Crónica de un conflicto anunciado
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- Categoría: Informes
- Publicado: Jueves 26 de Diciembre de 2013
Cátedra Abierta de Estudios Americanistas de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Especial para Red Eco Alternativo |
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Crónica de un conflicto anunciado Cátedra Abierta de Estudios Americanistas de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Especial para Red Eco Alternativo |
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Nuestra historia |
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Un balance de las dos décadas de existencia y labor ininterrumpida de nuestra Cátedra, tanto en el ámbito universitario cuanto en el de la sociedad, nos ofrece un panorama de importantes realizaciones concretas, destinadas a construir colectivamente espacios y propuestas educativas y comunicacionales para la creación de conocimientos y de prácticas compartidas, desde la inauguración de sus actividades públicas, libres y gratuitas, con las Primeras Jornadas Americanistas sobre Racismo y Discriminación, en la Facultad de Derecho de la UBA en agosto de 1994, los Seminarios temáticos anuales (26 hasta la actualidad), que a partir de 2002 son optativos y curriculares para estudiantes y siempre abiertos a la comunidad, las jornadas, cursos, debates, y otras iniciativas realizadas en la universidad y especialmente en muchas entidades sociales, barriales, educativas, culturales, indígenas y campesinas, urbanas y rurales, procurando acompañar y estrechar los vínculos entre las tareas y actores universitarios y el cotidiano quehacer de los movimientos populares. |
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En tal sentido, creemos indispensable tomar en consideración la persistente, y en los últimos tiempos más acentuada estrategia de las élites dominantes, neoliberales y mercantilistas, por acentuar el divorcio entre la universidad y el pueblo que la sostiene. Esto se expresa en el vaciamiento del contenido social, crítico y “plebeyo” de la Extensión Universitaria y en general de la educación pública universitaria, aislándola de la docencia y la investigación y reduciéndola a una simple instancia burocrática y administrativa, de carácter elitista y asistencialista. Sus efectos se hacen sentir en una formación académica que prepara especialistas que desconocen la vida, los problemas y los valores del pueblo. Lo denunciaba el recientemente fallecido criminólogo Elías Neuman al decir: “Los graduados ni siquiera saben cómo hablar con los cientos de miles de personas excluidas. En el fondo es un problema de clase -afirmaba-. Y en la Facultad de Derecho se transmite el saber como quien transmite el poder”... |
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“Nada puede estar en el mundo, con el mundo y con los otros, de manera neutral. No puedo estar en el mundo con las manos enguantadas, solamente comprobando...”, decía Paulo Freire. El conocimiento no lo producen individuos que perciben pasivamente, sino grupos o movimientos sociales que interactúan para conocer y transformar la realidad. El conocimiento y la práctica universitarias necesitan, para aportar al estudio y la solución de los problemas vivos y concretos que reclama la sociedad, no sólo profundizar la labor de Extensión y de la Docencia, sino de su articulación con la tarea de Investigación de los nuevos problemas y procesos sociales, políticos, económicos, laborales, étnicos, culturales y éticos que se manifiestan en el desarrollo de la sociedad nacional y latinoamericana, contribuyendo, desde la construcción conjunta del conocimiento y de la participación en los movimientos populares, a la co-formación de los sujetos críticos involucrados, a través de una práctica intercultural e interactiva de estudio e iniciativas comprometidas, con las necesidades y demandas de las clases populares. |
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Nuestro presente El seminario no fue aprobado para el 2º cuatrimestre, aunque de hecho fue dictado, dejando a los estudiantes (fuertemente comprometidos con el espacio) en una situación de precariedad, a la espera de poder anotarse en el seminario de verano para acreditar la regularidad de la materia. |
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Finalmente, el Seminario se volverá a dictar en el 1º cuatrimestre del 2014. Entendemos que el programa cumple con cualquiera de los parámetros establecidos, es pertinente y además no puede dejar de tenerse en cuenta dentro de la currícula permanente de las carreras de humanidades, dado que da cuenta de un abordaje pedagógico y político particular y específico de temáticas en algunos casos desarrolladas por otras cátedras desde una visión bastante diferente, pero mayormente dejadas de lado por otras materias. Entre otras cuestiones en el seminario se profundiza en las complejidades del movimiento indígena y del movimiento obrero, tan caros ambos a la historia de nuestras carreras, mirados esta vez desde un punto de vista ético, en colaboración, coautoría y en primera persona de los propios actores de dichos ámbitos. Se da por tierra, así, con el falso supuesto de que el investigador “hace ciencia” por fuera del grupo, sin comprometerse con él y sin que aquello que ve o escribe no tenga repercusiones en lo que estudia. Lo que proponemos es que es necesario pasar entonces de pensar al indígena, al campesino, al obrero, como el “objeto de estudio”, para poner de manifiesto que más allá de las visiones anquilosadas de una academia con concepciones decimonónicas, en una sociedad en donde “todo está en movimiento”, los pensamientos pueden ser estancos, pero el indígena, el campesino, el obrero, ya han entrado por la ventana allí adonde no han querido que entre por la puerta y se convirtieron, sin que quizás los estamentos hegemónicos así lo quieran, en “sujeto de conocimiento”. Entendemos este conflicto como parte de una problemática mayor que atraviesa la Facultad y la UBA en general: el recorte de los planes de estudio y la modificación de sus orientaciones en función de las políticas privatizadoras, en el marco del avance de organismos como la CoNEAU y ANFHE sobre la Educación Superior. Actualmente exigimos el reconocimiento de la cursada del Seminario 2013, y la aprobación de su dictado el próximo año. La posibilidad de estar cursándolo hoy se obtuvo gracias a la movilización de los distintos sectores, sobre los órganos de cogobierno de la Facultad. |
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Nuestro futuro Una identidad construida en más de veinte años Cuando hablamos que somos americanistas expresamos la síntesis entre la larga tradición de resistencia indígena iniciada en 1492 y la multiplicidad de expresiones anticoloniales y anticapitalistas desarrolladas por nuestros Pueblos hasta el presente. Si bien en más de 500 años tuvieron diferentes matices queremos destacar : las ideas más avanzadas de los procesos anticoloniales desde el XVIII en Indoamérica y durante el siglo XX en África, los diferentes movimientos insurreccionales hasta el guevarismo, el cristianismo de base y tercermundista, la Pedagogía Liberadora, las rebeliones de los esclavos afroamericanos, el levantamiento de los estudiantes de Córdoba en 1918, el zapatismo, la revolución cubana; la lucha de los trabajadores migrantes, mensajeros de ideas libertarias y socialistas a nuestras tierras, éstas y muchas más, creaciones heroicas de nuestros pueblos, son nuestra mayor fuente de inspiración. Como americanistas, nos paramos desde un lugar de la historia y la sociedad, como movimiento, enmarcado en la reflexión y el conflicto: nos definimos desde abajo y a la izquierda, independientes de todo partido político, gobierno, religión u ONG; apostamos a la construcción creadora de las clases populares, entendiendo las mismas como mestizaje entre lo indígena, la clase trabajadora y el campesinado: el Pueblo, como sujeto que no oprime y lucha contra la opresión. Este Pueblo, los de abajo, se expresa hoy en la resistencia frente a la megaminería y la sojización, en la defensa del agua, la tierra y la vida, en sus formas asamblearias, en los cortes de ruta frente a la expoliación de nuestra Pachamama y contra la criminalización social; en los movimientos barriales, campesinos e indígenas, en su autodeterminación como actores y sujetos protagónicos de los nuevos tiempos en nuestra Abya-Yala; en las formas educativas autogestivas, en defensa de una educación pública y popular basada en un proyecto transformador de la ideas, las aulas, la currícula y la sociedad. También en la ocupación de fábricas quebradas, en los formas antiburocráticas de organización sindical y en los cuerpos de delegados que luchan por una mayor participación de la propia clase obrera contra la patronal y sus socios sindicales. Por lo tanto, nuestro americanismo tiene una identidad solidaria, clasista, indígena, creadora de nuevos lazos humanos, en fin, subversiva ante toda forma de construcción elitista y desde arriba; asentado en luchas e ideas ancestrales, pero comprometido con nuestra historia presente. Somos hijos y nietos de los indígenas y los trabajadores que sobrevivieron a tantos genocidios y que fueron y serán los protagonistas de las resistencias presentes y venideras, este es el sentido profundo de nuestro americanismo: popular, plebeyo y libertario. CÁTEDRA AMERICANISTA Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Fotos: Natalia Pastor - Red Eco Alternativo |
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