Así nacen y mueren las causas por trata de personas con fines de explotación sexual
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- Publicado: Viernes 31 de Enero de 2014

Por complicidad entre funcionarios públicos, judiciales y de las fuerzas de seguridad, o por el miedo que provoca el realizar una denuncia ante este entramado de relaciones de poder, las causas nacen y mueren enterrando la posibilidad de descubrir, de castigar y de liberar. Red Eco Alternativo
(Giselle Scardilli - Red Eco) Argentina - Un trabajador que se encontraba reparando un techo en la localidad de Quilmes escuchó los gritos de una niña de 14 años provenientes de una casa lindera. “Por favor, sacame de acá, no sabés lo que estoy pasando. No se lo deseo a nadie, me obligan a acostarme con tipos”.
Incrédulo tal vez, decidió continuar con su trabajo. Sin embargo, cada día la joven le aportaba un dato nuevo: le contó que la habían llevado a esa casa hacía cuatro meses, junto con su hermana de 17 años, ambas provenientes de la provincia de Misiones. Que sólo les permitían vestirse con ropa interior y que debían atender a varias personas de sexo masculino todas las noches. Que los fines de semana tenía que acostarse hasta con veinte individuos y que cuando se encontraba cansada la obligaban a aspirar cocaína. Finalmente, el hombre decidió realizar la denuncia que derivó en una orden de allanamiento del sitio. El comisario de la División Departamental de Investigaciones de Quilmes fue contundente: “Habiéndose realizado las averiguaciones del caso, se determinó que en el domicilio en cuestión se observan movimientos compatibles con el ejercicio de la prostitución, constatándose que en el lugar funciona lo que en la jerga popular se denomina ‘privado’ - varias jóvenes alquilan un departamento sin la explotación de terceras personas-. En el lugar allanado las mujeres reconocieron hallarse realizando su actividad por propia voluntad sin ser obligadas ni explotadas por nadie y negaron que en el lugar haya habido menores prostituyéndose”. Punto final de la historia y muerte de una causa por trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual.
Este testimonio del 21 de noviembre de 2005 forma parte de un expediente del Ministerio Público Fiscal del Departamento Judicial de Quilmes, y, lamentablemente, no se lo puede considerar como un caso aislado.
Recordemos que la trata de personas con fines de explotación sexual es el secuestro y comercio de seres humanos y, como tal, es una forma de esclavitud. Un delito transnacional que, junto con el narcotráfico y la venta de armas, constituye uno de los negocios más redituables a nivel mundial.
En el marco de la causa por el secuestro y la desaparición de Marita Verón, Susana Trimarco denunció desde un primer momento y en numerosas oportunidades la connivencia entre funcionarios policiales, políticos y judiciales que obstaculizaron el hallazgo de su hija. En este sentido, uno de los casos más emblemáticos fue el de Daniel Moreno, Juez de La Rioja, quien alertaba a los proxenetas que presuntamente tenían cautiva a Marita sobre los allanamientos que se iban a llevar a cabo para que la escondieran en otro lugar.
El doctor Germán Díaz, abogado de la Fundación María de los Ángeles, explicó a Red Eco que “es frecuente que se delaten estos procedimientos, por eso son pocas las personas avisadas para que no se frustre el allanamiento ni se filtre la investigación”. Si bien no cuentan con estadísticas que indiquen cuántos casos involucran a funcionarios públicos, en la causa de Marita Verón hay numerosas demostraciones de cómo funciona esta red de poderes. Mientras la policía y el poder judicial entorpecían las investigaciones y procedimientos para evitar que encuentren a Marita, el poder político garantizaba la impunidad necesaria para que la rueda continuara girando. “La trata de personas existe porque hay connivencia de sectores corruptos de las fuerzas de seguridad, de la justicia y del poder político, y existe porque es un negocio redondo para muchos funcionarios”, expresó Díaz.
Otro caso paradigmático en la provincia de Tucumán fue el del ex Comisario Héctor Pablo Barrionuevo, quien perteneció 23 años a la policía provincial y llegó a ser Jefe de la División Trata de Personas. En 2011, una trabajadora sexual se acercó a la Fundación María de los Ángeles para denunciar a Barrionuevo, quien abusó de ella y la extorsionó pidiéndole una suma de dinero a cambio de la “bendición” para que ella pudiera ejercer la prostitución en su domicilio. El ex Comisario fue removido del cargo, pero, por miedo, la denunciante no inició otras acciones. “Para nosotros fue un golpe muy grande, desde la Fundación trabajábamos con él, era la persona que daba charlas y capacitaciones sobre cómo proceder ante casos de trata”, manifestó el doctor Germán Díaz.
Por otra parte, Elena Reynaga, asesora y fundadora de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) contó a Red Eco cómo la policía presiona y chantajea a las compañeras a diario: “en los lugares cerrados la policía pasa todos los viernes a cobrar su parte, que no es poca, cae con la excusa de que va a hacer allanamientos por trata de personas y como no encuentra nada, termina chantajéandolas, o haciéndoles causas por proxenetismo a aquellas que están al frente del alquiler. A veces hacen simulación de allanamientos, se aprovechan de la ignorancia de las compañeras”. Reynaga comentó la principal razón por la cual las trabajadoras no avanzan en las denuncias hacia las fuerzas de seguridad: el miedo. Y agregó: “Si en 2004 a una dirigente nuestra, Sandra Cabrera, le pegaron un tiro en la nuca por denunciar públicamente y judicialmente, y hoy la misma policía denunciada es premiada con la jefatura de la provincia, ¿quién va a querer denunciar?”.