Fracaso del Plan 1 Millón

A siete meses de su lanzamiento con bombos y platillos, el plan del gobierno nacional para producir un millón de autos anuales está virtualmente frenado en medio de una trama de intereses que enfrenta, por un lado, a las terminales automotrices entre sí y, al mismo tiempo, a esas multinacionales con los fabricantes locales de autopartes.

El conflicto entre las terminales tiene de fondo la política de comercio exterior que lleva adelante el gobierno. Fuentes del mercado dijeron que las empresas que se están beneficiando con la fiesta de importaciones que domina las ventas locales le retiraron el apoyo al denominado Plan 1 Millón.

Solo en lo que va del año, las terminales argentinas importaron de Brasil casi 500.000 vehículos. A este ritmo es probable que 2017 finalice con una importación de más de 600.000 unidades brasileñas. Gracias a la Argentina las terminales brasileñas van a ocupar 15 % de su capacidad Instalada total (4 millones de unidades), adicional al escaso 50% que hoy les representa su propio mercado interno (2,2 millones de vehículos).

En los hechos, solamente dos terminales automotrices participan activamente de las mesas de negociación entre las empresas y los gremios UOM y SMATA. El resto aprovecha para vender autos brasileños en niveles récord. Mientras el gobierno hace la vista gorda, el déficit con el vecino país se acumula y se acerca a los U$S 1.000 millones en el rubro automotriz, de un total estimado de U$S 4.700 millones.

En el otro frente, las autopartistas nacionales acusan a las terminales de querer aprovechar su peso para tratar de imponer la importación masiva desde los países en los que tercerizan sus producciones.

En el medio, los trabajadores contemplan los tejes y manejes de las gerencias y sus casas centrales con total incertidumbre del futuro que les espera. Las conducciones sindicales, según la palabra que utilizó el secretario general de la UOM, Antonio Caló, están para “conversar” con el gobierno.

Las fábricas de autopartes, representadas en su mayoría por las cámaras AFAC y Camima advierten que la relación de fuerzas tiende a consolidar un modelo de industria concentrada en el rubro de las pick ups y el segmento 4×4, complementado por importación de automóviles más chicos.

Pero si en algo coinciden ambas entidades es en objetar el rol de la administración nacional en la mesa de diálogo del Plan 1 Millón porque “se está avanzando hacia una apertura”, que atenta contra el trabajo nacional en ese sector en particular. Fundamentalmente, la crítica apunta contra los funcionarios técnicos designados para la negociación, porque “no están respetando la Ley de Autopartes” que el gobierno anunció para el sector.

Más allá de esta apreciación, la razón principal parece ser la falta de inversiones, salvo excepciones, hoy no hay modelos argentinos modernos como para dar pelea en el segmento de los autos medianos y la Argentina dejó de ser un fabricante de autos chicos. Aunque las pick ups tienen más aceptación en el mercado brasileño, la participación argentina hoy no supera el 7 %. En 2013, se exportaron a Brasil 450.000 unidades, que representaron el 11% del mercado brasileño.

Por Mario Hernández

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