Un Tsunami de Refugiados

Dos mil iraquíes escapan de sus hogares cada día, en lo que constituye el mayor éxodo de masas que se produjo en Oriente Medio, empequeñeciendo todo lo contemplado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

(Patrick Cockburn - Counterpunch) Iraq - Cuatro millones de seres, uno de cada siete iraquíes, han huido porque les habrían matado si no lo hubieran hecho así. Dos millones han salido de Iraq, hacia Siria y Jordania principalmente, y la misma cifra de personas huidas se halla dentro del país.
En efecto, mientras EEUU y Gran Bretaña manifiestan compasión por la grave situación de los refugiados en África, ignoran –o restan importancia- una tragedia mucho mayor que, además, han sido ellos, quienes más han contribuido a crearla.
ACNUR está encontrando dificultades para conseguir 100 millones de dólares para poder socorrerles. La organización dice que los dos países que están acogiendo a la mayor proporción de refugiados iraquíes –Siria y Jordania- no han recibido aún más que “nada de la comunidad mundial”. Según la Alta Comisión para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR), alrededor de 1,4 millones de iraquíes han huido a Siria, Jordania ha recibido 750 mil y Líbano y Egipto han visto cada uno como 200 mil iraquíes entraban en su territorio.
Los potenciales donantes se muestran remisos a gastar dinero en el interior de Iraq, sosteniendo que el país dispone de grandes ingresos provenientes del petróleo. O son unos inconscientes [cínicos] o quieren ignorar que la administración iraquí está totalmente colapsada en el exterior de la Zona Verde en Bagdad. EEUU está gastando unos dos mil millones de dólares a la semana en operaciones militares en Iraq, según el Congressional Research Service, pero muchos iraquíes están muriendo porque carecen hasta del agua que supondría tan sólo unos céntimos.
El campo de refugiados de Kalawar en Suleimaniya es un microcosmos que refleja la miseria a la que se han visto reducidos muchos iraquíes. Kalawar es un lugar espantoso. Situado tras una estación de gas en medio de un camino polvoriento, la primera visión que se tiene del campo es la de un amontonamiento de toscos refugios hechos a base de harapos, trozos desgarrados de cartón y mantas viejas. Se explica el hedor por el hecho de que las autoridades municipales kurdas no permiten que las 470 personas que están en el campo puedan cavar letrinas. Alegan que eso podría animarles a quedarse.
Dondequiera que huyan los refugiados encuentran una acogida cada vez más fría, porque son muchos y por la carga que sobre los recursos suponen. Los refugiados de Kalawar no tenían otra opción que la huida. De las 97 familias que se encuentran allí, todas excepto dos son árabes sunníes.
“La mayoría abandonó Bagdad porque alguien había llamado a la puerta de su casa y les había dicho que se pusieran en marcha antes de una hora”, dice Rosina Ynzenga, que dirige la ONG española Solidaridad Internacional (SIA), que subvenciona una clínica móvil que visita el campo.
Los gobiernos y los medios valoran con toda crudeza el sufrimiento humano en Iraq en términos de cifras de muertos. Un barómetro más amplio y mejor incluiría a todos aquellos que han logrado escapar de la muerte sólo a costa de escapar de sus hogares, de sus trabajos y de su país, yendo a vivir, indigentes e indeseados, a lugares como Kalawar. La administración estadounidense tiene 18 puntos de referencia para medir el progreso en Iraq, pero el regreso a sus hogares de cuatro millones de seres no está entre ellos.


DMC Firewall is a Joomla Security extension!