Red Eco Alternativo ***

Referendo a la italiana y crisis bancaria

El sistema bancario en Italia es como un espagueti súpercocinado y mal sazonado. No se encuentra el comienzo ni el fin de cada fina tira de pasta. Todas enredadas parecen una serpiente de mil cabezas, pero todas están infectadas de un mismo mal, su cartera vencida.

(Alejandro Nadal – La Jornada) Italia - Lo grave es que, como Italia es la tercera economía de la Unión Europea, una crisis bancaria en ese país sería una amenaza mortal para el euro y no podrá ser barrida abajo de la alfombra.

Para el primer ministro Matteo Renzi el referendo pasado sobre reformas constitucionales habría otorgado un diseño más dinámico a la administración pública para salir de la parálisis política y el estancamiento económico. Pero los críticos de las reformas objetaron la mayor centralización del poder político y económico que resultaría de ganar el sí. El resultado fue aplastante: alrededor de 60 por ciento de los votantes rechazaron las reformas propuestas. En algunas regiones donde el desempleo es más elevado (por ejemplo en el Mezzogiorno) el rechazo alcanzó 70 por ciento.

¿Qué tiene que ver esto con los bancos italianos y el euro? Sumida en el estancamiento y el desempleo, Italia afronta además la más grave inestabilidad bancaria de su historia. La verdad es que la economía italiana no se ha recuperado de la crisis de 2008. Desde 2009 la economía italiana ha sufrido una contracción mayor a 10 por ciento y el año pasado apenas creció 0.8 por ciento, lo que ha ido agravando el problema de la cartera vencida que hoy alcanza los 400 mil millones de euros (alrededor de 20 por ciento del PIB).

Después de varios intentos fallidos para rescatar y colocarlos nuevamente en pie, los bancos italianos siguen su descenso al infierno de los números rojos. Entre los bancos más importantes con problemas graves se encuentran Monte dei Paschi di Siena (el banco más antiguo del mundo), Banco Popolare y Unicredit. Todos tienen coeficientes de cartera vencida a capital (más reservas) superiores a 100, lo que significa que no tienen suficientes recursos para cubrir sus pérdidas.

Cuando estalló la crisis financiera muchos bancos italianos estuvieron comprando bonos del gobierno, práctica promovida en su momento por el Banco Central Europeo (BCE). Pero la crisis en Grecia demostró que esa no era una buena idea y el BCE y la Unión Europea (UE) dieron marcha atrás cuando se percataron que el nivel de apalancamiento del gobierno italiano era excesivo. Hoy la política sobre rescates en la UE busca impedir que un gobierno preste ayuda para recapitalizar sus propios bancos y fomenta la idea de que en caso de crisis los primeros en absorber pérdidas sean los inversionistas de dichos establecimientos. Las nuevas reglas pretenden evitar los rescates perversos en los que la irresponsabilidad de los dueños de bancos es recompensada con recursos fiscales mientras la deuda privada se convierte en deuda pública. Esto tiene algo de sentido pero los rescates privados ignoran las interdependencias del sistema bancario y las consecuencias sistémicas de un colapso en uno de los grandes bancos.

La irritación que las nuevas reglas han provocado en Italia es considerable porque existen cientos de miles de pequeños inversionistas que compraron papeles de los bancos deteriorados y hoy ven sus ahorros amenazados. Esto explica una parte del voto de castigo en contra del primer ministro italiano en el referéndum pasado.

La crisis de la banca italiana es también la crisis de los bancos europeos cuyas acciones se han desplomado este año. Así que aunque ya no es válido aquello de que todos los caminos conducen a Roma, lo cierto es que hoy la crisis de los bancos europeos pasa por Italia.

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