“Cuando la gente se organiza y empieza a luchar, comienza a haber una revolución”

El coordinador del programa de Comunicación Popular del Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr de Cuba (*), profundiza en esta entrevista acerca del desarrollo de procesos de comunicación popular en Latinoamérica, la experiencia comunicacional en Cuba y el contexto político de la isla.

Fotografía: Martín Alberto Cossarini


“Cuando la gente se organiza y empieza a luchar, comienza a haber una revolución”

El coordinador del programa de Comunicación Popular del Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr de Cuba (*), profundiza en esta entrevista acerca del desarrollo de procesos de comunicación popular en Latinoamérica, la experiencia comunicacional en Cuba y el contexto político de la isla. 



Por  Marisel Robaldo y Fabiana Arencibia
Red Eco Alternativo
Argentina –Diciembre de 2010



En su paso por Buenos Aires, durante el pasado mes de setiembre, pudimos conversar extensamente con José Ramón Vidal. Cheito, como lo apodan, es una de las voces autorizadas para hablar de comunicación alternativa. Hace varios años, dirige el programa de Comunicación Popular que lleva adelante el Martín Luther King. Con su análisis profundo busca entender la importancia de la comunicación comunitaria, la propia mirada en la construcción de formas de dar información y la necesidad de pensar en experiencias contra hegemónicas. Además, contextualiza y brinda herramientas de análisis sobre el proceso de cambios que vive Cuba. Una invitación al debate de los medios de comunicación.


-En Cuba, ¿cuál es la experiencia que se está haciendo en construir un nuevo modelo comunicacional?

Cuba no ha escapado de la tendencia de reproducir el modelo de comunicación verticalista,que proviene de los modelos de la dominación, porque la hegemonía es un asunto cultural. Creo que de ese modo, no se avanza lo suficiente en el proceso de emancipación. Con matices, pero en Cuba sigue existiendo un modelo en donde uno tiene la información y otros no. En la realidad acontecen una cantidad de cosas de las que, muchas veces, los funcionarios no se enteran porque no tiene una buena comunicación con la gente y a la vez la gente desconoce muchas informaciones que los funcionarios retienen. Nos falta información a todos.


-¿Desde dónde se empieza a transitar un camino para revertir esta situación?

En Cuba y en todas partes, la erosión del modelo no se da sólo desde la comunicación. Inclusive, no se da principalmente en esta área. Cuando la gente se organiza y empieza a luchar, comienza a haber una revolución. Los procesos mismos de la lucha son una gran escuela pero pueden ser reproductores de dominación, también.


Sin embargo es en la lucha, en la toma de conciencia de las capacidades de los sectores populares, donde comienza a erosionarse la hegemonía, donde la comunicación puede construir una alternativa de otro tipo.

Cuando digo que en Cuba hay matices, me refiero a que ha habido y hay espacios de participación, pero en mi opinión, son insuficientes para el grado desarrollo del proyecto histórico, de cultura política y de instrucción general que la revolución ha propiciado en el pueblo cubano. En los procesos comunitarios hay otra manera de entender la comunicación, como pasa en otros países de América Latina. En medio de tanta hegemonía, se pueden encontrar experienciascontra-hegemónicas. Esto no es blanco y negro.


-Y en este proceso, ¿cómo influyó la aparición de Internet?

En Cuba, Internet tiene muchas limitaciones. Como consecuencia del bloqueo, mi país no ha podido conectarse a los cables de fibra óptica y tiene un enganche menor que cualquier hotel de, por ejemplo, Argentina. Esta situación ya presupone serias limitaciones. Después del año 1998, la prensa ha ido paulatinamente ingresando a Internet. Esto ha sido positivo. De todos modos, es un proceso al que le falta mucho por trabajar en la construcción de medios digitales. En Cuba, hay mucho del traspaso del medio escrito a la web. La presencia de Cuba en Internet está en crecimiento y es una posibilidad de romper el cerco informativo que existe alrededor de la Isla.


-¿Cuál es el vínculo entre el periodismo y el pueblo? ¿Existe una alimentación, una interacción, entre los protagonistas y los que comunican?

Las redacciones de periódicos y las emisoras de radio reciben correos, cartas y mensajes. Hay programas radiales que son muy dinámicos en ese sentido, sobretodo, municipales y provinciales. También los telecentro municipales son más abiertos a darle cabida a los intercambios. La prensa escrita tiene secciones dedicadas a los lectores. Hay algunas muy interesantes donde acuden cuando los problemas no se solucionan, cuando existen trabas burocráticas. Hace un tiempo, Granma empezó a publicar cartas de lectores que son muy interesantes. Todo eso es muy insuficiente, pero son señales positivas. Es una dirección acertada. Durante un tiempo hubo un discurso muy cerrado y de propaganda. Ahora discretamente se han ido abriendo paso a otras formas de comunicación.


-Los espacios en donde la gente se encuentra, hace, piensa ¿se plantean tener su propia herramienta comunicacional? ¿O se encuentra todo dentro de un circuito más institucionalizado?

Los medios masivos son controlados desde las estructuras del partido y del gobierno. Hay muchas instituciones culturales, asociaciones civiles, las Iglesias, que tienen sus medios de comunicación. En ellos hay matices mucho más amplios, de puntos de vista. También, hay otros espacios públicos de debate en el mundo académico y en espacios artísticos. La calle también es un espacio de intercambio intenso en Cuba. Hay impuesta una especie de caricatura de que no se puede hablar libremente. El que dice eso no ha pasado por la calles de la Habana. Además, hay mucho intercambio de ideas porque el cubano es un pueblo altamente instruido. En Cuba, hay muchas personas organizadas y haciendo proyectos comunitarios que no necesariamente están en las organizaciones tradicionales. De todos modos, hay mucho espíritu unitario. El acoso al que ha sido sometido mi país por tantos años, ha afectado el aprovechamiento pleno de esas capacidades de la gente. También, ha retrasado el  desarrollo de una verdadera cultura de debate. Pero lo que se puede observar es que en los sectores populares hay un deseo de hacer cosas.


-¿Fuera de La Habana existen también medios comunitarios?

-Si. Todos los medios cubanos son alternativos. Su discurso es diferente al hegemónico mundial. Cuba es un país alternativo. Dentro de ese país, entonces, están los que reproducen con más uniformidad el discurso oficial y los que están expresando un poco mejor los matices del espectro de opinión.


Fuera del debate del socialismo o capitalismo, hay que debatir otras cuestiones. Eso se hace muy difícil porque cualquier cosa que aparezca en los medios hegemónicos se utiliza contra Cuba para favorecer el bloqueo.


-El  bloqueo que tiene la isla es también informativo ¿Cuál es su reflexión como cubano acerca de esta problemática? 

Los medios tradicionales de prensa escrita, radio y televisión dependen mucho de las agencias de prensa. Uno de los problemas, incluso con Internet, es que los medios cubanos no hacen tanto uso de las fuentes alternativas. Hay pequeñas mejoras en el último tiempo. Por ejemplo, en un canal durante la noche se transmite Telesur. También, en un programa informativo de la tarde -La mesa Redonda- se aprecia el uso de fuentes alternativas. Eso amplía un poco la cuestión, pero es escaso. Evidentemente, hay una construcción hecha de lo que es Latinoamérica  a la que le faltan muchos matices. En el Centro Martín Luther King estamos intentando mostrar una visión más amplia en este tema porque nos parece que eso es muy importante para la cultura política de los cubanos. Nos dice mucho del espacio en donde nos tenemos que integrar, porque tiene que ver mucho con nuestro futuro.

 

img1 La experiencia del Martín Luther King

 


-En el centro Martín Luther King existe un área donde se trabaja la comunicación popular, ¿qué encierra este concepto?

-Primero, la cuestión no es sólo de medios sino de sentidos. La capacidad que tengamos de pre alimentar nuestra comunicación con los sentidos y saberes populares. Eso es una esencia, lo otro pueden ser expresiones particulares de cada lugar y momento. Nosotros tenemos un programa de educación popular y una red nacional de educadores. Además, hay un movimiento de formación en educación popular a  distancia a partir de seis módulos que nosotros hemos construido con temas diferentes. Hay ciento de personas vinculadas a esto.  Usar la identidad cultural sin caer en populismo. Por ejemplo, ahora estamos desarrollando unos encuentros regionales en donde lo primero que se intenta es mostrar las tradiciones de las personas y de los grupos que asisten. Ha sido muy rico porque justamente desde esa diversidad parte la solidez para encarar el futuro. No hay que limitar la comunicación popular, es un concepto, más que un asunto de medios. Cualquier medio puede hacer comunicación popular con la diferencia que tenga cada medio. La fórmula es quién pone la agenda.


-Cuando se formó el centro Luther King, la comunicación popular ¿era parte central de ese proyecto?

El centro nace con una vocación de trabajo pastoral de una iglesia y luego se independiza. Es el trabajo comunitario y la vocación de servicio a la comunidad lo que da la pauta. El proceso se fue intensificando y se pensó en algo formativo. Ahí, empieza el programa de educación popular. El centro tuvo desde el principio la idea de que necesitaba medios propios. Muy tempranamente iniciamos con una revista y un boletín. En el 2001 se hace una reflexión muy crítica de cómo estaba el trabajo. Como resultado, se construye un programa de Comunicación. Y le pusimos el apellido popular porque es nuestro horizonte. Ya llevamos trabajando nueve años en esa dirección. Nuestra editorial trabaja muy en sintonía con lo que la gente está demandando. No tenemos finanzas para grandes tiradas de libros, pero son bien recibidos en muchos espacios. Pretendemos que la revista esté alimentada del debate nacional. Es una revista de pensamiento, que hace más difícil el diálogo.


-Partiendo desde ese concepto y su experiencia, ¿con qué dificultades se han encontrado?

La cuestión es que es un cambio cultural que lleva tiempo y paciencia. No es lineal, pero avanza.

 
img1 El contexto cubano
 

-Quisiéramos ahora hacerte algunas preguntas sobre las últimas medidas económicas que dio a conocer el gobierno cubano. En Argentina se vieron reflejadas en dos informaciones que subliminalmente tuvieron un punto de contacto, tal como las difundieron los grandes medios. Por un lado, se planteó que el gobierno cubano despidió a 500 mil trabajadores. Por otro , los dichos de Fidel acerca de que el modelo cubano está agotado.

Lo que sucede es que la manera en que los medios construyen la realidad es descontextualizando la información y re contextualizando en los informativos. Ese proceso tiene que ver con los intereses ideológicos y políticos. Si me preguntan de las medidas, estoy obligado a contextualizar para no caer en las construcciones manipuladoras. En el año 2007, Raúl Castro pronunció un discurso donde enfocó de una manera muy valiente y autocrítica los problemas que como toda sociedad tiene la nuestra. La cubana no es perfecta, al contrario tiene muchos problemas generados por errores estructurales y funcionales del modelo que no cuestiona su esencia humanista y alternativa. Lo que hace es cuestionar los elementos estructurales y funcionales. Ese discurso fue muy bien acogido por la población, pero no tuvo buen reflejo en la prensa. Ese proceso generó una profunda reflexión en la dirección del país. Se han venido gestando diferentes cambios. Ante la presión de la gente, Castro ha dicho que tienen que ser cambios bien pensados porque el contexto internacional es difícil. Eso es lo que la prensa manipuladora no dice. Hacen una simplificación de la realidad: están o no están con el régimen de Castro es la tontería que repiten. La inmensa mayoría de las opiniones dicen que tenemos que salvar lo que tenemos que no es poco: educación universal y gratuita, salud pública, seguridad social, dignidad de un pueblo, soberanía del país.


-¿Y cómo entrarían en este panorama los despidos a 500 mil trabajadores?

En la profundización de esas medidas hay varias realidades que hay que tener en consideración. El modelo cubano es hipertrofiado porque el Estado es propietario prácticamente de todos los medios de producción y distribución, de todo. Eso no necesariamente es socialismo. Es una carga muy grande que se arrastra y propicia el robo, maltrato, mal servicio porque no es posible que el estado administre todo. Tiene que haber un proceso en el que el gobierno tiene que desembarazarse de algunas cosas y eso se hará paulatinamente. Hay una línea de trabajo cuentapropista que, en mi punto de vista, debería devenir en cooperativas. Por ahora, tiene limitaciones como los créditos o, la adquisición en un mercado mayorista de los insumos necesarios para realizar su trabajo. Ahora, hay una lista de profesiones autorizadas a hacer trabajo por cuenta propia, que debe ampliarse.


Desde la derecha y la izquierda, pintan esto como que se acabó el socialismo. Se equivocan porque es ir a una racionalidad. Cuba no está vendiendo, por ejemplo, la industria azucarera, los acuíferos o privatizando la educación.

Es otro tipo de actividades. Es decir, no significa el desmantelamiento del modelo socialista. Las empresas estatales también deben ser perfeccionadas. Ese es un proceso que está en marcha y uno de los requisitos es que tenga el número de empleados que necesita. Eso es algo muy difícil porque durante muchos años en la búsqueda de la justicia social se empleó a muchas personas que no eran necesarias. Esas personas saldrán con una protección: el primer mes reciben su salario al 100 por ciento, el segundo el 60 y luego se adapta a la cantidad de años trabajados. No es fácil para nadie perder su empleo, es cierto, pero es un paso impostergable para que el país no se hunda económicamente. Así las conquistas sociales de todos estos años se puedan sostener.


-¿Y cómo se va a llevar adelante este proceso?

Por el momento, es con la participación intensa de los sindicatos. Mediante estos los trabajadores eligen una comisión de expertos que propone la plantilla necesaria y selecciona a los trabajadores que deben quedar cubriendo esas plazas a partir de la “idoneidad demostrada” en el puesto. Se está insistiendo en que sea todo muy transparente. Entre el último mes de este año y los primeros del 2011, se va a revisar la plantilla. Efectivamente, se calcula que unas 500 mil personas serán despedidas de sus puestos de trabajos. Pienso que la mayoría será del mundo burocrático y servicios colaterales, los llamados trabajadores indirectos,  porque generalmente el que produce en la fábrica no sobra. Hay un defecto que tiene el modelo empresarial cubano que deviene de la URSS porque las empresas intentan ser autárquicas y no utilizan servicios tercerizados que suelen ser más económicos. Para mí, la gente que está produciendo de verdad no va a sobrar. Por ejemplo, la construcción y la agricultura son los lugares en donde faltan trabajadores. Es por eso, que quienes queden sin empleo  podrán reorientarse en otras fuentes o emprender iniciativas como trabajador por cuenta propia. De todos modos, mi apreciación personal es que no se va a equilibrar: habrá más despidos y se tendrá que lidiar durante un tiempo con índice de desempleo más alto que el actual que es irrisorio. No creo que las plazas que se creen suplan en un año los puestos sobrantes. Esto se complica porque para el otro año el perfeccionamiento seguirá en proceso y nuevas personas serán despedidas. También creo que en la medida que se generen riquezas se abrirán puestos de trabajo. Sin embargo, hay un sistema de seguridad social que no va a dejar desamparado a nadie.


-Fidel dijo que este modelo no le sirve más a Cuba, pero acá no se escuchó la contextualización.

Lo que yo leí es que el periodista le pregunta a Fidel si cree que el modelo cubano es exportable. Y él le responde que cómo va a ser así, si no sirve ni para Cuba. Este hombre que le hizo las preguntas no era un conocedor de la realidad cubana y se quedó muy sorprendido. Este periodista estaba con una estudiosa de Latinoamérica que le hace una aclaración que con honestidad agrega en el reportaje:


Fidel no se estaba refiriendo a la revolución sino al modelo económico. Esa acotación casi ningún medio de la prensa amarillista y manipuladora tuvo a bien reflejar. Con lo cual, a la larga perderán credibilidad.


-Vinculado al tema de la manipulación en los medios de información, en Argentina tuvo mucho oxígeno el reclamo de las damas de blanco y los exiliados que mandaron para España.

Esa es una medida que muestra la voluntad de diálogo del gobierno cubano. Hace tiempo, el gobierno entabló buenas relaciones con España basado en el respeto mutuo. Además se inició un diálogo con la Iglesia Católica que se ha mostrado en los últimos años mucho más proclive a la cooperación con las autoridades. El gobierno ha entendido que puede sentarse a hablar y lo ha hecho con responsabilidad. Es así que se pusieron en libertad estas 53 personas que habían sido acusados de colaboración con el gobierno de Estados Unidos. Existe la opción personal de aceptar la invitación del gobierno español para vivir en Europa. Muchos han optado por irse, otros se han quedado en la isla.



3Otras voces se alimentan
 


-Dirías que el tema en la comunicación no se plantea como un problema de pueblo y medios, sino que hay internalizada una cuestión de espectador en un proceso de comunicación cuando no debería ser así.

-Claro, un proceso que tienda al diálogo. No toda comunicación tiene diálogo, hay comunicación unidireccional también. Aquí me remito a un concepto. Siempre que haya una conexión entre trabajo expresivo de un actor y el trabajo perceptivo de otro actor, y se conecten, ahí hay comunicación.


-¿Podemos decir que los medios alternativos son medios de “contrainformación”?

Yo prefiero hablar de alternativas de comunicación en vez de contrainformación. Los sistemas informativos como están planteados, por sus contenidos y por los medios que emplea, son favorecedores a la hegemonía de la dominación. Es un modelo en donde unos son parte de la verdad, los que tienen toda la información, los que "saben" trasladar todo eso a quienes somos “ignorantes”. Existe desde tiempos inmemorables los intentos para disminuir al dominado y resaltar las potencialidades del dominador, desde la información. Si nosotros nos dedicamos a hacer lo mismo no estamos aportando a una visión realmente emancipadora. Estaríamos apostando a un modelo que es de dominación. Lo más importante es plantearse una alternativa de comunicación que esté muy centrada en el otro, en la capacidad de diálogo y establecer una agenda con las necesidades e intereses de la gente. Es decir, lo que la gente realmente quiere discutir. Además, hay que darle voz a aquellos que han sido acallados. No es que no tengan voz, sino que algunos no les dan acceso a expresarse. Por todas estas cuestiones, creo que hay que hacer otro modelo. No desde la “contrainformación” sino desde una alternativa que sea realmente diferente, no sólo por su contenido sino también por la manera en que se estructura y por el sentido que le damos a la comunicación. 


-¿Existe algo que lo haya sorprendido en los procesos de comunicación comunitaria en Latinoamérica?

Si, la creatividad y la sabiduría de los sectores populares que han sido históricamente subestimados. Hay una cultura que es sorprendente. Otra cosas es la diversidad de medios que veo. Maneras de encontrarse, de entender, que son muy diversas. Eso lo acumuló para contarlo y compartirlo.


(*) El Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr (CMMLK) nace de un proceso iniciado en 1971 por la Iglesia Bautista Ebenezer, del municipio Marianao en la Ciudad de La Habana. Se funda el 25 de abril de 1987 como un sencillo tributo a la memoria del pastor bautista negro y luchador por los derechos civiles en los Estados Unidos, asesinado el 4 de abril de 1968.

El CMMLK se define como una organización macroecuménica de inspiración cristiana que acompaña solidaria y proféticamente al pueblo cubano y a sus iglesias en la formación para la participación popular consciente, organizada y crítica empeñada en un proyecto socialmente justo. Realiza y propicia procesos educativos de acción-reflexión y de comunicación, el acompañamiento y la articulación de actores sociales, y la solidaridad internacional.

El Centro desarrolla su trabajo por medio de un proyecto general de formación y comunicación para la participación y la solidaridad, estructurado en cuatro programas. Estos son: el Programa de Reflexión/Formación Socioteológica y Pastoral, el Programa de Educación Popular y Acompañamientos a Experiencias Locales, el Programa de Comunicación Popular, y el Programa de Solidaridad.

 

 

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