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“Decir provincialización de los hidrocarburos es decir privatización”

Entrevista a Gustavo Calleja, referente del MORENO (Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora) y ex sub-secretario de Energía de la Nación, sobre el proyecto de la nueva Ley de Hidrocarburos que se está discutiendo en estos momentos entre el gobierno nacional y las provincias petroleras de la OPEFI (Organización Federal de los Estados Productores de Hidrocarburos). Prensa FeTERA*
gustavo_callejas_moreno.jpgEl proyecto, impulsado por Cristina Fernández de Kirchner y funcionarios nacionales como Julio de Vido (Planificación) y Miguel Galuccio (presidente de YPF), dará un nuevo marco regulatorio a la explotación de hidrocarburos en el país, sobre todo en los no convencionales.
Algunas de las ideas que dejó Gustavo Calleja en diálogo con Prensa FeTERA tienen que ver con que hoy, “la provincia más rica en hidrocarburos tiene menos poder que la petrolera más chica” y que “esta ‘ypefecita’ que tenemos continua siendo una empresa que solo maneja el 30% del petróleo y el gas producido en el país”. Al mismo tiempo, remarcó que “se calcula que las empresas del área energética se llevaron cerca de 100.000 millones de dólares y casi no invirtieron un peso”. Sobre la política energética dijo que “no se puede traer a la Argentina nada peor que Chevron”. Y propone que “la explotación de hidrocarburos debe ser monopolio de YPF, donde el 100% sea del Estado Nacional”.

A continuación, la entrevista completa.

-¿Qué reflexión te merece el proyecto para una nueva ley de hidrocarburos que están negociando entre las provincias de la OPEFI y el gobierno nacional?

  En principio hay que decir que la propuesta es mejor de lo que hoy está en materia de regulación sobre los hidrocarburos. De todos modos, no es la panacea de algo que va a ser excelente para el país. Es mejor de lo que hay, que es realmente muy malo. Hay que ubicar esta discusión en un contexto donde, en materia de hidrocarburos, las cosas siguen siendo pésimas.

-¿Cómo caracterizas al gobierno y a su política energética?

  Este gobierno en los últimos tiempos ha dado un giro hacia un neo-menemismo, ha vuelto a implantar el valor dólar para todo. Por ejemplo, como medida representativa, cambia el precio del petróleo, cambia el tipo de cambio en el dólar y todo se refleja en las naftas automáticamente. Tampoco ha ido avanzando en el tema de las concesiones. Esta “ypefecita” que tenemos continua siendo una empresa que solo maneja el 30% del petróleo y el gas producido en el país y el 50% de la comercialización de combustibles. Además, el 49% sigue estando en manos de empresario privados.
Con esta situación no se puede hacer mucho desde una perspectiva de soberanía porque los intereses son contrapuestos; una parte pretende ser una herramienta de desarrollo y la otra pretende sólo ganancias. El gobierno no avanzó sobre ese 49% restante, ni tampoco avanzó sobre el resto del mercado. Yo soy de los que sostienen que el gobierno debió haber hecho la “gran Evo Morales” y llamarlos a todos y decirles que el Estado se quedaba con todas las áreas. Con esta medida no se destruyó la política de hidrocarburos de Bolivia, sino que se fortaleció YPFB. A Evo Morales mal no le va en esta materia, de 12 millones de metros cúbicos al año que producían, ahora Bolivia pasó a casi 60 millones de m2.
En Argentina es al revés: en una crisis energética como la actual, Galuccio se da el gusto de seguir exportando crudo y las empresas privadas siguen teniendo la facultad de exportar petróleo, como actualmente hace la francesa Total o la alemana Wintershall. Les han dado concesiones por 40 años, como hicieron con la Pan American Energy (PAE) y los Bulgheroni y les han dado concesiones en el Mar Argentino a estas mismas empresas. También les han dado grandes beneficios en la extracción del gas. A todo esto, y como si fuera poco, hubo un descontrol en el control provincial y nacional sobre los pozos y sobre los niveles de reservas. Hicieron un desastre y siguen haciendo un desastre.

-¿Qué pasa con los contratos, los controles y las provincias?

  El petróleo es la real caja de los gobernadores de las provincias de la OPEFI. No hay control sobre nada y las regalías se manejan haciendo cualquier cosa porque no hay organismos de control. Las provincias se mantienen con liderazgos caudillezcos tipo unicazo, como son los Sapag en Neuquén. Lo que le dejan las empresas petroleras a cada gobernador termina siendo la caja. La provincia más rica en hidrocarburos tiene menos poder que la petrolera más chica. Así se negocian los contratos petroleros en Argentina hoy.

-¿Y esto qué implica?

  Tenemos que entender que esta política no sirvió para nada, nos alejamos cada vez más de la soberanía energética. En Argentina siempre hubo dos políticas, donde una fue con el Estado Nacional manejando todo a través de YPF y después vino el mercado, donde se tiró a la basura todo lo hecho hasta entonces, regalamos los activos, resignamos las potestades de decidir en materia de hidrocarburos, les dimos a las empresas la convertibilidad y la libre disponibilidad y se vendió todo a las empresas petroleras que se llevaron toda la plata al exterior y vaciaron de reservas al país. Se calcula que las empresas del área energética se llevaron cerca de 100.000 millones de dólares y casi no invirtieron un peso.

-En esta nueva discusión sobre lo que seria una nueva ley de hidrocarburos, ¿cual es la tensión entre el Estado Nacional y las provincias?

  Desde el punto de vista de los intereses particulares y generales, hay que decir que hay provincias que representan el 8% de la población total del país y se quedaron con una riqueza que pertenece a toda la Argentina, pertenece a los 40 millones de habitantes. Hay que dejar en claro que el subsuelo es de la nación y de todos los argentinos. Lo que quieren las provincias es seguir manejando las concesiones. Hasta han dictado leyes provinciales sobre hidrocarburos que tienen prohibido por la Constitución Nacional. Por ejemplo, el Código de Minería es facultad de la nación y no de las provincias y, así y todo, lo han hecho. Han ido en contra de la Constitución Nacional. Las provincias se quieren quedar con todo y sin control porque utilizan las regalías petroleras a discreción individual de cada gobernador. El caso mas extraordinario, donde claramente es un gran retroceso en la soberanía energética, es el caso de la provincia de Chubut y el contrato firmado en 2007 por 40 años con la empresa PAE y el ex Gobernador Das Neves. Lo que hay que resaltar es que las provincias no manejan nada, no tienen peso frente a las petroleras, que vienen haciendo lo que quieren.
Otra tensión entre las provincias y el Estado Nacional es la alícuota de ingresos brutos que cada día la aumentan más y el aumento en las regalías petroleras (NE: pasarían de 12 a 15%). Esto es un marco general de lo que pasa entre las provincias y el Estado Nacional.

-¿Pero Galuccio se supone que quiere otro tipo de acuerdos?

  Galuccio lo que necesita es que vengan capitales para sacar lo que hay en Vaca Muerta. Entonces, la actual disputa entre la OPEFI y el Gobierno nacional es esta. El gobierno quiere ordenar un poco y las provincias no quieren que se ordene tanto. El gobierno pretende ordenar la situación, pero siempre a medias. Nunca va a ir en contra de las petroleras privadas porque necesita de ese capital, sobre todo de las petroleras grandes extranjeras. El gobierno necesita que las provincias se ordenen detrás del gobierno para que vengan inversiones, pero de fondo no se animan a tirar abajo la “Ley Corta”.

-¿Qué balance se puede hacer de casi 8 años de Ley Corta sobre los hidrocarburos en el país?

  La Ley Corta es un disparate gigantesco y ha fracasado porque generó un descontrol total. Pero no se animan a ir para atrás con la Ley Corta que ellos mismos impulsaron en 2006 y lo que terminan haciendo es emparchar. La clave para hacer un balance de la Ley Corta es pensar que los hidrocarburos pertenecen a todos los argentinos. Tenemos que pensar que nuestras reservas, que eran muy importantes, junto con el desarrollo que teníamos antes de la privatización y destrucción de YPF, lo habíamos conseguido con la plata que recaudábamos desde YPF. Tuvimos históricamente impuestos que se recaudaban y que iban directo a la inversión en proyectos para el desarrollo energético durante gran parte del Siglo XX. El desarrollo era pensado desde una perspectiva nacional y no parcial desde cada provincia.

-Se dice que YPF está aumentando la producción de crudo y gas.

  Si, está aumentando y Galuccio quiere seguir aumentando, pero para esto están trayendo lo peor de lo peor. No se puede traer a la Argentina nada peor que Chevron, que fue realmente beneficiada durante el gobierno de Gorge W. Bush en Estados Unidos a partir de los vínculos con Condoleezza Rice, ya que la ex Secretaria de Estado fue miembro del Consejo directivo de la petrolera estadounidense (NE: la compañía Chevron bautizó con el nombre de “Condoleezza Rice”, en 1995, uno de sus buque-tanque petrolero). Chevron, junto a Condoleezza Rice, es una de las empresas que se benefició con la Guerra del Golfo. Galuccio también trae a la estadounidense Halliburton, que tiene vínculos claros con Dick Cheney (vicepresidente de Bush durante el periodo 2001 y 2009), quien fue miembro del gobierno de Bush y miembro del Consejo Directivo de la empresa, que también se benefició en la invasión de EE.UU. a Irak en 2003. Son dos ejemplos claros que muestran qué es lo que está trayendo Galuccio al país.
Es verdad, YPF aumentó un poco el nivel de producción y Galuccio en política energética será más sensato que los gobernadores, que son realmente indefendibles. Pero Galuccio está profundizando una política que nos aleja claramente de la soberanía energética y nacional.

-¿A quién le pertenece el subsuelo?

  El subsuelo le pertenece a todos los argentinos. Y la mejor forma de comprenderlo es pensando el siguiente ejemplo: Hay una zona importante del nordeste argentino (NEA) que no tiene gas natural. Pero los habitantes del NEA, los de ahora y los de generaciones pasadas, aportaron esfuerzo y dinero para que se desarrollara el gas en Argentina y se terminó desarrollando para todos menos para los habitantes del NEA. La provincia de Corrientes parece “la desgraciada del mercado”, porque tiene problemas con la luz y con el gas natural y con los años han quedado marginados de las inversiones porque a los privados no les interesa invertir ahí. El problema es que los habitantes de Corrientes pusieron plata para que todos los argentinos tuviéramos gas natural.

-¿Se puede decir que con los intereses de las provincias sobre los hidrocarburos se terminan beneficiando las petroleras privadas?

  Claramente es así. Decir provincialización de los hidrocarburos es decir privatización. Son sinónimos. El MORENO viene denunciando esta situación hace mucho tiempo y la actual situación demuestra que teníamos razón. Tuvimos la oportunidad de decírselo al entonces Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, y al Ministro de Planificación, Julio de Vido. Les planteamos que con la Ley Corta estaban liquidando el petróleo.

-¿Qué es la Ley Corta?

  La Ley Corta significa el pase del Estado Nacional a la jurisdicción de las provincias del dominio del subsuelo y la posibilidad de otorgar concesiones desde los estados provinciales a las petroleras. Se abre la puerta con la Ley de Privatización de YPF y Federalización del Subsuelo en la época de Menem, pero se concreta con la Ley Corta en la gestión de Néstor Kirchner, en 2006. Se llamo “Ley Corta” porque no se ponían de acuerdo para hacer una nueva ley de hidrocarburos, entonces sacaron un par de artículos donde se decía, básicamente, que “el dominio jurisdiccional pasa a las provincias”. Esto significó que, si todo andaba mal por ese entonces, con la Ley Corta se garantizaba que todo anduviese mucho peor. Terminó generando que en las provincias petroleras se forme un grupo de vivos que vivieron y se enriquecieron en base a todo lo que los argentinos les hemos otorgado.
Una vez escuche a Sobich en un programa de televisión decir que Neuquén había construido El Chocón y que había descubierto Loma La Lata en Vaca Muerta. Esto es totalmente falaz, porque El Chocón lo construyó la empresa Hidronor con la plata de todos los argentinos que ponían dinero a través de impuestos. Y Loma La Lata la descubrió YPF, que es una empresa del Estado Nacional, es de todos los argentinos. Pero con la Ley Corta, Neuquén cobra las regalías de un desarrollo hidrocarburífero donde hicieron el aporte todos los argentinos.

-¿En que perjudica al país que una provincia pueda realizar un contrato con una empresa petrolera extranjera?

  En que seguramente ese contrato sea en diferentes condiciones y termine sucediendo que esa petrolera se vea beneficiada por la provincia y se pueda llevar el dinero hacia el exterior o disponer libremente del crudo o del gas. De fondo lo que sucede es que hay una tremenda injusticia entre todos los habitantes del país. Esto lo hizo el kirchnerismo en estos últimos 10 años.
Otro tema tiene que ver con las regalías petroleras. Las regalías no son para la caja, no es para gastos corrientes, no es para “bancarle” la campaña a los gobernadores. Las regalías tienen que reinvertirse en, por ejemplo, subsanar los daños ambientales que causaron los hidrocarburos; reinvertir en la lucha ecológica; etc. Las regalías tienen un fin específico. No es para financiar a gobernadores sin vergüenzas, como es el caso de Sapag en Neuquén.

-¿Qué se debería hacer con la nueva ley de hidrocarburos desde una perspectiva de soberanía nacional y energética?

  Tenemos que ser una Nación. Y la Nación está antes y por encima de las provincias. Las provincias son autónomas, pero la nación es soberana y el petróleo es soberanía. Necesitamos derogar la Ley Corta, generar una sola empresa eléctrica nacional, que las redes troncales de gas las controle el Estado Nacional y establecer que la explotación de hidrocarburos debe ser monopolio de YPF, donde el 100% sea del Estado Nacional.

* Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina. www.fetera.org.ar 26/6/2014

 
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