Red Eco Alternativo ***

Sergio Kisielewsky

Nació en Capital Federal, Argentina en 1957. Integró el Taller Literario Mario Jorge De Lellis y el Grupo Literario Las Cuarenta. Publicó los libros de poemas Algo de la época, Memoria caníbal, Corazón negro, Electrificar Rusia y La belleza es un campo minado. Integró el libro “Los poetas de Mascaró” que tuvo su versión teatral con la dirección de la actriz Leonor Manso en el Centro Cultural de la Cooperación. Obtuvo premios de Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, la AMIA en 1989 y el Fondo Nacional de las Artes. Integró el Plan de lectura Leer es Crecer que dirigió la Profesora Hebe Clementi. Su obra fue traducida al inglés por el poeta John Oliver Simon. Cursó la Carrera de Sociología en la Universidad de Buenos Aires y es periodista.

Piso flotante

I

Hoy saldré con Scarlett Johanson
La veré en una playa cerca de la rambla
No habrá escollera ni mar
ni bruces
sólo su rostro entre los pescadores de alcoba
el pejerrey sube al Faro y te ve
respira el pez
está quieto viéndote
y llama a otros peces
y todos los peces respiran porque ven tu boca cerca de la brisa


Hoy saldré con Scarlett Johanson
conoce una calle pequeña y el helado de higo
y tiene una túnica que abrigó a su abuela cuando estaba de novia con un vikingo
A Scarlett le gustan los pájaros como a mí ver
a papá que vuelve de la costa
 corría paralelo a la orilla
con un malla de colores fuertes
Scarlett me dice que conoció a papá
que lo vio hacer el asado para los primos
que lo vio cuidando a los funcionarios
que lo vio y de pronto calla

La noche se come su rostro y las olas se levantan por metros
Scarlett quiere ir a ese café en el límite con Mar del Sur
donde termina el sitio en que corría mi padre
Entramos y la mesa ya está puesta bebemos y me dice
que su padre era médico.

Iba en trineo entre la nieve a ver a los pacientes
Scarlett habla de su padre y llora
me cuenta de ese mundo donde nunca tropezaba y que no conoció el verano ya de grande. Creía que la vida era nieve.


No sé qué hacer con ella de este lado del mundo
La invito al edificio Ondine entramos
 mis padres están jugando al Scrabel y después al chinchón
Scarlett le habla en idish a mi abuela y le dice
ashtícale y mi abuela le sirve borsh.

Le pregunto a Scarlett si quiere ver una película
ella odia las películas los tatuajes el rímel
quiere ir al vivero y subirse a las lanchas
quiere ver los caballos.
Scarlett me lee el Transiberiano
Me cuenta que lo leyó escondida de su madre
el viaje de la pequeña niña sobre la estepa
el tren que lo atravesó todo.

Nunca miré a nadie a como a Scarlett y ahí
Es cuando me cuenta los libros de Fitzgerarld
De Basil y Josephine me dice los ámbitos de memoria
cuando era chica miraba a los caddies en los campos de golf
y ellos al verla se tropezaban en el pasto.

Ahora el viento da en las ventanas del barcito en el muelle
Y en eso entrás vos con bermudas de flecos
Las dos mujeres se miran como si se conocieran

Bebemos cerveza y vos hacés magia con un títere que
Trajiste del otro lado del mundo Scarlett ríe y vos
das una función del títeres sin escenarios
cuando vuelvo ya no estás más está Scarlett vestida de blanco
y me dice que quiere conocer Gesell a Barocela
y al café Nostalgias
quiere deambular por las bares de la playa
No quedará otra que estar contigo un rato más.
Toda una vida.


II

Hagamos una cosa te llevo al río y vemos el mar.
No estás para hablarme de los sobrenombres que le ponían a tu padre en el almacén.
¿Y si te hago una cena de una vez por todas?
¿Y si tenemos más hijos?

¿Qué mozo me salvó la vida?
Cuándo te esperaba

Hay una vértebra que falta
Una nube con su columna de fuego,
En Bersheva algo se parece al alud.

Vamos al tembladeral.

Van los seres cerca de la costa en Valeria.

Algo se mueve en la cabeza del vándalo
Y toda la barca se la lleva el río
Todo es bloque y se lleva la sal
Va y viene con el vaivén de las puertas
Las abrís con tus ojos de belleza sin fin
Es un animal de peligro.

¿El orden de los factores altera el producto?
Sueño con mi padre y te veo como un hada
rompés el hielo como una memoria del pasillo.
Saliste de tu cuerpo de beduina
y hacés  de mí una triza.

Te espero a la salida de la maderera a las seis.
Salís y algo en el tráfico se borra.
Tenés los muslos puestos en el alma
conjuntito de flor
suéter en la axila

Si supiera que tu boca iba a tomarme
como a una lapicera que me escribe sangre,
Si supiera algo de mí.

Si tendrías la espalda quieta
Como una luz de humo que me quita el sueño.

Te veo como una liezon de espejos
No acierto a saber cómo me llamo.

Tu anorak rojo
Tu andar

Arde como Troya.
Todo eran manzanas en el diluvio
Luz en los médanos.
Llevamos una bandera entre los dientes como los flamencos


Libretita de mayo,
Te anoto los ojos como a una metáfora.

No me saco de encima tu ropaje nacarado
No sabés lo que cuesta verte de perfil.

Tu solero turquesa tiene un bretel que no veo.

Estudiamos Afanasiev cerca del cuello de los cisnes.
Te anoto la piel, el viento
Es un vendaval que ya no respiro

Cuando entré a tu habitación ya era un hombre.


III

Nunca te hablé con palabras.
Me decís que vas a tomar ese avión.

Ahora tu voz es un delantal.
Vuelvo a mirarte y asusta
El mundo se quiebra como un plato de sopa.

Damos vueltas, respirás
Y dan ganas de ser el aire.

Es la caída del corazón al rocío

En el reservado del bar te encuentro
Es un armiño con el ruido del tren
que pasa entre nosotros como un fantasma griego

Tenés un duende en el paladar
te subís a la taza, girás, olés al día,
Vuelo en tu alcoba y deseo a tu pie
Y a la terraza que se llega sin escalera.

No volveré a verte.

Comprás frambuesas en El Bucanero
Sólo un trozo de aire en el Abasto
Que gira hacia el mundo de los hoteles
Que nada alumbran
Sólo tus hombros adorados por la luz

El tiempo se dispara como loca marquesina
Silbás a rabiar
Y no hay quien lo detenga
No es el Parque Chacabuco
No es Alchurrón tocando la guitarra en las peñas del 79
No es la tarde donde jugaban con Laura
(“Le pedí tanto a Dios que viniera”)
Y algo se movió de cuadro.
Creo que la calle llegará hasta el mar.

Te veo en la calle de la Agronomía
Veranito a las diez de la noche
Tu corazón es un idioma con arco y flecha

Nada se balancea más que tu pie descalzo

Sos un deleite intratable
Que ejerce su pasión por las brasas
Por el calor de la carne haciéndose

Estoy en la calle esperándote
 Es un leve motor que tengo
Volvé te digo, la orilla es tu pie, tus manos que acarician de a cuatro
 

IV

Estamos en el hotel
Y tus piernas se mueven como una bocanada de oro
Estás tendida como una joya de carne
No salís de mi galope.

Nada después vi tan bello

Me duele el cuerpo de verte
Buscás algo en el gamulán
Es sólo un gesto
Una respiración.

Cruzás la calle Artigas
Y sé que te enamoraste pero no de mí


Quisiera que entres por esa puerta como un murmullo.

Tocaré tu aliento, una liana en plena selva
Un lugar donde la luz cabe en un lápiz

Venís con tu tatuaje
Es un tabique, una perforación.
Soy un sonámbulo en la luz de tus años

Bretel, arder, querer.

Un dique se rompe, una cama se quiebra
Si me viera la vejez huiría

Ahora veo una lenta proximidad con el parque
Tu fulgor
 
Voy de fonda y miro a las paredes que no dicen nada.
Leo los diarios en que no estás
Si pudiera derretirme como un golpe de herrería

Es todo tango.

DMC Firewall is developed by Dean Marshall Consultancy Ltd