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Masivo derrame de petróleo en la Amazonía ecuatoriana

Las comunidades indígenas denuncian las consecuencias sobre los ríos de la ruptura de un oleoducto en la Amazonía. El Gobierno de Lasso agilizó el pasado año las condiciones para la extracción pese a los precedentes de derrames y desastres de este tipo.

La rotura el pasado viernes 28 de enero de un oleoducto construido por OCP Ecuador ha generado un derrame en Piedra Fina, en la región de Napo, dentro de la Amazonía ecuatoriana. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE)denunció en sus medios de comunicación la magnitud del derrame, que llegó en pocas horas al río Coca y se dirige al río Napo.

La empresa ha justificado la ruptura de la tubería de transporte de crudo por “un desprendimiento de piedras a causa de las fuertes lluvias en la zona”. Pasados tres días del accidente, no hay información —más allá de los testimonios gráficos— de la magnitud del derrame.

CONAIE, un actor poderoso en el país sudamericano, que tiene entre sus objetivos la lucha contra las políticas extractivistas, ha denunciado la inacción del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica y del Ministerio de Energía y Recursos Naturales de Ecuador. La empresa OCP anunció durante el fin de semana un dispositivo de mitigación, pero las organizaciones indígenas denuncian que no ha informado sobre los barriles derramados ni ha contribuido a la ayuda humanitaria de las comunidades afectadas por la contaminación de los cauces fluviales.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENAIE) ha relacionado el derrame producido a finales de enero con la política de concesiones a la extracción propiciada por el Gobierno de Guillermo Lasso. En agosto de 2021, Lasso promulgó el Decreto Ejecutivo N° 151, con el que se ha querido agilizar y rebajar las exigencias para nuevas concesiones mineras. “No hubo alertas, no hay protocolos, no hay control de la contaminación y aun así el gobierno de Lasso quiere duplicar la producción petrolera”, ha escrito CONFENAIE en su cuenta de Twitter.

El derrame afecta especialmente a la comunidad kichwa, que ya sufrió un derrame en abril de 2020 que no ha tenido consecuencias para sus responsables, las empresas las empresas OCP y Petroecuador. En aquella ocasión, tres tuberías se rompieron, se derramaron casi 57.000 litros de crudo y fueron afectadas directamente 35.000 personas de las que 27.000 son indígenas kichwas.

Fuente: El Salto

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