Declaran estado de excepción en Ecuador
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- Categoría: Ecuador
- Publicado: Jueves 30 de Septiembre de 2010
(La Jornada) Ecuador - Después de que declaró estado de excepción, el presidente Rafael Correa aseguró que sigue gobernando Ecuador desde el hospital donde dijo estar secuestrado por policías sublevados, en declaraciones a la

"El presidente está gobernando a la nación desde el hospital", dijo Correa en una entrevista con el canal ECTV, en la que además dijo estar "secuestrado".
"Yo salgo de aquí como presidente o como cadáver, pero no voy a perder mi dignidad", advirtió.
El mandatario acusó a los agentes en rebeldía de no permitirle salir del hospital de Quito al que acudió este jueves tras ser agredido con gas lacrimógeno en un cuartel, donde confrontó a los amotinados.
"Obviamente eso es secuestro, tener secuestrado al presidente", sentenció.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Miguel Carvajal, informó que "de acuerdo a una evaluación preliminar", la insubordinación ha dejado un muerto y varios heridos, cuyo número no precisó, aunque la Cruz Roja reportó que ha atendido en Quito a 50 personas por impacto de perdigones o bombas lacrimógenas.
En rueda de prensa, Carvajal señaló que el gobierno dialogará con los insubordinados "apenas depongan la medida de fuerza", que consiste en mantener acordonado el Hospital de la Policía, donde está internado desde esta mañana el presidente Rafael Correa.
Correa está acompañado de sus allegados más cercanos, según Carvajal, y se comunica con el exterior telefónicamente, mientras se espera su pronto traslado al Palacio de Carontelet.
Tanto en las afueras del Hospital como las del Palacio se han convocado seguidores de Correa para respaldarlo.
Según la agencia oficial Andes, Correa se reunió ya con delegados de policías en rebelión por una ley que reducirá los beneficios económicos de los miembros de la fuerza pública.
Agregó que los uniformados, acompañados de un abogado, mantenían el encuentro con el mandatario en una habitación del hospital de la Policía en Quito, donde está asilado tras ser agredido por los manifestantes cuando acudió a un cuartel vecino para tratar de sofocar la sublevación.

Miembros de la Policía y de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) se rebelaron por la ley gubernamental aprobada el miércoles por el Legislativo (dominado por el oficialismo), la cual quitará reconocimientos económicos a los agentes.
Horas antes, el presidente Correa denunció que su gobierno es víctima de un "intento de golpe de Estado" por parte de sectores opositores y de las Fuerzas Armadas cercanas al ex mandatario Lucio Gutiérrez.
"Es un intento de golpe de Estado de la oposición y son ciertos grupos enquistados en Fuerzas Armadas y Policía que siempre estuvieron, básicamente grupos de Sociedad Patriótica (el partido de Gutiérrez)", dijo Correa a la radio pública desde un hospital donde recibe atención médica.
"Es clarísimo de dónde viene este intento desestabilizador", añadió el mandatario, recordando que en su discurso este jueves ante policías que tomaron el principal regimiento de Quito, los manifestantes aludieron en sus arengas a Gutiérrez, derrocado por una revuelta popular en abril de 2005.
El mandatario hizo un llamado a la calma y a poner fin a una revuelta de policías y militares, poco antes de denunciar que los uniformados estaban tratando de entrar en su habitación en el hospital de Quito en el que estaba refugiado.
"Hago un llamado a la calma, terminemos pronto con esto y sancionemos a los malos elementos", dijo Correa desde el hospital a la televisión ecuatoriana.
"Están tratando de introducirse aquí, a mi habitación, por medio de los techos estos policías en rebelión", declaró el presidente.
"Si algo me pasa, la responsabilidad es de ellos. Yo solo quiero decirles que mi amor por la patria es infinito y que donde esté siempre amaré a mi familia", agregó.
Ante la situación, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó cerrar la frontera con Ecuador como una medida de respaldo al presidente Correa.
El mandatario colombiano reveló antes de viajar a Buenos Aires para participar a una reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que tomó la medida conjuntamente con su homólogo peruano Alan García.