
La pobreza de Argentina en tiempos de Macri y el FMI
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- Categoría: Economía
- Publicado: Miércoles 23 de Octubre de 2019

“Radiografía de la pauperización social de la Argentina en tiempos de Macri y el FMI” es el título del informe elaborado por Claudio Lozano, integrante del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPPyP), en el que se analiza cómo se distribuye territorialmente y por edades, la pobreza e indigencia, tomando los datos oficiales del segundo trimestre de este año.
(Por Claudio Lozano-IPPyP) Argentina -El panorama es sombrío por donde se lo mire. Mientras el norte concentra los mayores porcentajes de pobreza, la franja central del país agrupa el mayor número de pobres y resulta alarmante el empobrecimiento de provincias del sur como Tierra del Fuego, Río Negro y Chubut.
La desigualdad se expresa con crueldad al observar que en parte de las provincias más productivas en lo relativo al desarrollo del agronegocio y el complejo sojero, el hambre se manifiesta con la mayor crudeza. En el año de la cosecha récord en la producción de oleaginosas y granos, es récord también el hambre y la indigencia.
Mientras el promedio nacional evidencia un 36,7% de la población bajo la línea de pobreza, son 17 las jurisdicciones del país que superan la media nacional. En cuanto a la población en situación de indigencia, que a nivel nacional promedió un 8,3%, siete provincias superan el promedio del país. Es dramática la situación del Chaco que ostenta una tasa altísima de indigencia (16,7%). Pese a no ser una provincia fuertemente poblada, tiene la característica de ser el tercer distrito de la Argentina con mayor cantidad de personas en situación de indigencia. Algo así como EL TERRITORIO DEL HAMBRE en nuestro país.
La extensión territorial de la pobreza y la indigencia
Las provincias del norte argentino son las que tienen las tasas de pobreza más elevadas (el NEA y NOA), una parte importante de las cuales supera el 40% en pobreza. Las ocho provincias más pobres son Santiago del Estero, Chaco, Catamarca, Tucumán, Salta, Corrientes, Entre Ríos y Misiones, en las que reside aproximadamente un millón de personas (con excepción de Catamarca) de las cuales casi medio millón son pobres.
Si bien las expresiones de pobreza son más importantes en la zona norte del país, la distribución demográfica producto de la concentración de oportunidades en la franja central del territorio nacional implica que en pocas provincias se concentre el grueso de la población pobre. Así, las provincias que superan el millón de personas pobres son: Buenos Aires (6,8millones, el 41,5% del total), Córdoba (1,4 millones, el 8,5%) y Santa Fe (1,4millones, el 8%). Es decir, el 60% de la población más vulnerable reside en sólo tres provincias.
La falta del acceso a una alimentación adecuada, si bien afecta también a las provincias del norte, se destaca que la mayor incidencia relativa se presenta a su vez en jurisdicciones de la zona pampeana y la región del GBA, como La Pampa, Córdoba y Buenos Aires (cerca del 10% de la sus respectivas poblaciones es indigente).
La distribución territorial de la población indigente, si bien vuelve a responder a la concentración demográfica vigente, sobresale el agravamiento de la situación de indigencia en Chaco que a pesar de no revestir singular importancia en términos poblacionales, es la tercera jurisdicción, luego de Buenos Aires y Córdoba, que concentra la mayor cantidad de personas que pasan hambre en el país.
La infantilización de la pobreza e indigencia
El rasgo de infantilización que asume la problemática del hambre y la pobreza queda, una vez más, expuesta en los últimos datos publicados: el 54,6% de chicos y chicas menores de 14 años son pobres (más de 6 millones de pibes) y el 15% directamente pasa hambre (más de 1,6 millones). Estos representan el 36,5% de la población pobre y el 43,7% de la población indigente. El hambre, entre nuestros pibes, prácticamente se duplicó en el último año (la tasa de indigencia creció en un 80%).
Es decir, poco más de la mitad de los niños y las niñas argentinas vive en hogares cuyos ingresos no cubren una canasta básica familiar de bienes y servicios básicos. A su vez, casi un millón y medio de ellos tiene problemas para alimentarse de forma adecuada, debido a que sus hogares no logran acceder a una canasta básica de alimentos adecuada.
El segmento de 0 a 14 años tiene las tasas de pobreza e indigencia más altas de los 4 grupos de edad, y explica más de la tercera parte de la totalidad de pobres y más del 40% de los indigentes.
La situación social de los jóvenes de entre 15 y 29 años no es para nada alentadora. El 42,3% (4.469.678) es pobre y el 9,4% (993.262) es indigente, todavía por encima de la media de nacional.
Por su parte, del total de adultos de entre 30 a 64 años, 5.538.853 son pobres y 1.074.975 son indigentes, mientras el grupo de los adultos mayores de 65 años, el 10,4% (528.742) es pobre y 1,2% (61.009) es indigente.
Datos Finales
Las condiciones de vida de la población se encuentran en un proceso de deterioro desde el inicio de la crisis cambiaria en abril del 2018, profundizándose desde entonces en el contexto de la vigencia del acuerdo con el FMI.
Entre junio de 2018 y junio de 2019, la tasa de pobreza de los adultos mayores saltó del 7,0% al 11,8%, y la tasa de pobreza de los menores de 15 años se disparó del 43,8% al 54,6%.
En tan solo un año, las políticas de Macri y el FMI desplazaron a 251.672 adultos mayores y a 1.214.825 niños y niñas más, bajo la línea de la pobreza.
Estos dos grupos vulnerables fueron profundamente afectados por el encarecimiento de los alimentos, cuyo efecto quedó plasmado en el aumento del 79,1% de la tasa de indigencia para los menores de 15 (de 8,2% a 14,8%) y del 74,6% de la tasa de indigencia para los mayores de 65 (de 0,7% a 1,2%). Como resultado, en tan solo un año 722.947 de nuestros pibes y 26.216 de nuestros abuelos/as fueron llevados al hambre.
INFORME COMPLETO