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La amazonía boliviana marcha contra Evo por proyectos que benefician a Brasil

La CIDOB ratifica el inicio de una marcha el 2 de agosto en contra de la construcción del tramo II de la carretera interdepartamental Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. Adolfo Chávez, presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), dio a conocer hace una semana que el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) preparan una masiva marcha para agosto, en contra de la propuesta del gobierno boliviano.
(Noelia Carrazana – Red Eco) Bolivia - Esto es en respuesta a que el viernes 3 de junio, el presidente Evo Morales inauguró la construcción de dicha carretera. A partir de este anuncio los habitantes de la amazonia se declararon en contra de la construcción a lo que el  29 de junio, el Jefe de Estado dijo que “quieran o no quieran”boliviacidob.jpg la construcción de la carretera seguirá adelante.
Aquí se ve una clara contradicción en el discurso que plantea Evo Morales, defensor del Buen Vivir y la Pachamama.  Esta es la segunda vez que los indígenas de la amazonia marchan, la primera fue el año pasado donde realizaron una caminata hasta la paz pidiendo que se cumpla  el artículo 352 de la Constitución Política del Estado, que indica que la explotación de recursos naturales y la construcción de infraestructura en territorios indígenas está sujeta a un proceso de consulta libre, previa e informada a los dueños del territorio. La consulta debe ser convocada por el Estado, respetando las normas y procedimientos propios de los pueblos afectados. Tanto el año pasado, como en este conflicto  el gobierno de Morales vulneró abiertamente ese derecho indígena al no tener en cuenta a las 20 etnias que viven en el TIPNIS.
El senador oficialista Julio Salazar, reconocio, que dentro de los megaproyectos en territorio boliviano, sobre todo el que involucra a la zona de TIPNIS, la carretera y  el de la Hidroeléctrica en Cachuela Esperanza, al norte del país,  el más beneficiado económicamente es Brasil, por ser el mercado al cual será dirigida la exportación y la venta de energía eléctrica.
Según un  informe de  Henkjan Laats, Director de la fundación Puente Entre Culturas, especialista en el tema transformación de conflictos, el proyecto Cachuela Esperanza forma parte del Complejo Río Madera, el proyecto más polémico de IIRSA (la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana). El Complejo Río Madera consiste en dos proyectos hidroeléctricos en Brasil (San Antonio y Jirao),  un proyecto binacional en la frontera de Bolivia y Brasil (Ribeirao) y un proyecto en Bolivia: Cachuela Esperanza. Los proyectos San Antonio y Jirao ya están en fase de construcción. Sin embargo están siendo cuestionados por la violación de derechos económicos, sociales, culturales, y ambientales de la población aledaña. 
boliviacarreteraberni.jpgAquí se explica como los datos presentados sobre Cachuela Esperanza indican que este proyecto es económicamente inviable, con impactos ambientales más graves que aquellos causados por los proyectos hidroeléctricos Jirao y San Antonio, primero porque la represa  tendrá una superficie  tres veces más que cada una de las dos represas brasileñas, y tomando en cuenta que la cantidad de energía generada a través de  Cachuela Esperanza  implica que el impacto en temas como la emisión de gases con efecto invernadero, será diez veces más grave por cada MW producido. Varias investigaciones muestran que centrales hidroeléctricas en la Amazonía producen más gases de efecto invernadero que centrales eléctricas de gas, diesel y carbón. Este hecho acaba con mito que la energía hidroeléctrica de por sí es una “energía limpia”. Ello se debe a que la abundante vegetación en estado de descomposición, producto de la inundación del territorio afectado, sumado a las altas temperaturas, provocarán la emisión de gas más dañino que el CO2.
Por esta razón el costo de la energía producida será más alto que el costo de la energía producida por Jirao y San Antonio, y al ser energía que está destinada al mercado brasileño generara que en las negociaciones sobre el monto de dinero que pagará Brasil para la energía generada por el central hidroeléctrica de Cachuela Esperanza, Bolivia difícilmente obtendrá el precio requerido para la energía exportada.
Entonces se puede cuestionar el carácter soberano del proyecto ya que tendrá que ser financiado con préstamos del extranjero, probablemente brasileños,  será construido por empresas extranjeras, probablemente brasileñas, cuya energía generada será exportada mayoritariamente a Brasil. Todo este beneficio para Brasil no puede ser pagado por los habitantes de la amazonia boliviana.
Brasil  gigante en crecimiento a costa de quienes
Brasil se eleva como el gigante que cada vez necesita más y más energía, en la actualidad la energía que se le destina desde la represa de Itaipu no es suficiente por lo que no sólo insta al gobierno de Evo Morales a devastar la amazonia Boliviana con estos dos grandes mega proyectos cuestionados  por más de 20 etnias, sino que también existe el denominado proyecto Garabí XXI, que contempla la construcción de dos centrales hidroeléctricas en Garabí y en Santa María. Este es el proyecto que estaría reclamando al Gobierno de Misiones, también produjo declaraciones de las Comunidades Mbya Guaraní en  contra las represas.
En mayo ultimo declararon que “sería un verdadero desastre para nuestra naturaleza regional y la vida de nuestras comunidades que, de acuerdo a nuestra cultura, pretendemos vivir en armonía con la Madre Naturaleza y vemos que se la destruye sin piedad, en nombre de un progreso y un desarrollo que nunca llega a nosotros. Analizamos una buena cantidad de información sobre los impactos negativos de las Grandes Represas, en todo nuestro continente. Recordamos todo el daño que Yacyretá ya nos hizo. Recordamos, también, como participamos activamente en el plebiscito con el que le dijimos NO a Corpus. Vimos que los pueblos originarios de esta región y otras del continente se oponen, en su totalidad, a la construcción de Mega-represas, donde siempre somos los más perjudicados. Conversamos que nosotros también necesitamos electricidad, pero la electricidad no es nuestro Dios. Tupá es nuestro Dios y Tupá ama y protege a la naturaleza por sobre todas las cosas. Vimos que hay otras maneras de producir electricidad, más de acuerdo a nuestra cultura y sin tantas consecuencias negativas para las personas, los animales y las plantas”.
Según el informe “Misiones, represa Garabi: de espaldas al pueblo, publicado en eco portal, indica que Brasil en su propio territorio, pretende edificar antes de 2020 un total de 297 presas, 78 de ellas en la Amazonia, anegando una superficie forestal que supera en extensión a Andalucía y desplazando a varios miles de personas.

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