Las minas a cielo abierto de Laciana, declaradas ilegales

Dos sentencias, de la UE y ahora de un juzgado de León, declaran las minas a cielo abierto de Laciana ilegales. Los ecologistas que se oponen son amenazados.

(Selva García – Diagonal) UE - El 18 de enero, dos autos del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de León declaraban ilegales las explotaciones de carbón a cielo abierto en la comarca de Laciana, en León.
De nuevo los jueces dan la razón a los grupos ecologistas y obligan a aceptar las medidas cautelares solicitadas por las organizaciones Filón Verde y Montaña de Babia y Luna para la paralización de la explotación Nueva Julia, en el municipio de Cabrillanes. Se anula así la licencia dada tanto por el Ayuntamiento como por la Junta de Castilla y León.
La Junta pasó por alto la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo, en noviembre de 2011, que sancionó al Estado español por autorizar la mina de Nueva Julia, así como la de Feixolín, Fonfría y el resto de explotaciones a cielo abierto de la compañía Coto Minero del Cantábrico en Laciana, sin la evaluación previa del impacto ambiental de las minas.
Agresiones y amenazas
Tras la sentencia de hace tres meses, se han sucedido las agresiones y amenazas contra el medioambiente y las personas que se oponen a esta minería. El día 12 de marzo se se prendió fuego al monte Buxonte, cercano al pueblo de Orallo, en el valle de Laciana. Éste fue el primero de tres incendios intencionados ocurridos en días consecutivos que arrasaron tres áreas del bosque de gran valor ecológico, próximos proyectos de cielo abierto de la compañía Coto Minero del Cantábrico.
Al mismo tiempo, varios grupos ecologistas de Laciana han recibido presiones y algunos de sus integrantes han sido agredidos y otros amenazados. Durante el verano pasado, el movimiento 15M participó en diversos actos en contra de la minería a cielo abierto en Laciana. El grupo del 15M “Toma la playa, toma la montaña” combinó los discursos por la defensa de la tierra y la lucha contra la corrupción. Tras la acampada se produjeron las primeras represalias: ardió el pajar de un campesino y se prendió fuego al monte de Sosas de Laciana, donde se llevó a cabo la acampada del 15M. Estos incendios se suman al listado de agresiones hacia los colectivos que se han opuesto públicamente a la minería a cielo abierto.
Ahora, tras el cierre cautelar dictado por el auto de un juzgado de León de la mina Nueva Julia, los trabajadores y el Ayuntamiento han hecho declaraciones ante los medios de comunicación responsabilizando a los ecologistas del cierre. Se han producido pintadas con amenazas en casas y en coches de los que llaman en la zona “verdes”.
Incluso uno de los activistas recibió una paliza por parte de tres encapuchados que se presentaron en el establo donde trabajaba y que intentaron incendiar lanzando un cóctel molotov.
Mientras, el subdelegado del Gobierno de León ha declarado que “impulsará” la reapertura de Nueva Julia. Por su parte, la alcaldesa de Villablino, que dirige la Asociación de Comarcas Mineras, viajó en febrero a Bruselas para pedir el “mantenimiento del sector minero”. Esta ronda de presiones en Europa en contra de las sentencias de los tribunales seguirá el 26 de abril con el viaje del presidente de la Junta de Castilla y León a Bruselas junto a representantes de Medioambiente y Exteriores.
Defensa de las montañas
La lucha por la defensa de las montañas de Laciana comenzó en 1985, cuando un grupo de vecinas y vecinos acamparon en pleno monte para tratar de impedir la explotación a cielo abierto de Leitariegos. Aunque se consiguieron parar algunas talas de árboles, continuaron las explotaciones en las minas de Feixolín, los Ladrones, Fonfría y otros lugares del valle. La población de esta región lleva 27 años oponiéndose a este tipo de explotaciones. Ahora, junto al movimiento 15M, la lucha ha vuelto a resurgir y de nuevo se enfrenta contra cinco nuevas explotaciones a cielo abierto pendientes de ejecutar.
Laciana es un valle de una gran biodiversidad surcado por el río Sil y rodeado de montañas de hasta 2.000 metros de altitud. La zona está dentro de la Red Natura 2000, es Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y considerada por la UNESCO Reserva de la Biosfera. En sus bosques habitan especies protegidas como el oso pardo y el urogallo cantábrico, en peligro de extinción.
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