Hay que tumbar al indio incendiando el país

Esa es la consigna clara de la derecha fascista boliviana. Esta no es una acción espontánea de la ciudadanía, sino un plan orquestado por los comités cívicos, sobre todo de Santa Cruz, Tarija y Cochabamba. En un principio la oposición se visibilizaba en la persona de Carlos Mesa, quien quizás por no mostrarse tan virulento como el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, pasó a segundo plano y la prensa comenzó a seguir con espectacularidad las andanzas del “macho Camacho”. Por Noelia Carrazana – Red Eco Alternativo.

(Noelia Carrazana – Red Eco) Bolivia - Paredes de casas marcadas, “flia Velazco masistas…”, llamadas por teléfono para amedrentar a personas afines al MAS, mucha violencia y rechazo en los “cortes” que en muchos casos, como se vieron en fotos viralizadas por redes sociales, simplemente son una cuerda y una bandera boliviana custodiada por una o dos personas que, a fuerza de virulencia, logran que los autos o personas no transiten.

Después de escuchar testimonios de personas afines y no al gobierno boliviano que viven en La Paz, Tarija, Santa Cruz y Cochabamba, se ve muy radical la posición de la clase media que nunca apoyó al MAS, absolutamente enceguecidos y avalando la acción de los comités cívicos o al líder de la Unión Juvenil Cruceña, Fernando Camacho.

En los medios de comunicación y en redes sociales se ve cómo hombres piden a los gritos a mujeres con polleras que les muestren qué llevan en su “quepi”-amarre de tela de aguayo colorido, que las mujeres bolivianas usan para llevar sus bebes, ropa o mercadería-; también se ve a jóvenes en Cochabamba cómo le quitan una bandera del MAS a una abuelita y se burlan de ella.

Pero lo más doloroso e impactante ocurrió el miércoles 6 de noviembre, cuando se conoció la muerte de Limbert Guzman Vázquez, el tercer fallecido desde que comenzó el paro cívico. Minutos antes de que se confirme su muerte, su hermana habló con la Red Unitel y denunció que “él iba porque le pagaban”. Esto luego fue ratificado por su cuñado, que señaló, en Bolivisión, que fue «contratado» para ir a las movilizaciones en contra de Evo Morales, luego circularon videos donde se veía a personas relacionadas a la oposición boliviana que le pedían a la familia no dar más estos testimonios.

patricia arce atacadaEn Cochabamba también se suscitó un hecho por demás racista, misógino y patriarcal: hombres encapuchados secuestraron durante una hora a Patricia Arce, alcaldesa de la ciudad de Vinto. Esta horda de hombres en horas de la mañana incendió la alcaldía (municipio) y secuestraron a Patricia mientras ejercía sus funciones.

El hecho se difundió rápidamente por redes sociales y allí se ve la profunda humillación y vejámenes a los que someten a Arce, la obligaron a caminar por la calle descalza, la orinaron, mientras le gritaban “asesina” y otros insultos, finalmente la bañaron en pintura roja, le cortaron el pelo y la quisieron obligar a decir vaya a saber qué cosas, pero la mujer afín al MAS ante cámaras y celulares dijo: "Estoy en un país libre (...). Si quieren matarme, que me maten. Por este proceso de cambio voy a dar mi vida".

Esta espectacularización del racismo, que se vio en varios episodios de intolerancia, también lo sufrió en Santa Cruz la gremialista Paola Aguilar Serrudo, quien denunció secuestro, torturas y lesiones graves ante el Comité Nacional de Lucha contra el Racismo y toda forma de discriminación.

En una muestra de solidaridad y de visibilizar el hartazgo a este tipo de prácticas violentas arengadas por la oposición, la Confederación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa encabezó una gran marcha en Cochabamba, también en la ciudad de La Paz miles de mujeres vestidas de blanco se movilizaron contra el racismo y la discriminación, con la consigna "Paz para Bolivia" y "la pollera se respeta".

Casi todos los días se ven en los medios de comunicación movilizaciones de ciudadanos, los únicos perjudicados con los bloqueos y paralización del país, que piden “cese a la violencia, cese al racismo y el fin de los bloqueos para poder trabajar”.

La oposición boliviana en su afán de tumbar al gobierno no está teniendo en cuenta los pasos democráticos a seguir para pedir la anulación de las elecciones. Directamente desde hace 6 días en la radicalización de sus pedidos llamó a tomar las instituciones gubernamentales y a bloquear las fronteras, para ahogar al gobierno de Morales.

 

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