El "efecto Macri" llegó a Venezuela
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- Categoría: Opinión
- Publicado: Martes 08 de Diciembre de 2015
Luego de una larga espera, pasada la media noche Tibisay Lucena, la Presidenta del Consejo Nacional Electoral, anunció que tras procesar 96.03% de los votos, el PSUV ha obtenido 46 diputados, de los cuales 24 son representantes nominales y 22 por lista, mientras que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtuvo un total de 99 diputados, de los cuales 72 fueron vía nominal y 27 por voto lista. Aún faltan por definir cómo se repartirán 22, pero la tendencia es absolutamente irreversible: perdió el chavismo por paliza. Por Modesto Emilio Guerrero para Red Eco Alternativo
La primera verificación es que continúa la tendencia declinante de los gobiernos progresistas, un fenómeno que apareció hace unos cuatro años, y que cuatro años después se expresó con ribetes de drama en Argentina, pero en 2011 se manifestó como derrota parlamentaria del kirchnerismo, se conoció en Ecuador y Bolivia cuando perdieron sendas capitales a manos de la derecha. Brasil es la otra señal peligrosa en el corto plazo. Pero ya en 2009 y 2012 sufrimos las derrotas aplastantes por medios golpistas contra Zelaya en Honduras y de Lugo en Paraguay. En 2010, no lo olvidemos, el chavismo perdió con la oposición en términos de votos, que es lo que interesa revisar, aunque el diseño de las circunscripciones haya favorecido al gobierno con más diputados.
Un analista superficial, sea periodístico o académico y un burócrata de oficio, de partido o de gobierno (que en algo se parecen), prefieren conformarse y reconfortarse con la cantidad de escaños ganados (acumulación de poder por el poder mismo ¿no?), olvidando que la gobernabilidad real se basa en lo que la gente trabajadora, eso que llamamos pueblo, siente, piensa y hace. Eso es lo que hay que blindar, cuidar y preservar. No habrá continuidad para un gobierno popular si no cumple con esta condición básica.
Lo de Argentina o Venezuela no es una inevitabilidad maldición teleológica, menos una desgracia latinoamericana de ese engendro teórico positivista del "fin de ciclo". Como si la gente trabajadora anduviera jugando a los ciclos, y no buscando soluciones duraderas a sus inestables existencias.
Estamos en presencia de una serie de tendencias internacionales que tienen materialidad en varias zonas del mundo. Ayer mismo, mientras la derecha venezolana bailaba su propio joropo, la ultraderecha del Frente Nacional de Francia, se instalaba en la municipales del viejo país galo, frente la mirada absorta e impotente de la clase obrera con más tradición insurreccional de Europa occidental. Pero tampoco las sociedades alemana o británica reaccionaron ante la acción belicista de sus gobiernos en Siria, con el pretexto de ISIS.
Esa tendencia sostenida se basa en el debilitamiento grave de una alternativa por izquierda contra el sistema global del capitalismo, en cada país o a escala internacional. Un primer experimento surgió en América latina hace unos 15 años, sobre todo con la derrota del ALCA en 2005, pero se agotó porque cada gobierno dejó la tarea a medio camino, o a menos.
Basta pensar en el Banco del Sur, en las primarización de sus economías o en el desmotaje de las Comisiones Binacionales de Alto Nivel Presidencial, desde 2012, la judicialización de la crítica interna, entre otros ejemplos. En suma, una corrida de bonapartización temprana de estos gobiernos.
Luego apareció Siryza en Grecia, agotada antes de ver su propio mediodía mediterráneo. Y en el medio, la derrota de las auspiciantes "primaveras árabes".
Echarle la culpa al imperialismo y al enemigo interno por este resultado, es no haber comprendido nada y eso conducirá a otras derrotas. Esto no impide definir que en la cadena causal, el eslabón determinante fue y es la presión dislocadora del sistema imperialista sobre nuestras naciones y pueblos, un sistema que no soporta este tipo de gobiernos, sin importarle sin son de izquierda, menos de izquierda o dejaron de serlo. Basta con que lo cuestionen en algo para que se conviertan en objetivos de caza.
La pregunta más importante: ¿Que hacer para detener esta tendencia? ¿Cómo, en cuál de los países, de qué maneras?
En el caso de Venezuela es más sencillo, en términos relativos, que en Argentina o Brasil. Por varias razones. a) La derrota es más parcial que en estos dos países; b) existe un poderoso movimiento social enraizado, aún, a pesar de la huida de miles de los mejores cuadros que ya no soportan las tropelías de la burocracia corrupta gobernante; c) las Fuerzas Armadas siguen casi intactas con el chavismo, aunque es mejor pensar que esa realidad comenzará a modificarse ni bien asuma la nueva Asamblea Nacional, d) la derecha no tiene mayoría calificada en la Asamblea, estará limitada en su propósito, y por último: la "revolución bolivariana produjo un organismo nuevo tan creativo como masivo: las comunas, verdaderas células con potencial poder alternativo para intentar superar todo lo actual.
En Venezuela existen amplias posibilidades de detener la tendencia regresiva continental y superarla por la izquierda.
Porque además cuenta con una ventaja notoria. Desde 2012 existe un programa estatal transformador y anti sistema. Ese programa se conoce popularmente como "Comuna o nada" y se le debe al Comandante Chávez que lo promulgó y se lo encargó oficialmente a Nicolás Maduro como la tarea estratégica, o sea indispensable, para sacar a la sociedad venezolana y al chavismo del atolladero en el que ya se encontraba en 2012.
Ese documento fue votado como Programa de Estado en 2013 por esta Asamblea Nacional perdida el domingo 6. De hecho existe el Consejo Presidencial de las Comunas, donde se reúnen cada tanto, parte del Gabinete con los Voceros y Voceras de las Comunas. Pero no mucho más. En año y medio de vida no ha logrado convertirse en un órgano de poder nacional como aspiraba Chávez.
O sea: Venezuela cuenta con un organismo social dinámico, que además ya está instalado como un factor de Estado. Pero existen dos obstáculos. Primero: ese organismo comunal es nuevo, necesita maduración política. Segundo: El gobierno de Maduro no quiere comprender que es la única vía para escapar a una derrota desastrosa del chavismo en la próxima prueba electoral.
¿Qué significa comprender esa tarea estratégica? Es simple: diseñar una nueva arquitectónica estatal republicana basada en las Comunas, para sustituir el actual estado periclitado y hediondo a corrupción, condenado a muerte por el Comandante 2012, pero sobreviviente en manos de los nuevos detentadores de la renta petrolera y los préstamos chinos.
Esta nueva estructura en realidad existe "arriba" como una formalidad, un decorado de izquierda, pero no "abajo" como un factor de poder. Se basa en legislación y normas que le dan ese sustento republicano que tanto inquieta a los amantes de la civilización burguesa, y lo más importante: sirve para legitimar ese nuevo Estado, a escala nacional e internacional, contra la inevitable campaña de sus enemigos. Aunque por un tiempo conviva con el actual parlamento, la tendencia real será a sustituirlo en sus funciones institucionales.
Es decir, se trata de una construcción, única forma (no cíclica ni teleológica) de revertir la tendencia declinante de los gobiernos progresistas hacia la derecha.