Pese a que hubo 365 muertos y ocho mil heridos, Obama cree que Mubarak no reprimió al pueblo
(Patria Grande) EEUU - Comparando la operación de desestabilización que el Departamento de Estado ejecuta en Teherán con las rebelión popular egipcia, Obama se encargó de desprestigiar al gobierno iraní, a la vez que sugirió que el régimen de Mubarak, respaldado por EEUU, no trató de reprimir violentamente el reciente levantamiento.
Al tratar de contrastar los hechos ocurridos en Egipto con las recientes manifestaciones en Irán, en las que ya se cifra un fallecido, Obama limpia el prontuario de Mubarak.
El Presidente Obama declaró: “Lo que fue verdad en Egipto debería serlo también en Irán. La gente debería poder expresar sus opiniones y reivindicaciones y procurar un gobierno más receptivo. Lo que fue diferente fue la respuesta del gobierno iraní que fue dispararle a la gente, golpearla y arrestarla. Espero que sigamos viendo al pueblo de Irán con el coraje de expresar su anhelo de mayor libertad y un gobierno más representativo“.
Obama también defendió la forma en que su gobierno encaró el levantamiento egipcio y afirmó que deseaba evitar que pareciera una intromisión para presionar en favor de una transición. Pero el mandatario se rehusó a admitir que dos altos funcionarios, la Secretaria de Estado Hillary Clinton y el enviado especial Frank Wisner, expresaron su respaldo al régimen de Mubarak.
El Presidente Obama agregó: “Lo que no hicimos fue fingir que podíamos dictaminar el resultado en Egipto, por lo que fuimos muy cuidadosos en dejar claro de que era importante que se tratara de un acontecimiento egipcio, de modo que Estados Unidos no se convirtiera en el centro. Dimos un mensaje muy claro de que creíamos en una transición ordenada, significativa, que debía tener lugar más temprano que tarde, y fuimos coherentes con ese mensaje de principio a fin”.
Tales declaraciones se contradicen las dichas por el propio presidente de los Estados Unidos en el fragor de los hechos. El 10 de febrero, Obama declaró: “Estados Unidos hará todo lo que pueda para garantizar una auténtica transición a la democracia en el país árabe”.
Ni las contradicciones ni las injerencias son la excepción en el trazado de las estrategias del Imperio. Bien dijo Noam Chomsky sobre el comportamiento de Estados Unidos ante la Rebelión egipcia:
“Los Estados Unidos están siguiendo su libreto habitual. Ha habido muchas veces en las que un dictador “cercano” perdió el control o estuvo en peligro de hacerlo. Hay como una rutina estándar: seguir apoyándolo tanto tiempo como se pueda; cuando se vuelva insostenible -especialmente, si el ejército se cambia de bando-, dar un giro de 180 grados y decir que siempre estuvieron del lado de la gente, borrar el pasado y después hacer todas las maniobras necesarias para restaurar el viejo sistema pero con un nuevo nombre.”
A los hechos nos remitimos.