Hambrientos de atención
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- Categoría: Pueblos Originarios
- Publicado: Domingo 05 de Agosto de 2007
(Red Eco) Chaco - Un grupo de aborígenes marchará el miércoles próximo hasta la Casa de Gobierno del Chaco para reclamar la renuncia del ministro de Salud, Ricardo Mayol, a quien responsabilizan por la muerte de al menos 10 indígenas por desnutrición y tuberculosis.
El sábado pasado se realizó una asamblea en la escuela provincial 1037 del paraje Paso Sosa donde las etnias aborígenes de la zona toba, wichí y mocobí decidieron trasladarse a Resistencia para realizar esta movilización.
La marcha se decidió luego de que el Centro de Estudios e Investigaciones Sociales Nelson Mandela difundiera las identidades de los 10 aborígenes tobas que fallecieron por tuberculosis y otras enfermedades agravadas por la ola de frío y el cuadro de desnutrición crónica que padecían.
Esta organización viene desde hace tiempo denunciando la falta de asistencia que padecen las comunidades indígenas. Su titular Rolando Núñez, definió la situación como un "desastre sociosanitario", porque se trata de enfermedades de la pobreza, y remarcó que el sistema sanitario "no los contiene, no los rescata, porque excluye a los indígenas".
Según un informe de esta organización no gubernamental, que con un equipo médico evaluó en 2006 a 171 personas de ocho comunidades de las cercanías de Villa Río Bermejito, detectaron "pocos pacientes evaluados y muy pocos previamente medicados", en su mayoría chagásicos y con tuberculosis.
Bashe Nuhem, comunicadora toba de la Red de Comunicación Indígena sostuvo que "no hay en todo el país casos de esta magnitud", y lo atribuyó a que "se vendieron todas las tierras. Ellos no pueden sembrar, les quitaron las hectáreas de tierra, así que apenas tienen espacio para vivir aunque en realidad se van muriendo de hambre".
Por su parte, el ministro Mayol, advirtió que la cartera a su cargo "trabaja permanentemente" para controlar las enfermedades crónicas que padecen los aborígenes chaqueños concentrados en los parajes de El Impenetrable.
"Estamos en el terreno, controlándolos, pero también tenemos que saber que ellos tienen su cultura, su forma de alimentarse y de curarse, y que esas son cosas que debemos respetar", sostuvo.
En cambio, Germán Bournissen, coordinador del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen, denunció: "Es verdad que los aborígenes mantienen su medicina tradicional, pero saben bien que hay enfermedades como la tuberculosis que deben tratar en los centros médicos. Lo que sucede es que se acercan a los hospitales y no reciben la atención adecuada".
Bournissen sostuvo: "Más que una cuestión de salud, es un problema de soberanía alimentaria porque la desnutrición es el último eslabón de una cadena que comienza con la destrucción del monte donde viven los aborígenes, que es su fuente de alimentación".
Fuentes: APF.Digital, Chaconline, 26noticias