Bancos y empresarios: una dupla para la fuga
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- Categoría: Economía
- Publicado: Jueves 15 de Enero de 2015

(Red Eco) Argentina - Para Di Cola “la historia se repite” hoy con la iniciativa de crear una comisión parlamentaria para investigar la existencia de más de 4000 cuentas de argentinos ocultadas en el HSBC de Ginebra y ayer - hace doce años- con la creación de una Comisión Especial Investigadora de la Fuga de Divisas de la cual fue impulsor y cuyo dictamen fue expedido un año después en octubre de 2003.
“Podremos apreciar cómo la historia se repite y revela la existencia de un sector importante del empresariado nacional que estructuralmente fuga capitales del país, en complicidad con parte del sector bancario que facilita el camino para la salida de los fondos provenientes de la evasión fiscal y otros ilícitos”, subraya Di Cola.
Los números citados por el ex diputado dan cuenta de un crecimiento exponencial que evidencia una metodología: 1970, 921 millones de dólares en el exterior, 19 años después en 1989, la cifra trepó a 43.078, es decir casi un 500% más en casi dos décadas. Pero dentro de ese período histórico, señala Di Cola, el mayor crecimiento en la fuga de divisas se produce durante la dictadura militar, es decir, entre el 75 y el 83 cuando salta de más de 3.500 millones de dólares a más de 32 mil millones.
“…Con el argumento que era imprescindible generar las condiciones para las inversiones contó con el apoyo del empresariado y las grandes corporaciones económicas de la industria, el campo y las finanzas. No solo no invirtieron sino que además fueron los protagonistas excluyentes de una fenomenal fuga de divisas”, argumenta el ex diputado.
Es más, Di Cola señala que entre quienes estudian el tema hay una “coincidencia generalizada” que analizando hasta 1986, la mitad del dinero de argentinos acumulado en el exterior se había girado entre 1980 y 1983.
Di Cola compara, a la fecha del trabajo de la comisión parlamentaria de la que formó parte, el PBI argentino con los activos fugados y concluye que es menor el PBI que el total de activos que tenían los argentinos en el exterior. Esto es, infiere, que “los argentinos fugaron el equivalente a todas las exportaciones desde 1997 hasta 2001 incluido. O dos veces y media la recaudación del Estado nacional o cinco veces lo recaudado por privatizaciones desde 1990”.
La convertibilidad y la fuga
Asimismo durante la convertibilidad (1992-2001) se registran cifras altamente elevadas en la fuga de capitales. Durante esos nueve años los activos fugados fueron entre 60.412 y 73.332 millones de dólares que, sumado a lo de años previos a 1992, eleva el monto a un total entre 114.154 y 127.074 millones de dólares al año de la crisis.
“Para que se tenga una idea, tomando en cuenta buena parte de los ’90 podemos afirmar que por cada dólar invertido por empresas extranjeras, hubo 90 centavos de dólar pertenecientes a residentes que se fugó de la economía. Es decir, el proceso de “inversión” se pareció más a un mero canje de activos que a una verdadera expansión del horizonte productivo del país”, denuncia Di Cola.
Según la información procesada por la Comisión Investigadora, se efectuaron unas 62.148 operaciones relacionadas con el sector privado no financiero correspondientes a 58 entidades bancarias, lo que representa el 69,4% del total de los activos financieros hacia fines del año 2001.
Tal porcentaje, casi el 70 por ciento representa más de la mitad de los activos fugados al 2001, lo que demuestra que “el sector privado no financiero fue el agente más dinámico de la fuga de divisas mientras los bancos operaron como autopista que vehiculizaron la salida de capitales”, afirma.
El ex diputado analiza que durante el 2001 hasta el 2 de diciembre fecha de la instauración del “corralito”, las personas físicas realizaron un promedio de 137 operaciones por 12 millones de dólares por día, y las empresas realizaron 126 operaciones pero por un monto tres veces mayor, 51 millones dólares. El record de operaciones se dio el 30 de noviembre, en vísperas del anuncio del corralito, con un total 1.337 operaciones. Tal crecimiento demuestra “la complicidad del sistema bancario filtrando información y facilitando los mecanismos para la fuga de las divisas”, señala Di Cola.
El HSBC no peca de original
Para Di Cola la información de las cuentas de argentinos ocultadas en el HSBC de Ginebra permitiría una profundización de los mecanismos de fuga de divisas y de la naturaleza de los fondos.
Además, evidencia una continuidad en la historia en la relación entre fuga de divisas y entidades bancarias. Es más, denuncia Di Cola “hay bancos que entre sus principales actividades está la de buscar deliberadamente nuevos clientes ofreciéndoles el servicio de ´puente` para la salida de divisas”.
Así, agrega, en el año 2001, “los bancos Citi, HSBC y Río fueron los más utilizados por las empresas, en tanto el Galicia fue preferido por las personas físicas”.
A la hora de los destinos elegidos la mitad de los clientes prefirieron los Estados Unidos y el 21,9 por ciento eligió Uruguay. Además, esa mitad de los clientes que eligieron a los EEUU comprenden los que concentraron la mayor parte de los fondos transferidos, casi el 77 por ciento del total.
Finalmente, Di Cola concluye que “está claro que la actitud de los distintos actores no fue inocua. Que con la complicidad de las instituciones bancarias se transfirieron fondos cuanto menos provenientes de la evasión fiscal. El país terminó inmerso en una de las peores crisis de su historia, con un crecimiento exponencial de la deuda externa y la pérdida de reservas del BCRA de 19.000 millones de dólares solo en el 2001”.
Los montos a los que asciende la fuga de capitales desde el período analizado por Di Cola a la fecha, no hacen más que confirmar que se trata de una metodología sistemática y además continua. Durante la última década este comportamiento estructural de las grandes empresas y bancos generó una fuga superior a los 90.000 mil millones de dólares..