Contra la violencia y el saqueo, organización
- Detalles
- Categoría: Ambiente
- Publicado: Jueves 16 de Febrero de 2012
Con una extensa serie de actividades, ayer lxs vecinxs y asambleístas de Andalgalá recordaron y repudiaron la represión policial ocurrida hace dos años, en medio de las protestas contra el proyecto minero de Agua Rica.
(Red Eco) Catamarca - El pueblo de Andalgalá vivió ayer una jornada intensa. Durante todo el día se realizaron diversas actividades con el fin de recordar los sucesos ocurridos el 15 de febrero de 2010, cuando la policía, bajo las órdenes de la fiscal Marta Nieva, desalojó a fuerza de gases lacrimógenos y balas de goma, el corte que los asambleístas mantenían desde mediados de diciembre de 2009 en el Chaquiago, a 17 km de Andalgalá para evitar el ingreso de maquinaria al emprendimiento minero Agua Rica.
Estos hechos no fueron muy distintos a los ocurridos durante la semana pasada en Belén, Santa María y Tinogasta, en Catamarca y Amaicha en Tucumán y que generaron un repudio generalizado a nivel nacional, reflejado en movilizaciones y escarches en muchas ciudades y provincias en todo el país.
Por la mañana “Las mujeres del Silencio” realizaron una caminata que partió de la comisaría del pueblo, pasando por el juzgado de Garantías para finalizar en la plaza central de Andalgalá. Esta marcha la realizan todos los miércoles desde hace un año para repudiar la represión y la judicialización de la protesta.
La violencia policial de hace dos años, dejó muchos heridos y mas de 30 detenidos. El accionar de la policía había comenzado por la tarde en el corte del Chaquiago y se trasladó por la noche al centro de Andalgalá donde se vivía una pueblada en repudio por la represión y reclamando la liberación de los detenidos.
Por la noche se realizó una peregrinación que partió desde el Chaquiago, donde se encuentra el Algarrobo que dio nombre a la Asamblea y a la radio comunitaria que montaron allí los vecinos de Andalgalá y que acompañó y transmitió toda la jornada. Alrededor de 4000 personas realizaron la caravana con las imágenes de la Virgen del Valle y de San Francisco de Asís (patrono de Andalgalá y del medioambiente) hasta la plaza principal de esta localidad. También hubo espectáculos y una caminata por la la Vida y la Memoria para terminar con un acto con la intervención de los integrantes de la asamblea.
Todas estas actividades se realizaron en un clima de tensión dada la fuerte presencia policial. En los días previos la provincia envió un refuerzo de alrededor de 90 efectivos, entre policía provincial, infantería y la división canes. A sólo diez cuadras de allí un grupo pro-minero mantenía desde el jueves pasado un corte sostenido por empleados y empresarios proveedores de La Alumbrera.
Este grupo mantuvo sitiada a la ciudad al cortar el puente del río de La Cañada, por el que se accede a Andalgalá, impidiendo el paso a cualquier persona que pudiera, según su presunción, apoyar a los asambleístas del Algarrobo. De esta forma durante toda la semana a pobladores de otras localidades del país, periodistas, legisladores y hasta una delegación del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) que preside el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, fueron amenazados y perseguidos, además de habérseles impedido el acceso a Andalgalá.
Respecto a esta situación la policía lo único que hizo fue colocar un puesto policial que, a unos kilómetros de Andalgalá, tomaba todos los datos de quienes se dirigían a la ciudad, y luego de interrogarlos les advertía que posiblemente no pudieran pasar.
Esta tarde, se habría hecho efectiva la orden impartida ayer por la fiscal Marta Nieva de desalojar el puente.
Mas allá de este panorama de tensión, la presencia multitudinaria de vecinos y vecinas, y los continuos mensajes de apoyo llegados desde todo el país, les permitió concluir la jornada afianzando su convicción de que la lucha en defensa de la vida, el agua y el ambiente y contra el modelo extractivo que prioriza las ganancias de unas pocas empresas por sobre las necesidades de los pueblos, es cada vez más fuerte, legítima y, aunque la presidenta no lo admita, seria.