Falleció Antonio Fernández Pardo
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- Categoría: Más del Pais
- Publicado: Jueves 28 de Abril de 2011
(Noelia Carranza-Red Eco) Buenos AIres- Fernández Pardo, quién nació en Oruro-Bolivia en 1944, desde dónde emigró a la Argentina siguiendo el destino de los cientos de miles de desterrados que buscan futuro lejos del pago natal, dejó de existir el martes 27 en la localidad de Berisso. Allí vivió durante los últimos 26 años. Hijo de madre Quechua y padre mestizo conservó lengua e identidad recuperando en su obra los motivos propios de su cultura ancestral.
Con un gran trabajo del color y la textura, la totalidad de sus cuadros fueron gestados durante su exilio en Argentina.

Con una formación enteramente autodidacta tuvo por atelier uno de los salones de la Escuela N° 2 de Berisso dónde fue portero y sereno más de 25 años. Allí desarrolló una variedad de técnicas gracias a la lectura de libros que él mismo conseguía y descubrió en el trabajo con los alumnos el uso del crayón, material que marcó la última parte de su obra.
Una variedad representativa de esta ecléctica producción pictórica es la que se exhibe en el Foyer del Teatro de la Comedia y estará disponible para la visita del público en general de martes a domingos en el horario de 9 a 20.–calle 12 e/ 62 y 63- hasta el próximo 2 de Mayo, con entrada libre y gratuita.
Vivió la mayor parte de su vida en la pobreza y el silencio con que la Historia del Progreso olvida a los testigos de las otras, las historias profundas de la América Latina.
La última entrevista (*) es un auto retrato del hombre que ante el desarraigo encontró en las formas del arte un destino perdurable.
N.C.: Un primer hecho saliente de su trayectoria aparece en 1981 cuando la Dictadura Militar prohíbe su obra “El Cristo Coya”. ¿Cómo transcurría su vida en aquel momento?
A.F.P.: En aquella época vivía en una villa de emergencia, en el barrio Mosconi de Ensenada, donde trabajé de muchas cosas, de changarín, de ayudante de verdulero en la feria. Viviendo ahí, en una casilla, empecé a dedicarme a la pintura, a estudiar. Todo lo que había aprendido en las artesanías iba volcando poco a poco y ahí fueron surgiendo los primeros dibujos.
N.C.: ¿Cómo fue su formación desde aquellos primeros dibujos a su obra actual?
A.F.P.: Bueno, estudiaba solo, leyendo libros que conseguía para aprender las técnicas. La técnica se puede aprender, pero a crear no, porque sino todos los grandes pintores serían vulgares. Ahí, en la villa, empecé a buscarme interiormente, empecé a pintar. Allí una vez me encontró un periodista, que se admiraba de encontrar un ranchito lleno de obras de arte.
N.C.: Así que a la escuela fue a trabajar, de grande…
A.F.P.: No, fui a la escuela cuando era chico, pero hasta tercer o cuarto grado. Mi lengua materna es el Quichua, y allí aprendía castellano. Me costaba mucho. Tuve que abandonar la escuela por esa causa, y de ahí que me iba mucho al campo de mi tío, Celestino Pardo. Yo no quería darme mucho con la sociedad, por este tema de la lengua. El se dio cuenta a tiempo de eso y trató de ayudarme. Mi tío me decía que había muchas maneras de comunicarse con el prójimo, y que el arte es un medio muy eficaz. No siempre es la lengua, sino que cualquier arte nos sirve para comunicarnos; y mucho más la música porque la música es algo que se lo puede contagiar directamente. El fue el autor de todo lo que aprendí de más chiquito, el que me ayudó mucho en mis primeros pasos de dibujo, de pintura. Una forma de agradecerle es firmar con su apellido.
N.C.: De ese autoexilio al campo de su tío siguió la partida de la tierra natal. ¿Qué significó la pintura en toda esa experiencia?
A.F.P.: Pienso que la pintura me salvó, porque pude dominar todo mi ser, mi mente, para poder arraigarme a la tierra acá. Era difícil al principio. Pensaba “va a ser imposible para mí quedarme”, pero una vez que empecé a pintar me parecía vivir a través del arte. Era mucho sueño, mucho pensamiento, canalizar todas las imágenes de mi país, de mi tierra; parecía que estaba viviendo ahí. Entonces no necesitaba regresar, ya había regresado en el arte.
N.C.: Y trajo para acá las imágenes andinas…
A.F.P: Sí…Pienso que somos tierras ambulantes, llevamos nuestra tierra donde vayamos.
(*) Entrevista realizada por Diana Arriegada y Noelia Carrazana con la Colaboración de Cinthia Centurión)