Red Eco Alternativo ***

Jujuy: 23 penitenciarios a juicio por vejaciones y apremios ilegales

Lo solicitó el fiscal Diego Funes por los delitos cometidos contra Nahuel Morandini y Roque Villegas, los trabajadores detenidos durante más de 50 días por haber twitteado sobre el ex gobernador Gerardo Morales. Entre los imputados se encuentra el jefe del Servicio Penitenciario de Jujuy, Julio Arnaldo Vaca. Los acusados podrían recibir penas de hasta 15 años de prisión.

La investigación se inició de oficio a partir de las denuncias públicas realizadas por el docente universitario Nahuel Morandini respecto al maltrato recibido duranre sus días de detención en el Penal de Gorriti.

“Yo lo vengo denunciando desde adentro. Hice pública una carta dirigida a los compañeros de mi federación de docentes universitarios donde denunciaba las condiciones en las que estaba detenido en el pabellón 2 (…). Después de que nos liberaron, a los pocos días la justicia jujeña inicia una investigación de oficio a cargo de la fiscalía de Funes, y me notifican que debía presentarme al ministerio a dar declaración por los dichos que habían circulado en medios periodísticos. Me presenté con una de mis abogadas”, afirmó Morandini en diálogo con el programa El Submarino Radio de FM Conectar 91.5.

“Hay registros fílmicos y hay declaraciones, no solamente de integrantes del Servicio Penitenciario sino también de reclusos que dan cuenta de los tratos que se reciben en el penal”, agregó el docente.

En este sentido, en su pedido de elevación a juicio, el fiscal Funes señala que las denuncias se comprobaron a través de material fílmico recolectado de las cámaras de seguridad dispuestas en la unidad carcelaria y también a través de una visita del Ministerio Público de la Acusación. Explica que los detenidos son obligados a permanecer en aislamiento por tres días en el pabellón de castigo “de manera ilegal y sin causa justificada”, que son sometidos a “vejaciones” y “tratos rigurosos y humillantes”, que los obligan a desnudarse y que los mantienen “en condiciones infrahumanas, en reductos sin la debida ventilación ni iluminación y faltos de higiene”.

Agrega que se los ha obligado a defecar en un fuentón, orinar en una botella, “comer pan mojado con el agua del piso que contenía orín, soportar dentro de la celda baldes con excremento de terceras personas, pernoctar en celdas con las paredes rociadas de orín, permanecer aislados en celdas carentes de luz y de ventilación, comer sin cubiertos y con la mano, no entregar los anteojos de aumento a personas cortas de vista, entre otras severidades y humillaciones”.

En el texto, el fiscal considera que “de la evidencia recolectada se puede concluir que lo padecido por Morandini no fue una situación particular o excepcional, sino que formaba parte de un comportamiento habitual e institucionalizado que se extendía a lo largo del tiempo”.

Al respecto, el propio Morandini detalló, en diálogo con El Submarino Radio: “Obviamente las condiciones más extremas están en el pabellón 2, porque es justamente, como dice el fiscal, un pabellón de castigo, donde se supone que van personas que están sujetas a algún tipo de castigo, por conducta o disciplina. Pero el mismo fiscal dice que ni Villegas ni yo habíamos tenido ningún acto de indisciplina. Entonces ahí ya no estamos hablando de lo sistemático sino que hacia nosotros el trato sí se transforma en excepcional”.

El docente agregó que la alimentación que recibían dentro del penal era mala, que había casi nula atención de la salud y que no había condiciones recreativas: “Personas que tenían la cara hinchada por problemas bucales no eran tratadas porque hay un solo odontólogo u odontóloga para todo el Servicio, que tiene más de 600 internos”.

Para Morandini, hacia su persona hubo “un plan pergeñado y sistemático” que buscaba quebrarlo tanto a él como a su familia, para que termine aceptando un juicio abreviado, aceptando la culpa de un delito que no cometió: “Ellos (querían) cerrar una causa redonda que iban a mostrar en los medios como algo efectivo y contundente: que acá en Jujuy nadie podía decir nada referido al exgobernador”.

“Primero, la policía hizo inteligencia sobre mi domicilio en los días previos a mi detención. Después el fiscal (Walter) Rondón, con anuencia del juez (Roberto) Assef, me manda al penal por un supuesto delito leve. Me trasladan seis veces y me ponen en esas condiciones dentro del penal de Gorriti (…) Acá hay una responsabilidad política del Poder Ejecutivo de la provincia (…) El gobernador tendría que estar pidiendo la renuncia del ministro de Seguridad”, finalizó.

Fuente: El Submarino Jujuy.

 

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