Red Eco Alternativo ***

El agente de la AFI procesado por espiar ilegalmente vecinos de Esquel

Finalmente la audiencia se realizó el día 2 de agosto con presencia de los querellantes (vecinos espiados) de Esquel, y la concurrencia de varios vecinos de Comodoro Rivadavia. El tribunal se tomará un plazo razonable para resolver la apelación del procesamiento del agente de la Ex SIDE.

El espía -cuya identidad no se puede revelar por la ley de inteligencia- espió vecinos de la comunidad cordillerana durante casi un año de manera ilegal con el acompañamiento de funcionarios judiciales y miembros de la policía provincial.
Como en los más taquilleros films de espionaje, el agente secreto parece haber quedado a merced de su suerte. Nadie se hace cargo de la tarea de inteligencia que llevó a cabo durante casi un año, tiempo en el que se dedicó a buscar información, tomar imágenes fotográficas, almacenar datos y elucubrar sobre la vida y obra de una veintena de vecinos de Esquel y la Comarca Andina, en su mayoría militantes del No a la Mina.
Desde la Agencia Federal de Inteligencia ya el año pasado Oscar Parrilli negó cualquier directiva en ese sentido y reconoció (a los concejales de la ciudad cordillerana que lo fueron a consultar) que la ley de inteligencia prohíbe expresamente el seguimiento de ciudadanos argentinos por su pensamiento político; dijo que no se había impartido una orden judicial ni dado la necesaria autorización de las más altas esferas de la Agencia. Quien por ese entonces se desempeñaba como jefe de los espías confirmó que era un espía de la delegación provincial de Trelew de la AFI pero le soltó la mano y dijo desconocer que intereses podían estar detrás del espionaje.
Durante el 2015 todo el arco político salió a repudiar el espionaje. Fue unánime la solidaridad con las víctimas y el reclamo de llegar hasta las últimas consecuencias, responsabilizando siempre al espía. Pero los regaños nos hicieron mella y comenzó a defender su hombría de bien desde los estamentos judiciales del fuero federal. Es que incluso llegó a ser denunciado por los fiscales generales de Esquel, los mismos que lo habían recibido meses antes para hacerse con el cúmulo de “fichas” de las personas que sufrieron el espionaje, entre quienes se encuentra este cronista.
Falso vecino
La imposibilidad de revelar su identidad, por el secreto que impone la ley de inteligencia, no hizo más que aumentar el interés por su persona. Y desde aquella audiencia del 28 de agosto, donde la defensa pública denunció el espionaje en el marco de una audiencia donde se ventilaba el conflicto entre mapuches y el grupo Benetton por tierras de Vuelta del Río, la pregunta es a quién le pagábamos por husmear la vida de los otros. Sobran conjeturas, anécdotas compartidas, todo tipo de historias del hombre que sabía demasiado. Es que en Esquel, como en casi cualquier lugar del planeta donde las multinacionales posan sus ambiciones, siempre hubo falsos reporteros gráficos, falsos militantes de casi cualquier causa, vecinos impostados.
El hecho de que el espionaje fuera dejado en evidencia por un supuesto traspapeleo de los fiscales, mostrando la connivencia entre miembros de la fuerza policial, agentes de inteligencia y funcionarios judiciales, abrió una rendija de esperanza: algo tan grave que de tan burdo no podía quedar en la nada.
Activistas en la mira
Guido Otranto, el juez federal de Esquel, confirmó el procesamiento solicitado por la fiscal subrogante Silvina Ávila. Entendiendo que el solitario espía que visitaba despachos tribunalicios y comisarías a sus anchas obtuvo información, produjo inteligencia y almacenó datos sobre personas por el solo hecho de su adhesión o pertenencia a una organización social. La actividad, prohibida por el art. 4º inc. 2 de la Ley de Inteligencia Nacional nº 25.520, fue realizada respecto de veintiséis personas identificadas por apoyar o participar en la organización social “No a la mina”, registrándolas en un archivo informático denominado “Activistas antimineros en la zona de la comarca andina” con nombre y apellido, fotografía y datos sobre sus actividades u ocupación.
Para el juez, la información volcada respecto de cada una de esas personas no consistió en una mera búsqueda a través de alguna red social en internet, como ligeramente afirmaron algunos testigos, entre los cuales hay que mencionar a funcionarios judiciales, en la instrucción coincidiendo con el imputado. “Ha quedado demostrado que desempeñó funciones de investigación criminal en dos investigaciones en las que no se había requerido su colaboración por autoridad judicial competente. En ese proceder, a su vez, obtuvo información y almacenó datos de personas por el hecho de adherir o pertenecer a organizaciones sociales. Al tiempo, se relacionó y actuó en su condición de agente de inteligencia ante dos Fiscales Generales del Ministerio Público Fiscal de la Provincia del Chubut que estaban a cargo de una de esas investigaciones, aportándoles la información que había recolectado a través de las tareas de inteligencia desempeñada ilegalmente”.
Por el cúmulo de materiales acercados a la causa, entre los que vale mencionar la filmación de una reunión con los fiscales de Esquel, Otranto dictó el procesamiento del espía. Y recientemente llamó prestar declaración indagatoria a dos altos cargos de la policía provincial, y a los doctores Fernando Rivarola y María Bottini, del Ministerio Público Fiscal. Esta última definición del juzgado Federal no debería pasar inadvertida por los miembros del Consejo de la Magistratura, que semanas atrás se pronunciaron por archivar la denuncia presentada por el ex Fiscal de Estado, Miguel Montoya. También debe estar atento al curso de los acontecimientos el procurador general de la provincial, Jorge Miquelarena, quien desde la jefatura de los fiscales no tuvo mayores reproches para los funcionarios judiciales involucrados.
Misión: Imposible
La Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia ahora tiene en sus manos la situación procesal del agente de la delegación provincial de Trelew de la Agencia Federal de Inteligencia. El informante ya apeló el procesamiento del juez federal de Esquel y mañana deberá hacer su descargo.
A partir de las 10,45 se espera que en la ciudad petrolera se presente a la audiencia y brinde explicaciones de las tareas de espionaje realizadas. La defensa considera que está mal procesado y que debe ser dejado sin efecto. Por otro lado se va a escuchar al fiscal federal y a los querellantes que van a sostener la necesidad de mantener el procesamiento dictado por el juez Otranto.
En base a los dos argumentos, los tres jueces que integran la Cámara de Apelaciones tendrán que resolver si se mantiene el procesamiento o queda sin efecto. El delito por el que está acusado es violar la ley de inteligencia y hacer tareas de espionaje sin orden judicial.
¿Quién ordenó el espionaje a vecinos del No a la Mina? ¿Con qué finalidad? Son algunos de los interrogantes que podrían quedar develados. O tal vez siga insistiendo el espía con echarle la culpa a las redes sociales por la pérdida de la privacidad. Para ello nuevamente deberá contar con la complicidad de algunos tantos de los servidores públicos que lo vienen apañando. No por nada en la cordillera se lo recuerda como el hombre que sabía demasiado.
Fuente: Federico Ovidi - BigSur

 

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