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- Categoría: Ambiente
- Publicado: Viernes 27 de Julio de 2012
El proceso se encontraba suspendido por pedido de los abogados defensores. Las audiencias se restablecieron el martes, cuando declararon cuatro testigos.
(Red Eco) Córdoba - Día 12 del juicio
En primer lugar testificó el ingeniero químico Marcos Tomasoni, que integra el colectivo Paren de Fumigar Córdoba. Él detalló las consecuencias que tienen las derivas (partículas que quedan en el ambiente) tras las fumigaciones. “La dispersión de los agrotóxicos también depende de cómo se los aplica. Si se aplica de forma manual, va a haber menos derivas que si se lo realiza con un avión”
Además, Tomasoni presentó un trabajo confeccionado por la cátedra Problemática Ambiental de la Universidad Nacional de Córdoba: este abarca análisis de más de doce años que explican el alcance que pueden tener las derivas según los vientos. Tras intercambios entre la fiscalía y la defensa, el tribunal decidió que el mencionado trabajo será contemplado como evidencia.
Luego, fue el turno del testimonio del doctor Ricardo Fernández, quien interviniera en la toma de las muestras realizadas en el barrio en 2005 y 2010. En referencia a los resultados del primer estudio, - que demostró que de 30 chicxs, el 86% tenía cromo, arsénico y plomo en sus organismos- Fernández explicó “podría ser causa del contacto con estos elementos en alimentos o aire.”
El tercer testigo fue el comisario Rafael Ibarra; en 2004, el efectivo se presentó junto con un equipo especial en el campo del acusado Francisco Parra para “secuestrar elementos con agroquímicos”. En este sentido, Ibarra contó que se sacaron del lugar tres plantas de soja con tierra, las cuales se aislaron y fueron llevadas a especialistas para su análisis. Los mismos arrojaron que había agroquímicos en dichos elementos.
Además, Ibarra leyó su declaración sobre ese allanamiento, en el cual también se habían encontrado bidones con tres tipos de insecticidas y una fumadora mosquito que contenía veneno en su interior. Finalmente, ese informe se incorporó como evidencia.
La última declaración de la jornada fue la del presidente del centro vecinal de Barrio Ituzaingó Anexo, Marcelo Ponce, quien fue convocado por la defensa. Antes de iniciar su testimonio el presidente del Tribunal mencionó el papel de Ponce durante la inspección ocular: allí, junto a un grupo de vecinxs, se manifestó contra las madres. En este sentido, el magistrado destacó que las falacias en su testimonio serían penadas por la ley.
Ponce esgrimió que la lista de enfermxs de cáncer en el barrio estaba “inflada” y que no era “fehaciente” ya que no estaba hecha por profesionales. Al ser indagado por el fiscal Novillo sobre su conocimiento de la cantidad de casos en el barrio, Ponce afirmó “nunca me preocupé por eso” e inmediatamente declara “la función mía es netamente social. Cada uno tiene que ir al médico. “
Además, Ponce declaró, respecto a las informaciones de los medios de comunicación “pedí prudencia, había problemas de discriminación a los chicos que buscaban trabajo, se habían desvalorizado las propiedades ahí”. Finalmente comentó que nunca vio fumigaciones debido a su lejanía a los campos, y que charló con algunas familias que vivían al límite del barrio, las cuales manifestaron no haber visto avionetas pero vieron “máquinas terrestres”.
Día 13 del juicio
La jornada, que contó con declaraciones de testigos citadxs por la defensa, empezó con el testimonio del Dr. en Química Martín Gonzalo Sarmiento Tagle, quien enunció “falencias metodológicas” en la recolección y preservación de muestras en el campo allanado. “El proceso de toma de muestras no está debidamente documentado, no hay registro detallado de que sucedió desde el momento en el que fueron tomadas hasta el momento en el que fue el análisis”, agregó.
También habló de los estudios realizados en la consultora de ambiente a la que pertenece “En tierra no se encontró nada. En la muestra de claveles de aire se encontró endosulfán” y sentenció “este es un estudio que ha consistido en un solo día de muestreo, lo ideal sería que la Provincia y el Municipio pudieran realizarlos con continuidad”.
En segundo lugar testificó Graciela Nicolás, médica y directora del Registro Provincial de Tumores que depende del Ministerio de Salud de la Provincia. La médica afirma que “la incidencia detectada en el barrio (Ituzaingó), no difiere de lo detectado en otros barrios de la ciudad. De los 3 casos que confirmamos, era todos casos de arrastre porque provenían de un período mucho mayor que un período epidemiológico.”
La médica prosiguió: “lo único que corroboramos fueron 5 casos de leucemia anteriores a nuestra llegada, dos linfomas eran del año 2000. El fiscal Novillo mencionó un informe llevado a cabo en el lugar, en el que se registran 61 casos de cáncer: “usted dice haber registrado 35 casos y este informe dice 61 casos.” Al respecto, Nicolás replicó: “si ustedes me brindan un listado, yo podría cruzar los datos con nuestra lista. Hay pacientes que quizás no tienen el cambio de domicilio hecho y por eso no están registrados.”
La audiencia continuó con la declaración de Natalio Pita, vecino de los imputados Gabrieli y Parra. Pita manifestó que en los campos de Parra no vio fumigaciones. Al ser nuevamente interrogado al respecto, sentenció: “no he visto nunca una avioneta fumigando de noche.”
Tras las declaraciones de Pita, llegó el testimonio del Ingeniero agrónomo Marcelo Bollati, que se desempeñó como asesor fitosanitario de Parra en lo que respecta al control de malezas y plagas; a su vez, Bollati fue empleado de una empresa productora de plaguicidas. Sus declaraciones abarcaron cuestiones relativas a la realización de recetas fitosanitarias para las fumigaciones y el control de las mismas.
Beatriz Araya, que vive en un asentamiento a 600 metros de Barrio Ituzaingó, fue la siguiente testigo: ella vive frente a la casa del acusado Parra y es asistente comunitaria. Bajo esta función, junto con el Sanatorio Francés, realizó dos relevamientos: uno de ellos fue revisado por el Presidente del Tribunal, que afirma que el mismo solo estaba hecho a mujeres en condiciones de maternidad.
Además, el magistrado resaltó que el relevamiento fue respondido por 77 personas, y no por 400 como había manifestado Araya. Respecto a las fumigaciones, la mujer sostuvo que nunca vio máquinas fumigadoras, ni las terrestres ni avionetas.
Completó la audiencia la declaración de Peralta Maya, un piloto que fue empleado de Pancello en la empresa Aéreo Fumigaciones Córdoba (AFUCOR) durante quince años. El testimonio se basó en brindar detalles acerca de los procedimientos a realizar a la hora de aceptar y hacer una fumigación, así como también cuestiones normativas de las aplicaciones.
La última ronda de testimonios del juicio se llevará a cabo el 31 de julio para así, el 7 de agosto, conocer los alegatos de este histórico juicio.