Jubilados y jubiladas

6 millones de jubilados y pensionados constituyen el mapa humano de una parte de la Argentina casi silenciada en cuanto a su problemática. Más de 3 millones de ellos (el 53 %) cobran el haber mínimo. Sobre ellos quisimos hablar en el séptimo programa de la quinta temporada de Fuerza Centrífuga. Red Eco Alternativo


(Red Eco Alternativo) Argentina - Varios son los problemas que atraviesan a la llamada tercera edad desde hace muchos años. El económico es uno crucial. Por el lado de los jubilados, el haber bruto y sin descuentos, asciende hoy a $ 6.453,72m reduciéndose a $ 6.203 en mano. Este importe no llega a cubrir el 50% de la canasta para los adultos mayores calculada por la Defensoría de la Tercera Edad. Aquellos que perciben dos haberes, como jubilación y pensión, estarían solo aproximándose a esos valores.

Más abajo aún están la pensión mínima ($ 4.517,60) y la pensión por adulto mayor de 65 años ($ 5.162,98, 80% de la mínima según estableció la Ley de Reparación Histórica)

La canasta básica de un jubilado en mayo de este año, según el cálculo conservador de la Defensoría de la Tercera Edad, ascendió a $16.137. El 39% de los adultos mayores no llega a comprarla.

Y hablamos de una canasta básica, calculada semestralmente desde hace 10 años por esta defensoría, tomando en cuenta los precios de los alimentos (para una dieta de 2200 calorías diarias), medicamentos subsidiados en parte por la obra social de PAMI, los gastos de una vivienda propia, viáticos y comunicación (mínimas) y una salida mensual, como puede ser el cine o el teatro, entre otras cosas.

Eugenio Semino, ombudsman de la Tercera Edad, compartió durante el programa Fuerza Centrífuga de Red Eco, dedicado a los jubilados y las jubiladas, algunas opiniones y conceptos interesantes para poder correr el velo sobre un sector de la sociedad al que todos llegaremos pero del que casi nadie habla
“La situación actual de los jubilados es muy grave, muy seria, son excluidos sociales. Cuando digo y estoy refiriendo a la actualidad, lo hago en términos históricos. Esto viene ocurriendo desde hace décadas y, obviamente se va profundizando esta situación. Solo como referencia, nosotros desde hace una década, calculamos la canasta del jubilado, cada seis meses, canasta muy elemental, muy primaria que incluye gastos de vivienda (…) Hoy nos encontramos con casi cuatro millones de personas que no cubren el 40 % de esa canasta. Y yo hacia la referencia histórica porque en los diez años que calculamos la canasta, esas mínimas estuvieron oscilando en la cobertura de entre el 39% y el 41% de la canasta, nunca más que eso. Vale decir que el nivel de necesidades insatisfechas, atraviesa a todas las administraciones que tuvo el país en las últimas décadas. Obviamente que esto tiene una fuerte repercusión, yo hablaba de exclusión y vulnerabilidad en lo social, y genera a su vez, lo que tiene que ver con aislamiento, con un cambio abrupto cuando se produce la jubilación, que es, en la Argentina, un verdadero rifle sanitario de todas las pautas de vida que tuvo esa persona durante 30 o 40 años. Lo va aislando cuando a su vez, a los 65/70 años, la biología en la Argentina y en el mundo, le permite y le promete, 20/25 años más de vida. Así que esto, no solo genera lo que en gerontología llamamos la violación del índice IAE, que es un índice que mide angustia y enfermedad, generando patologías tan severas y tan poco exhibidas como es la depresión a partir del aislamiento. Es más, producido el estado de enfermedad, a su vez se le suma al jubilado, al pensionado, un sistema de salud que no le da respuestas, me refiero al sistema en general de obras sociales y el propio PAMI, sistema totalmente resquebrajado, no solo en términos de la prohibición de insumos, de medicamentos, sino que se ha exterminado la formación del recurso humano en salud y esto es lo más difícil de recuperar. Pero volviendo al punto, ese estado de exclusión, no solo tiene efectos para el jubilado, sino que genera lo que está viviendo nuestra sociedad - no observado por un sistema político que desoye todo el reclamo al respecto, y que ha dado por naturalizado que este sector de la población directamente solo es contemplado para una declaración de afecto preelectoral y de olvido post electoral. Decíamos que genera lo que se llama la gerascofobia, es decir, en nuestra sociedad hay un enorme miedo por parte de los jóvenes al envejecimiento precisamente por esta pre-configuración de vejez como exclusión, pobreza y enfermedad. Esto motiva - y seguramente es parte de otra charla- gran parte de los comportamientos que tienen esta juventud, que no quiere verse reflejada en ese espejo que adelanta lo que es envejecer”.

Es sistema de reparto, que encierra el concepto solidario de que aportan los trabajadores activos para que con ese aporte cobren los jubilados y pensionados, surgió en 1954, con la ley 14.370. Este sistema funcionó hasta la llegada de la década del 90 que en su onda privatizadora hizo lo propio con el régimen previsional. Surgió así en 1994 un sistema de capitalización individual, que si bien convivía con el de reparto, claramente se vio favorecido e impulsado desde el gobierno y desde las campañas mediáticas, en detrimento del estatal. Este sistema prometía un haber para el momento del retiro del trabajador que sería solventado por sus propios “ahorros” aportados durante su vida laboral activa, y administrados por las AFJP (Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones). Para ello las administradoras cobrarían una comisión como incentivo para mantener actualizados los fondos acumulados. El sistema volvió al Estado durante el gobierno kirchenirsta. El dinero (en gran parte papeles de acciones, títulos y bonos) que tenían las AFJP fue al creado Fondo de Garantía de Sustentabilidad.

Eugenio Semino, se refirió también la situación actual de ese fondo: “Se habla de que son casi un billón de pesos que hoy están en ese fondo. En realidad, es todo un gran misterio que a través de los años se ha mantenido respecto al fondo. Recordemos que tuvo un origen en los famosos cien mil millones de pesos originalmente que en el año 2008 se transfirieron desde el sistema de las AFJP, sistema que estatizaron los mismos que lo habían generado. Quienes habían acompañado y votado allá en el 93 la privatización, es decir el AFano a Jubilaciones y Pensiones, así la sigla (AFJP), luego generaron una “estatización” que fue en el 2008 para recuperar esos fondos, la mayoría de ellos papeles. Me refiero a títulos, bonos, que están computados a su valor nominal y no sabemos cuál es su valor real al momento de realizarlos. Pero recordemos que esa estatización llegó a con figurar una AFJP gubernamental que es la ANSES, porque no es estatal, no está a disposición de los jubilados. Tenemos un supuesto fondo de sustentabilidad rico con jubilados muertos de hambre, una verdadera paradoja argentina. Y que las administraciones, refiero Massa, Boudou, Bossio y actualmente Basavilbaso, llevan una política constante que es el saqueo, es decir, esos fondos se utilizan para cualquier tipo de programas, por ejemplo para el PROCREAR, que tiene que ver con la creación de sistemas de construcción de vivienda, a las cuales no pueden acceder los propios jubilados; o a prestarle su propia plata a los jubilados con intereses, o para comprar computadoras, o a lo que no sabemos, porque a esas transferencias hay que sumarle remesas del PAMI que se giraron a los gobiernos nacionales con distintos fines. Así que el fondo de sustentabilidad es un verdadero desquicio en términos del manejo, es una ratificación de las continuidades políticas, de administraciones que tienen diferencias discursivas pero el mismo signo ideológico en lo que es lo accionar y la ejecución de políticas en el territorio. Así que, estamos en un problema de gran dimensión”.

El Defensor de la Tercera Edad compartió además ideas y propuestas con las cuales poder avanzar en mejorar la situación que viven los jubilados.

“Nosotros hemos propuesto en la última etapa, la necesidad de llevar las jubilaciones mínimas al nivel de la canasta del jubilado… Habíamos propuesto, como primer escalón, obviamente trasladar los porcentajes a toda la escala, pero fundamentalmente, el primer escalón, que tuviera referencia con el salario mínimo, vital y móvil. Esto no solo no fue atendido por los gobiernos de turno, sino que tampoco fue acompañado, salvo en algún discurso aislado por las centrales de trabajadores, que no tienen tampoco una política activa con aquellos trabajadores que hoy están jubilados. Así que la pelea que tenemos que dar, es una pelea dura, es una pelea estratégica en términos del diseño social que queremos, que necesitamos, que necesitan fundamentalmente las generaciones que vienen. Obviamente cuando hablamos de jubilados, pensionados, estamos hablando de más de 7 millones de argentinos que aportaron con su fuerza de trabajo, no solo a generar plusvalía a lo que hoy son los capitales cada vez más concentrados, sino también a mantener un actual sistema político que actúa como clase o casta, resguardando sus propios intereses, respondiendo a sus mandantes. Y una rectificación de esto tiene que ver con que para, mínimamente, palear la situación que están sufriendo nuestros jubilados, planteamos que el dinero que se va a dedicar a esa gran e inútil encuesta llamadas PASO, cuyo espíritu de la ley ha quedado totalmente desvirtuado, porque supuestamente, era a efectos de seleccionar los candidatos de las diversas fuerzas políticos por ese método, cosa que se resolvió a través del dedo de los supuestos líderes de cada grupo, dedicar los dos mil ochocientos millones de pesos, que es el costo de las mismas, a repartir, por lo menos, una cuota de emergencia por única vez, mil pesos a cada jubilado de la mínima, que son prácticamente esos dos millones ochocientos, y que tendrían la virtud, primero de no ir a engañar al pueblo argentino en un debate absurdo, grosero, de cara-contracara, afiche-contra-afiche, exhibición en la televisión por parte de lo políticos, sino también, se recuperarían, rápidamente para el sistema a través de los que es el consumo. El jubilado no tiene ni capacidad ni decisión de ahorro, no va a gastar su dinero a Miami, es decir, lo hace en el mercado interno, y eso generaría por lo menos, más allá, de un paliativo para quienes lo reciben, una mejora en términos del trabajo y la propia recaudación impositiva. Obviamente esto ha sido desoído y cuando uno lo plantea se supone que esta “atentando”, y esto dicho por quienes si atentan, contra la democracia. Obviamente, el problema es del deber de reformar estructuralmente este sistema, debe hacerse de cara a la sociedad, con la participación abierta y no de escenarios políticos donde se termina hablando de estas imbecilidades que uno escucha en los medios respecto a la edad jubilatoria y todas estas cuestiones, que ya están perimidas hasta en términos del propio debate. Así que bueno, es el gran desafío que tenemos hacia el futuro pero también, en este presente, tenemos que resolver, el hambre, la miseria, y el estado de postración y sufrimiento de quienes dieron su vida para hacer nuestra patria”.

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