casa para ir junto a sus hermanos a la escuela 31 Juan Manuel Belgrano de la capital provincial.
Luego de entrar al aula le dijo a su maestra que le dolía la cabeza y sentía náuseas. La docente la acompañó al baño y Gabriela comenzó a vomitar y se desmayó. Las autoridades de la escuela llamaron a la ambulancia y a la familia. Los padres de Gabriela, Rubén Mendoza y Lucrecia Azcona, llegaron a la escuela y volvieron a llamar a la ambulancia que demoró más de 30 minutos en llegar, en los cuales Gabriela siguió expresando su fuerte dolor de cabeza.
Al llegar la ambulancia le tomaron la presión y la trasladaron al Hospital La Madre y El Niño. La recibieron a las 14.30 y el médico de la ambulancia le informó a la doctora que la recibió que Gabriela tenía un cuadro de dolor de cabeza intenso, náuseas y convulsiones.
Inmediatamente la acostaron en una camilla y, sin tomarle la presión ni controlarle los signos vitales, la doctora de guardia ordenó un lavaje de estómago y le colocaron una sonda en la nariz.
Ante dudas y consultas de los padres sobre si había seguridad de que fuera una intoxicación sin haberle hecho ningún análisis, los enfermeros contestaron increpando a la familia y asegurando que al día siguiente la niña estaría bien.
Luego de este procedimiento, Gabriela vomitó más de seis veces y le colocaron suero en el estómago. La doctora le preguntó si consumió drogas y reiteró que se trataba de un cuadro de intoxicación. La familia Mendoza volvió a explicar que la nena almorzó en su casa y luego fue a la escuela. 30 minutos después trasladaron a Gabriela a una sala de internación totalmente sucia y alrededor de las 15.30 le colocaron nuevamente suero y les dijeron que al día siguiente la nena estaría bien.
Pocos minutos después Gabriela se despertó a medias e hizo gestos de un fuerte dolor de cabeza. Su padre buscó a la doctora, que no se hizo presente y después de pedir ayuda varias veces, a las 17 se presentó un enfermero que inyectó una sustancia en el suero. Más tarde apareció la doctora quien le midió el azúcar y la presión, y reiteró que se trataba de una intoxicación.
Gabriela siguió diciendo semiconsciente que le dolía la cabeza, el papá observó un latido intenso de la parte estomacal, y volvió a la sala de guardia de médicos. A las 18, una enfermera le sacó sangre para hacer el único y primer análisis. Gabriela siguió expresando su dolor, su madre volvió a pedir ayuda y la médica le dijo que hay que esperar al día siguiente que su hija se sentirá mejor.
Alrededor de las 23 se terminó el suero y la madre de Gabriela volvió a la guardia médica. Le cambiaron el suero, pero Gabriela siguió tomándose la cabeza entre las manos, con dolor. A la 1 de la madrugada volvió a ir a la guardia. El médico era otro y no sabía el cuadro de Gabriela. Su madre le contó todo. El médico habló con Gabriela, quien volvió a hacer gestos de dolor en la cabeza y el estómago. Le dieron un calmante y se durmió.
Menos de una hora después, Gabriela comenzó nuevamente con mucho dolor y se arrancó el suero. Su madre buscó a la enfermera y cuando esta le pidió ayuda para volver a poner el suero, buscó la vena de Gabriela y notaron que ella se agitaba y se le aceleraba el corazón. La enfermera colocó una máscara de oxigeno y buscó al médico. Gabriela se puso morada y su madre sintió que el corazón dejaba de latir.
El médico no aparecía, la madre de Gabriela lo fue a buscar y estaba sentado en la sala de médicos. Eran las 3 de la madrugada, Lucrecia desesperada le pidió que ayude a su hija y cuando él entró a la habitación encontró a Gabriela sin signos vitales, morada. La llevó a terapia intensiva donde le hicieron reanimación.
Nadie daba respuesta a la madre de Gabriela. Luego de una hora de reanimación le informaron que le iban a practicar una tomografía. A las 5, Gabriela fue trasladada junto a su padre en ambulancia hasta el CETEM, donde le hicieron la tomografía y a las seis de la mañana los médicos informaron que Gabriela tuvo un ACV hemorrágico y que la iban a trasladar a un centro de alta complejidad para evaluar si la pueden operar. A las 9 de la mañana les dijeron que los resultados de la tomografía daban cuenta de que el daño era irreversible, por el tiempo que había pasado y por la hemorragia en el cerebro.
Finalmente, al mediodía le realizaron un encefalograma para determinar el daño causado en el cerebro y a las 15 les dijeron que Gabriela tuvo muerte cerebral.
“Sus hermanos, su padre, su madre y toda su familia sufren hoy la peor pérdida. Han decidido donar los órganos de Gabriela para ayudar a otros niños. A pesar del dolor los padres de Gabriela piden justicia porque su hija podría haber sido salvada si los médicos actuaban en las primeras tres horas. La incompetencia médica, el maltrato y la desidia fueron causa de que Gabriela no pudiera ser salvada. Para que no vuelva a pasar, la familia Mendoza reclama justicia y que conozca lo sucedido. Denunciamos el maltrato y la mala praxis del Hospital Público La Madre y el niño de Formosa que terminó con la muerte de Gabriela”, agregaron desde el FPDS.