Red Eco Alternativo ***

Nuevo robo a los jubilados

El ministro de Economía Sergi Massa, anunció el rescate y la unificación de bonos que están en mano de los organismos públicos del Estado. Uno de ellos es el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) que debería cumplir la función de resguradar los ahorros de jubilados y jubiladas. Con esta medida, el gobierno obligará a los organismos nacionales a vender sus títulos de deuda emitida bajo legislación extranjera, para cambiarla por nueva deuda emitida bajo legislación local, con el objetivo de "reducir la tensión cambiaria". Compartimos dos miradas de esta medida
 

Massa destruye el ahorro y las garantías de los jubilados

Por Claudio Lozano*, 23/3/2023
Tenemos un Ministro demasiado amigo del mercado. Cuando decide quemar las pocas reservas de las que dispone comprando bonos de deuda ¿qué hace?
 
Primero lo anuncia públicamente para que esos bonos que están en manos de acreedores privados aumenten su precio y mejoren la situación de quien lo posee.
 
Es decir usa los dólares que no tenemos para beneficiar a los acreedores privados que querían vender esos papeles y tenían un precio muy bajo en el mercado. Ahora, ¿qué es lo que está haciendo?
 
Decide que todos los organismos del Estado incluyendo el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del Sistema Previsional, vendan sus bonos de deuda del Estado Argentino en dólares para tratar de calmar la suba de los dólares paralelos.
 
¿Qué puede ocurrir si anuncia que los organismos van a tener que vender sus bonos en dólares?; que van a bajar los precios en el mercado y los privados comprarán barato un título de deuda argentina que venderán luego más caro o que mantendrán hasta el momento de cobrarlo.
 
La decisión de Massa, por un lado, descapitaliza a los organismos públicos destruyendo en particular el ahorro y las garantías de los jubilados, subsidia al capital privado de carácter especulativo y aumenta el endeudamiento externo.
 
Alguna vez sostuvimos que el acuerdo con el FMI bajo la conducción de Massa expresaba un proceso de menemización del gobierno. 

Esta decisión ya es menemismo explícito.

 *Economista. Fundador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas. Presidente de Unidad Popular (UP)
 
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Nuevo robo a los jubilados: el Gobierno entrega bonos de ANSES en dólares a los bancos

Izquierda Diario - 22/3/2023

Otra medida contra los fondos estratégicos de todos los trabajadores: el ministro de Economía propone que los organismos estatales-como el FGS de la Anses- avance en la pesificación de sus tenencias en títulos. El Gobierno obligará a los organismos nacionales a vender sus títulos de deuda emitida bajo legislación extranjera, para cambiarla por nueva deuda emitida bajo legislación local. Así, busca reducir la brecha cambiaria con los dólares financieros. La medida suma incertidumbre, los "mercados" abrieron en rojo este miércoles en la bolsa porteña.

Este martes por la noche, trascendió que el Ministerio de Economía realizará una nueva medida para reducir la tensión cambiaria. La decisión, que aún no fue oficializada, implica dos operaciones. Por un lado, el Gobierno obligará a los organismos estatales a vender a privados (bancos y especuladores) los bonos en dólares bajo ley local que tengan y con esos pesos que obtengan de la venta comprarán nuevos bonos emitidos por el Tesoro en pesos. Con esta operación el Gobierno cambia deuda intrasector público por deuda en manos de privados.

Entre los organismos estatales que tienen esas tenencias en dólares se encuentra el Anses, que los tiene mediante el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que representa parte de los ahorros de millones de jubilados y jubiladas.

Por otro lado, el Gobierno obligará también a los organismos nacionales a vender sus títulos de deuda emitida bajo legislación extranjera, para cambiarla por nueva deuda emitida bajo legislación local.

La venta de bonos Globales (legislación extranjera) son los que se usan para las operaciones de dólar financiero, y también con la venta de bonos en dólares bajo legislación local (bonares) se busca reducir la cotización del dólar financiero.

Precisamente, como denunció el diputado nacional Nicolás del Caño (PTS-FITU), esta medida implica garantizar la fuga de capitales, dado que son esos grandes sectores del capital financiero los que se realizan esas operaciones.

El anuncio llega días antes de un nuevo aniversario del 24 de marzo de 1976, un golpe que tuvo entre sus beneficiarios a la "patria financiera" y afectó al pueblo trabajador. Todo un símbolo.

Este miércoles por la mañana, el ministro de Economía, Sergio Massa, se reunió con banqueros y funcionarios. El objetivo del encuentro fue intentar “explicar las medidas”. La primera reacción de los llamados mercados parece haber sido contraria a lo deseado por el gobierno: la caída del valor de los bonos en dólares.

Más tarde, el viceministro Gabriel Rubinstein publicó una serie de tuits donde confirma el carácter de la operación. Allí el funcionario afirma que "el Estado irá ganando capacidad de actuación en los mercados del dólar financiero, lo que permitirá evitar subas disruptivas del CCL y MEP". Es decir, el Estado pone a disposición de los grandes bancos millones de dólares.

Desde la oposición de derecha criticaron la medida con otro tanto de cinismo: Carrió y Tetaz hablan como si Juntos por el Cambio no haya atacado los fondos e ingresos de los jubilados en beneficio de los bancos; Maslatón y los libertarios son los más fervientes defensores del ajuste y empleados de la patria financiera.

Quienes no han hecho declaraciones hasta ahora han sido las cúpulas sindicales. De ninguna de las "alas" de la CGT ni de la CTA. ¿Van a convalidar este saqueo al bolsillo trabajador? Hay que exigirles asambleas y un plan de lucha en defensa de las y los jubilados actuales y futuros.

Tampoco se pronunció Fernanda Raverta, la titular del ANSES que responde al kirchnerismo. Confirma que no hay "internas" en esta nueva medida de ajuste.

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Canje de bonos con organismos públicos

Por Julio Gambina, 22/3/2023

Hay nuevas medidas enunciadas hoy ante operadores del sector financiero desde el Ministerio de Economía. Es una iniciativa, como muchas otras encaradas últimamente para ganar tiempo en un año electoral.

La preocupación gubernamental que justifican los anuncios está asociada a maniobras especulativas de estos días, las que intervienen en el aumento del tipo de cambio paralelo (ilegal o blue), que inciden en los dólares financieros (MEP, CCL). Estos son demandados por las empresas para hacerse de divisas ante el control oficial respecto del comercio con divisas al tipo de cambio oficial (cepo).

Señalemos que las subas de los dólares financieros o paralelos intervienen en la suba de precios, más allá de cualquier vínculo de los costos de producción o circulación con las monedas extranjeras.

Destacamos también que la devaluación del tipo de cambio oficial se acelera al ritmo inflacionario, y ya no es ancla, tal como ocurría en tiempos de Martín Guzmán.

Sin perjuicio de ello, desde el gobierno perjuran que no tienen plan de una mega devaluación, tal como demandan desde el poder económico concentrado, especialmente los grandes productores y exportadores.

Para escaparle a la mega devaluación se vienen realizando recurrentes anuncios que, en general benefician al poder, aun cuando postergan la demanda devaluatoria de los más poderosos.

Entre esas concesiones se destacan las operatorias del “dólar-soja o malbec”; el canje de deuda de hace un par de meses, usando recursos de Reservas Internacionales, que objetó el FMI; y ahora este canje de activos dolarizados en manos de organismos públicos para atender la demanda de divisas del sector privado.

Le temen a la mega devaluación, solicitada por los grandes exportadores y el núcleo más concentrado del poder local, por el regresivo impacto social que generará, ampliando las dificultades económicas de la mayoría empobrecida, en torno al 50% de la población.  

Mientras tanto satisfacen la solicitud del poder en aumento de tarifas, cotización especial de exportaciones especiales, caso de la soja o el vino, etc.; y en este caso, la demanda de divisas del sector privado.

Más aún, el temor gubernamental a la mega devaluación es que la suba del tipo de cambio (del dólar) acreciente el descontento social, que se transforme en protesta y extensión de la conflictividad, obviamente desaconsejable en tiempos electorales.

Lo que está en juego son unos 35.000 millones de dólares, que el Ministerio, en coordinación con el BCRA, pretenden gestionar para no tener que acudir al uso de reservas internacionales, afectadas además por las condiciones de merma de exportaciones derivadas de la sequía, pero también de la continua fuga de capitales del país.

No se aprecia la misma inventiva para resolver los temas del empobrecimiento, de la baja de los ingresos populares y el conjunto de reivindicaciones de los de abajo.

Las medidas

La operatoria en curso apunta a pesificar la deuda con los organismos estatales (OE), para lo cual avanza en un canje. Los OE deberán desprenderse de los bonos en dólares de legislación extranjera y local.

Así, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) o los bancos públicos entregarán sus tenencias de bonos en dólares de legislación extranjera a cambio de nuevos bonos en pesos, actualizados por inflación o tipo de cambio. Se estima una suma de 4.000 millones de dólares.

También, y por 120 días, al ritmo que dispongan el ministerio y el BCRA, los OE ofrecerán a licitación sus tenencias de bonos en dólares de legislación local. Se pretende con ello ofrecer una masa de recursos a la demanda de divisas de inversores privados. Se calcula un monto de 31.000 millones de dólares.

Entre ambas operatorias se calcula una intervención sobre 35.000 millones de dólares.

Insistamos, el objetivo apunta a bajar la crecida de la cotización de las divisas y de la inflación en general. Al no poder intervenir con reservas internacionales, virtualmente inexistentes, se acude a este mecanismo de gestión de bonos hasta ahora en manos de los OE.

Se trata de pesificar la deuda. Al entregar bonos en pesos contra los nominados en dólares en manos de OE, el ministerio destaca que los elimina de circulación, con una baja de la deuda registrada en dólares.

Así, se eliminarían unos 4.000 millones de dólares de la deuda pública y se acrecienta la deuda pública en moneda nacional, lo que genera un debate con matizados argumentos.

Hemos señalado que la deuda dolarizada complica porque la Argentina no produce los dólares o divisas, tiene que comprarlas. Al pesificar, debe utilizar recursos fiscales para cancelar intereses, impidiendo la satisfacción de derechos sociales: educación, salud, alimentación, ingresos populares, etc.

Las licitaciones de los bonos dolarizados de legislación local significarán ingresos de pesos a los OE, los que se utilizarán para comprar bonos pesificados, actualizados por tipo de cambio o inflación.

Así, el estado se hará de unos 2 billones de pesos en un cuatrimestre para atender el déficit fiscal sin emisión ni deuda para cumplir con la meta acordada con el FMI. Siempre está el condicionante del FMI.

Por un lado, avanza la pesificación de la deuda, al tiempo que orienta la deuda dolarizada de legislación local hacia los tenedores privados. El supuesto teórico detrás de la medida es que se debe reemplazar deuda en divisas, por obligaciones en moneda local.

En síntesis

Lo que está haciendo el gobierno es una iniciativa para hacerse de dinero que financie el déficit fiscal, en un momento donde está disminuyendo el ingreso de divisas por disminución de las exportaciones derivadas de la sequía.

Como siempre y tal como históricamente se actuó, se acude a los fondos de la seguridad social, especialmente en este caso al FGS.

Al mismo tiempo profundiza la lógica de pesificación de la deuda pública, disminuyendo parte de la deuda en moneda extranjera y habilita nuevos canales de oferta de títulos en divisas para intervenir en el mercado cambiario disminuyendo las presiones al alza.

De ese modo, pretende contener la potencial devaluación que demanda el poder económico y la oposición de derecha.

Se intenta ganar tiempo en momentos de gran incertidumbre mundial, ante la crisis de bancos estadounidenses y europeos, cuando la Reserva Federal de EEUU sostiene la suba de tasas de interés para contener la inflación.

La combinación de los problemas locales y los globales impacta en el deterioro de las condiciones de vida de la población empobrecida, por lo que, más que nunca se requiere la anulación del acuerdo con el FMI, la suspensión de los pagos de la deuda, su auditoría y una reorientación de la política económica.

Esa reorientación debe atender a satisfacer la demanda social de sectores de menores ingresos, empobrecidos por una dinámica que privilegia la ganancia y la inserción subordinada del país en el capitalismo global.

Buenos Aires, 22 de marzo de 2023

 

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