Red Eco Alternativo ***

Comunidades de todo el país se movilizan contra el Plan Nuclear Argentino

Las asambleas convocantes y el MARA (Movimiento Antinuclear de Argentina) afirman que el plan nuclear argentino, instalado durante la última dictadura cívico militar, plantea la manipulación del ciclo completo del uranio, el material bajo la tierra más peligroso del mundo. En este marco, aseguran que “este proyecto que comienza imponiéndose en 'zonas de sacrificio'con megaminería y termina en los reactores, viene dejando pasivos que, por la naturaleza de la contaminación radioactiva, son prácticamente imposibles de remediar”. Durante este sábado 23 de abril habrá movilizaciones en distintos puntos del país, como el Paseo de la Familia en Valcheta, Río Negro, a las 17; la plaza frente al Municipio de Zárate, en la Provincia de Buenos Aires, a las 17; la Peatonal Gazin en Trelew, a las 18; en la Plaza España en Mar del Plata, a las 18; la Casa Histórica de San Miguel de Tucumán, a las 18.30; y la Plaza 25 de Mayo en la Ciudad de La Rioja, a las 19.

El comunicado de las organizaciones convocantes alerta: “En cada una de las etapas de la industria del uranio siempre existieron impactos concretos y riesgos que venimos asumiendo en nuestros cuerpos y territorios, y, si continuamos permitiendo el avance de los actuales proyectos nucleares en Argentina como el nuevo reactor chino Hualong One, esos riesgos permanecerán a futuro y seguirán siendo impuestos por períodos transgeneracionales. En el caso de los reactores de Zárate, si tomamos como fecha de inicio para Atucha 1 el año 1974 y damos por concretada la negociación del Hualong One, estaremos conviviendo por más de 100 años con esta tecnología, en medio de tasas récords de enfermedades relacionadas con el medio ambiente”.

Agregan que el reactor que ahora se intenta instalar en Zárate, provincia de Buenos Aires, ya había sido rechazado en Rio Negro por las enormes movilizaciones populares a lo largo y ancho de la Patagonia, en 2017.

Los reclamos de esta jornada son:
1- la cancelación del Plan Nuclear Argentino en todas sus etapas:
2- la cancelación del acuerdo con China, basado en el reactor nuclear Hualong One que pretenden instalar en Zárate.
3 -el desmantelamiento completo del resto de los reactores nucleares de Embalse (Córdoba) y Atucha 1 (Buenos Aires) cuyas vidas útiles fueron extendidas ilegalmente, y también de Atucha 2 (Buenos Aires) cuya puesta en marcha no fue consensuada con la enorme población a la que expone este proyecto.
4- la remediación de todas las minas de uranio en Argentina y la cancelación de todos los proyectos vigentes de minería uranífera en la Argentina (Mendoza, Chubut, Rio Negro, La Rioja entre otros)
5- la disolución de la CNEA ya que en su facultad de diseñar e implementar políticas de Estado, vulnera sistemáticamente los derechos de poblaciones enteras que se han manifestado abiertamente en contra y denunciamos fuertemente su irresponsabilidad e incapacidad de responder ante los pasivos ya generados por todo el territorio.
6-la creación de un nuevo ente autónomo del Estado, con participación directa de la ciudadanía, que se encargue exclusivamente de darle un tratamiento adecuado al problema aún no resuelto, del manejo y control de la gran cantidad del combustible gastado en los reactores y demás productos radiactivos que son desechos de la industria uranífera.
7- la firma y ratificación por parte del Ejecutivo Nacional del Tratado de Prohibición de armas nucleares.

Compartimos parte del comunicado de las organizaciones convocantes:
La energía nuclear es sucia, cara, contaminante, radiactiva, no renovable y emisora de CO2 en sus etapas primarias (minería, transporte). El producto de la fisión deberá ser custodiado de por vida una vez agotado el ciclo del combustible en un reactor nuclear. Todavía no está resuelto el destino final del combustible gastado que se sigue acumulando a orillas del Paraná y en el lago del Embalse desde hace más de 40 años. Ni tampoco está claro el destino final de la basura radioactiva, por otros próximos 50 años, que produciría el Hualong One si se llega a concretar. Sea las orillas del Paraná o una ex mina de uranio abandonada en algún lugar de la Argentina, el costo de este impacto, más tarde o más temprano, tendrá que ser asumido.

Recordemos la épica gesta de Gastre (Chubut, 1986) donde se impidió la instalación de un basurero nuclear no solo para deposición de combustible local, sino también para la importación del combustible gastado del resto del mundo. Los intereses que hoy dicen bregar por un proyecto nacional, son los mismos que quisieron convertirnos ayer en el basurero nuclear del planeta y no dudarán en volver a hacerlo como parte de la política de entrega.

La minería de uranio sólo tiene dos mercados posibles: el de generación eléctrica para centrales nucleares y el de armamento. Pero además en todos los países militarmente nuclearizados, el proyecto nuclear de uso civil ha jugado un papel de complementariedad de manera abierta con el desarrollo de armas (EEUU, Francia, Gran Bretaña, Rusia entre otros) o indirecta siendo funcional y operando en la clandestinidad como máscara para encubrirlo (Israel, Pakistán, India, Corea del Norte, etc.).

Además, la tecnología del reactor Hualong One, puede considerarse como un subproducto de la tecnología de uranio enriquecido, que en paralelo es implementada para incrementar velozmente el arsenal nuclear de China. Es decir, en una Argentina casi en bancarrota, además de la estafa que implica traer una tecnología hasta tres veces más cara, indirectamente estamos pagando con nuestros aportes, una parte de la carrera armamentística China.

Respecto a la dinámica del cambio climático debemos decir que, en los próximos escenarios, la problemática nuclear profundizará aún más esta crisis de manera drástica. La mayoría de las centrales nucleares en el mundo, por su necesidad de refrigeración constante, están expuestas a zonas de mares, ríos y lagos inundables. En ese contexto proponer lo nuclear como salida es sencillamente suicida. El planeta no tiene capacidad de resistir el impacto de uno, dos o decenas de “Fukushimas” en simultáneo.

La tecnología nuclear es la más cara y al ser un recurso no renovable, su horizonte de producción está acotado a corto plazo. Solo en un pequeño porcentaje es capaz de reemplazar en la práctica a la matriz energética hidrocarburífera. Recientes estudios explican que para el 2040 podrán salvar el 2% de las emisiones de CO2 considerando un escenario optimista. En su desarrollo consumiría los recursos económicos que se podrían direccionar para construir una verdadera salida. Es decir, con un mismo presupuesto se podría duplicar o triplicar la producción de energía, con menor impacto y menor emisión de CO2.

Pero antes de intentar reemplazar la actual matriz energética por otra, es necesario el debate sobre el “cómo, para qué y para quién” producimos la electricidad. Debemos repreguntarnos cuál es la política industrial que deseamos y por qué necesitaríamos seguir alimentando a los grandes consumidores de energía. Es decir, el relato de la transición energética, encubre una lógica de subordinación y sometimiento, que podemos contrarrestar con un nuevo modelo de sociedad cuya matriz de producción y consumo sean sustentables.

Por último, queremos resaltar el carácter de lo nuclear dentro del proyecto extractivo, modelo que persiste en imponerse como política de Estado para generar las divisas necesarias del pago de la deuda fraudulenta que gobierno tras gobierno ha sostenido. En el caso de la minería nuclear es evidente la avanzada en las diferentes provincias uraníferas que mencionamos antes. Pero además del FMI existen otros frentes de financiamiento abiertos. En el caso concreto de China y Rusia, dichos países insisten como llave de cualquier acuerdo macro, la venta de reactores nucleares. Es decir, con el proyecto nuclear argentino tal cual está planteado, accederíamos a ser moneda de cambio de los dos más grandes acreedores de una argentina prácticamente en bancarrota. Nos están vendiendo al mejor postor, como mera mercancía, nuestros cuerpos y territorios.

Organizan en los puntos de acción: Movimiento Antinuclear Zárate-Campana / Asamblea Riojana Capital/ Pro-Eco Tucumán / Reexistencias por el Buen Vivir Tucumán/ Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Viedma y Carmen de Patagones/ Movimiento Antinuclear Rionegrino (MAR)/ UACCH/ Asamblea de Trelew/ Asamblea Mar del Plata Libre de Petroleras/

Adhieren: Asamblea Socio Ambiental de Cipolletti, Rio Negro; Cronopias, Vivos desde los Territorios, Comunicación Popular ambiental; Grupo Lotos, Córdoba; Movimiento Ciudad; Observatorio por el Derecho a la Ciudad; Frente de Lucha por la Soberanía Alimentaria Preservando Hudson, Berazategui; Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Viedma (RN) y Carmen de Patagones (BA); Asamblea No Nuclear de Viedma y Carmen de Patagones; XR Misiones; Asamblea el Retamo de Nonogasta, La Rioja, Argentina; Pueblos por el Agua, Jujuy; Asamblea por la Vida Chilecito, La Rioja; Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la UNLP, Buenos Aires; Verde al Sur, CABA; BIOS, Mar del Plata; Naturaleza de Derechos; Asociación Ecológica de Lanús; Red Nacional de Acción Ecologista Argentina; Fundación Ecosur Argentina; Movimiento por el hospital en comuna 8 ABS/Argentina; Proyecto Timón Verde, CABA; Espacio Multicultural el Quilombo, Sarandí Grande, Uruguay; Diálogo 2000, CABA; Movimiento Político Ecológico De Raíz, Argentina; Guillermo Folguera, Uba-Conicet, Bs. As., Argentina.

Contactos: Agustin Saiz (Buenos Aires) 11-6258-7625 / Pablo Lada (Chubut) 280-463-0754 / Fabiana Vega (Rio Negro) 292-051-7655 / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. / https://antinuclearmara.blogspot.com / https://www.instagram.com/somoselmara

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