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La agenda migrante y la lucha contra el racismo en nuestro país

Abriendo Caminos entrevistó a Pablo Cossio, militante del Bloque de Trabajadorxs Migrantes (BTM), quien habló de las condiciones en las que enfrentan la actual coyuntura signada por la pandemia y la agenda de lucha por delante.

En las últimas semanas y al calor de los hechos que continúan desarrollándose en EE.UU tras el asesinato de George Floyd, el racismo como opresión estructural de este sistema ha tomado mayor visibilidad a lo largo y ancho del mundo, también en nuestro país. El Bloque de Trabajadorxs Migrantes (BTM), junto a otras organizaciones, vienen desde hace tiempo alertando sobre las políticas represivas y jurídica que se han profundizado durante el mandato de Mauricio Macri, siendo su expresión más cabal el decreto 70/2017 que habilita a la expulsión sumaria de migrantxs. En esta oportunidad, entrevistamos a Pablo Cossio, militante del BTM, quién nos contó acerca de las condiciones en las enfrentan esta coyuntura signada por la pandemia y la agenda de lucha por delante.

AC:¿Cómo se vinculan las recientes protestas en EEUU con la situación en Argentina?

PC: Tras el “estallido social Anti-racista” en EEUU, por la muerte de un afrodescendiente, en muchos países del mundo se rechazó el racismo y se retomó, nuevamente, la discusión sobre la opresión, represión y discriminación hacia las personas de origen africano y afrodescendientes. En Argentina también, pero curiosamente quienes rechazan el racismo por la tendencia global, a nivel local, siguen pidiendo desalojos a los manteros de Once o discriminan a la población migrante que es excluida del mercado laboral, en definitiva son solidarios internacionalmente pero racista a nivel local, un rechazo al otrx cercano. El mejor ejemplo es el “porteño/a” votante del PRO que se emboba de las “tendencias globales” pero no problematiza lo local.

Más allá de estas contradicciones, lo de EEUU es un gran paso, un nuevo gran paso, pero queda mucho por hacer. El racismo es una problemática estructural, está en la columna vertebral de las culturas occidentales, en los modelos de Estado y en el capitalismo en sí. Es una batalla que el pueblo argentino también tiene que dar, y que el cambio de gobierno te posiciona en un mejor escenario para esa disputa. Sin embargo, es totalmente insuficiente, para que el racismo se acabe tiene que haber un cambio sistemático en el modelo económico primero, integrando a estos sectores a la “formalidad laboral” (por difícil que sea hablar de formalidad laboral en estos tiempos), con ello, se debe regular su situación migratoria, dar documentos. Segundo, en lo social, integrar a las poblaciones negras a la cotidianidad sin discriminaciones, borrando la imagen de un “otro” amenazante, y tercero, en términos políticos-culturales visibilizar al enemigo, al de arriba, para entender que el negro y el migrante está igual de jodido que tú, es decir, el cambio político de entender que es de tu misma clase y que quién nos jode está allá arriba y no acá abajo.

AC: ¿Se tomaron medidas en relación a la agenda migrante en los primeros meses de gobierno de Alberto Fernández?

PC: En los primeros meses del gobierno de Alberto Fernández se abrió un diálogo con las organizaciones migrantes para solucionar lo que el macrismo nos dejó, también para solucionar cuestiones que antes no estuvieron en agenda. La primera discusión que abrimos fue la del decreto 70/2017 que constituyó un ataque sistemático hacia la población migrante, la estigmatizó, la trató como población delictiva y la expulsó sin derecho a defensa. Curiosamente era un decreto para expulsar narcotraficantes, pero terminó expulsando a trabajadorxs humildes, víctimas del narcotráfico. Curiosamente los narcos se quedaron acá y fueron fieles amigos del macrismo para las escuchas ilegales.

Volviendo al debate actual, el gobierno a principio de año manifestó la voluntad política de derogar el decreto, sin embargo, no sabían qué hacer con los costos políticos que esto conlleva, esto terminó siendo un freno, luego se desplegó el escenario de la pandamia y quedó estancada la discusión. Lamentablemente el macrismo, profundizó la criminalización hacía el migrante, entonces no es fácil sacarse un decreto que dijo expulsar (por todos los medios masivos de comunicación) a los migrantes delincuentes. La derecha iba a pegar duro. Igualmente, a las organizaciones migrantes eso no nos interesa, ya que sabemos que es una cuestión mediática de la derecha y que lo que importa es defender el derecho humano a migrar.

La agenda con el gobierno está abierta y se han logrado solucionar algunas cuestiones burocráticas de los trámites regulatorios, pero aún falta mucho. La pandemia hace todo más difícil, las instituciones no están funcionando al 100% y lamentablemente hoy la agenda migrante necesita primero de algo tan básico como un DNI. Esto a consecuencia de la gestión de los diferentes gobiernos de turno, los cuales han visto a la migración como una variable utilitaria/economicista en pos del mercado laboral y han dejado de lado la cuestión de los derechos plenos. Entonces todo arranca siempre muy de atrás, esto no es solo un problema en Argentina, sino del mundo entero.

AC: A casi tres meses del ASPO, ¿cómo repercute la pandemia en las poblaciones de migrantes más populares?

PC: La situación de lxs migrantxs en Argentina (y el mundo) es crítica. Cuando se declaró la cuarentena obligatoria no se consideró que existe una parte importante de la población que vive del día a día, de la venta ambulante, de la calle, de la changa. En ese sector de la economía informal se encuentra gran parte de los y las migrantes que actualmente se ven sin ingresos, y sin ayuda económica por parte del Estado para salvaguardar su fuente laboral y la de su familia.

Actualmente la gran mayoría de lxs migrantes no accedieron al IFE, la principal iniciativa del gobierno para contener a quienes están en la informalidad laboral. No accedieron porque el gobierno no corrigió políticas excluyentes que venían del macrismo. La ANSES dejó afuera a cerca de 196 mil migrantes que cumplían con los requisitos pero que fueron excluidos por un error en el cruce de datos que no reconoció el criterio de residencia legal de 2 años. Afortunadamente, se logró que se corrigieran cerca de 80 mil trámites que habían quedado fuera del IFE, por esta “falla” en el criterio de residencia legal que manejó ANSES. Cuestiones burocráticas que cuesta el hambre a mucha gente. Queda ahora seguir peleando para que se incluya al total de migrantes que solicitan la ayuda del Estado para poder hacer una cuarentena con derechos.

Algunas familias migrantes cobran la AUH y eso ayuda, pero como decía, otro porcentaje importante está en la informalidad laboral y no puede acceder al IFE, que de por sí es insuficiente. ¿Quién vive con $10.000? además el cobro es por un integrante de la familia. ¿Cómo pagamos el alquiler, la comida, la leche, los pañales?. Muchos migrantes hoy se contienen en algunas ayudas estatales, municipales y por sobre todo en las organizaciones sociales y populares de los territorios. Igualmente siempre es insuficiente, y se necesita de una solución integral para todxs lxs habitantes del territorio argentino. Un ingreso universal, un salario social universal, que considere a cada habitante del país como un sujeto de aporte, de derechos, un ciudadanx que vive y tributa en esta localidad y por tanto tiene derecho a que en situaciones críticas como la del Covid19, el Estado esté presente. También hace falta regularizar a la población migrante. La gestión macrista sumó cerca de 70 mil trámites inconcluso, es decir, migrantes sin DNI, por ende, migrantes sin acceso a derechos. Solo ese es un número, porque en el fondo es mucho más grande la irregularidad migratoria, actualmente muchos migrantes se encuentran sin papeles y es necesario regularizarse para que puedan formalizar su situación y se integren dignamente a la sociedad argentina. La tarea es titánica, pero solo se requiere de voluntad política. Desde las organizaciones migrantes seguimos luchando para que la Dirección Nacional de Migraciones, y las autoridades competentes, den respuestas de manera urgente.

AC: ¿Qué medidas están realizando desde el BTM en conjunto con otras organizaciones?

PC: Con el Bloque de Trabajadorxs Migrantes (BTM) estamos organizando desde que empezó el ASPO una campaña de recolección de alimentos y dinero para poder ayudar a pasar esta cuarentena a lxs migrantes de CABA y AMBA. Actualmente estamos ayudando a 120 familias, que en sí son aproximadamente 400 personas. Son migrantes que articulan con nosotrxs en nuestro trabajo político cotidiano, y otrxs que simplemente se acercaron a nosotrxs en busca de ayuda y contención. La situación social y económica de la población migrante es muy complicada, el hacinamiento habitacional en algunos casos, la falta de dinero, el riesgo al desalojo, la discriminación, son factores que sumado al ASPO hacen muy angustiante el día a día. Hay madres solteras con las que trabajamos, algunas de ellas víctimas de violencia patriarcal, las cuales nos cuentan lo difícil que es mantener a sus hijxs. Muchas de ellas solo cobran AUH y algunas incluso no lo cobran, entonces la ayuda que podemos acercar es valiosa, pero insuficiente. También la mitad de la gente con la que trabajamos es de origen senegalés, estos compas la tienen muy complicado porque son trabajadores de la vía pública y en este contexto es muy difícil salir, sobre todo por la represión de la policía. Con ellxs estamos impulsando un proyecto de venta on-line para poder generar ingresos.

A su vez, no nos conformamos con lo que estamos haciendo, necesitamos que el Estado, el gobierno nacional y los locales atiendan la situación. Sí bien se abrió recientemente un diálogo con el gobierno para atender estas cuestiones, sentimos, que llegamos tarde. El daño en el tejido social del pueblo pobre argentino, dentro de este muchxs migrantes, ya está hecho. El desafío para nosotros va más allá de lo migrante, más bien, es una apuesta por otro modelo de sociedad. Es la vieja/actual discusión de las clases sociales y quién gobierna, claramente nosotrxs apostamos a que gobiernen los de abajo, lxs trabajadorxs. Porque más que migrantes, somos trabajadores, trabajadoras, habitantes de este territorio llamado Argentina. En resumidas cuentas, la pandemia vino a profundizar las opresiones y desigualdades que ya veníamos viviendo, no hay nada nuevo, solo que ahora todo es peor y más crudo.

Entonces lo que hacemos es ayudar con las donaciones por una lado, generar emprendimientos, y dar la discusión y la disputa política por otro. En este último punto, nuestra apuesta es la unidad de las organizaciones migrantes para dar la pelea, en este sentido, estamos apostando al espacio Agenda Migrante 2020 (frente que agrupa a decenas de organizaciones migrantes a nivel nacional) para discutir desde allí con el gobierno.

AC: ¿Cuáles son las reivindicaciones principales que tienen en agenda?

PC: A corto plazo es la regularización de todxs los migrantes y refugiadxs. Esta discusión requiere de la voluntad política del gobierno de AF. Voluntad que se ha expresado en algunos diálogos, pero no hay respuestas al nivel que se requiere, entonces, como siempre hay que pelearla, presionar y conseguir que se destinen recursos para la regularización de las personas del Mercosur y Extra Mercosur. La accesibilidad a lxs trámites también está en agenda, los trámites digitales continúan siendo excluyente, las tasas migratorias son caras y se vuelven inaccesibles para los más pobres.

Otra reivindicación muy importante es la del acceso a la información y el conocimiento de la Ley de Migraciones tanto para migrantes como para lxs trabajadorxs de las diferentes esferas del Estado. Algunxs ni siquiera saben que existe y terminan discriminando por ignorancia. Así mismo, hay migrantes que no saben que existe una Ley del 2010 que los ampara en muchos derechos, una ley que a nivel regional es muy avanzada. No obstante, como sabemos, las leyes son papeles y necesitan pragmatismo, se necesita que se cumplan, que se financien, que se conozcan, que se cumplan.

Otra, son los derechos políticos de lxs migrantes, votar y participar políticamente es una gran tarea dentro de nuestra población. Lxs migrantes vivimos acá pero no votamos presidente/a ¿por qué no, sí somos habitantes, trabajadorxs del país?.

La anulación del DNU 70 sigue y seguirá en agenda hasta lograr su derogación, como siempre dijimos el DNU de Macri no es ni urgente ni necesario. Es un DNU que quiso volver a un paradigma excluyente y criminalizar la movilidad humana pobre igualándola al delito y el narcotráfico. La discusión actual en el mundo tiene que ser otra, la pandemia abre una nueva disputa entre paradigmas excluyentes e inclusivos sobre la migración. Va a ser difícil porque seguramente los Estados (capitalistas) van a reforzar las fronteras y el extranjero se transformará en un sospechoso, no solo del delito, sino también del contagio. Por eso, hay que disputar los paradigmas para destrabar el “fascismo social” de los gobiernos de derecha, donde constantemente el otro, el negro, el migrante, el pobre, es el enemigo. Soy esperanzador y creo que existen las fuerzas para frenar esta horrible cara del capitalismo. Insisto, la discusión no es nueva, es la misma, con nuevos matices y correlaciones de fuerza, la disputa sigue siendo capital y trabajadorxs, es hora de pensar en un presente y un futuro de los y las trabajadorxs, obviamente, con lxs trabajadorxs migrantes adentro, con todos los derechos.

 
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