La lucha apenas comienza
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- Categoría: Venezuela
- Publicado: Miércoles 13 de Mayo de 2009
(Fidel Castro Ruz) Venezuela - Granma publicó (el sábado 9 de mayo) lo que escribí sobre el acuerdo contra Cuba de la CIDH. Sentí después curiosidad por conocer el que adoptó contra Venezuela. Era más o menos la misma basura.
El acceso al poder de la Revolución Bolivariana fue diferente al de Cuba. Chávez, un militar revolucionario como lo fueron otros en nuestro hemisferio, llegó a la Presidencia a través de las normas de la Constitución burguesa establecida, como líder del Movimiento V República, aliado a otras fuerzas de izquierda. La Revolución y sus instrumentos estaban por crear. De haber triunfado el levantamiento militar dirigido por él, la Revolución en Venezuela posiblemente habría seguido otro curso. Fue fiel, sin embargo, a las normas legales establecidas, que estaban ya a su alcance como vía principal de lucha. Desarrolló el hábito de la consulta popular cuantas veces fuera necesario.
Llevó a plebiscito popular la nueva Constitución. No tardó en conocer los métodos del imperialismo y sus aliados de la oligarquía para recuperar y conservar el poder.
El golpe de Estado del 11 abril de 2002 fue la respuesta contrarrevolucionaria.
El pueblo reacciona y lo lleva de nuevo al poder cuando, aislado e incomunicado, estaba a punto de ser eliminado por la derecha, que lo compulsaba para que firmara su renuncia.
Habíamos conversado muchas veces desde que visitó Cuba en 1994 y habló en la Universidad de La Habana. Era un hombre verdaderamente revolucionario, pero a medida que tomaba conciencia de la injusticia que reinaba en la sociedad venezolana se fue profundizando su pensamiento, hasta llegar a la convicción de que para Venezuela no había otra alternativa que un cambio radical y total.
Conoce hasta en sus más mínimos detalles las ideas del Libertador, a quien admira profundamente.
Sus adversarios comprenden que no es fácil vencer frente a la tenacidad de un luchador que no descansa un minuto. Pueden optar por privarlo de la vida física, pero los enemigos internos y externos saben lo que eso significaría para sus intereses. Pueden existir locos y fanáticos irracionales, pero de tales peligros no están exentos los líderes, los pueblos, ni la propia humanidad.
Pensándolo fríamente, Chávez es hoy un adversario formidable del sistema capitalista de producción y del imperialismo. Se ha convertido en un verdadero experto sobre muchos problemas fundamentales de la sociedad humana. Maneja con maestría hasta los detalles más mínimos de la producción nacional y los servicios sociales. Domina la teoría y la práctica del socialismo que su país requiere, y se esfuerza por sus más profundas convicciones. Define al capitalismo tal como es; no pinta caricaturas, muestra radiografías e imágenes del sistema.
La más reciente medida que adoptó el Congreso: la Ley de nacionalización de las 60 principales empresas que prestan servicios cada año a PDVSA, la empresa estatal de petróleo, por valor de más de 8 mil millones de dólares. No eran de propiedad privada, las crearon los gobiernos neoliberales de Venezuela con recursos que pertenecían a PDVSA.
No había visto una idea tan claramente transformada en imágenes y transmitida por la televisión. Chávez no solo posee especial talento para captar y transmitir la esencia de los procesos; lo acompaña una memoria privilegiada; es difícil que se le olvide una palabra, una frase, un verso, una entonación musical, combina palabras que expresan conceptos nuevos. Habla de un socialismo que busca la justicia e igualdad; "mientras el colonialismo cultural siga vivo en las mentes, lo viejo no termina de morir y lo nuevo no acaba de nacer". Sobre todo ha demostrado ser el líder político en Venezuela capaz de crear un partido, transmitir incesantemente ideas revolucionarias a sus militantes y educarlos políticamente.
Es una batalla de ideas perdida de antemano por el adversario, que no tiene nada que ofrecer a la humanidad. Es una lucha que apenas comienza en nuestro hemisferio.